Sí, fui escogido, designado o nombrado a dedo y con ello con la responsabilidad junto a 100 personas más de todo Carabobo e igual número de todos los estados del país, de asistir a la juramentación que nos tomara el Presidente Maduro, el recién pasado 12 de febrero en la ciudad de Caracas. No trato de justificar mi presencia gracias al tan criticado, y me incluyo de haberlo hecho, método de la cooptación; lo asumí tomando en cuenta la difícil y compleja situación por la que atraviesa la Patria, la cual a mi juicio, no da tiempo de hacer mayores asambleas decisorias; es más, creo que no siendo un evento programado por el PSUV ya que este tiene su propio congreso aparte, debemos redoblar esfuerzos como lo planteó el propio Presidente para evitar que el sectarismo partidista o grupal aparezcan y se apoderen de este Congreso de la Patria, para que no se convierta en otra experiencia parecida al GPP, que lamentablemente se transformó en una plataforma completamente electoreras para la proyección personal y grupal, lo que definitivamente desplazó a las organizaciones sociales, contrariando así lo había definido el Comandante Chávez.
Ahora, unas consideraciones de fondo respecto al Congreso, además de todas las instrucciones y definiciones de objetivos como promotores dadas por el camarada Nicolás dentro de las 19 comisiones, para lograr estimular a la mayor y mejor participación de patriotas individualmente definidos o en colectivos cuales quieran que lo sean desde las vísceras, en las deliberaciones y conclusiones, tenemos que lograr que el congreso se disponga de las siguientes consideraciones: Defensa real de la Patria, entendida como el territorio, su soberanía y su gente ante las pretensiones imperiales; defensa de la Constitución de la República; defensa y puesto en desarrollo del Plan de la Patria como guía y objetivo para lograr la verdadera transformación hacia el socialismo; acompañamiento y estímulo para la movilización popular contra la guerra económica en todas sus modalidades; apoyo del estado de emergencia económica decretado por el Presidente y las medidas tomadas; mantenimiento de la Paz como estrategia ante los anuncios de guerra expresados por la oposición fascista y los gringos, sin que signifique renunciar a las distintas formas de luchas que impidan el aniquilamiento; retamar los legados de Simón Bolívar y Hugo Chávez; reforzar la unidad cívico-militar siguiendo la doctrina definida por Fabricio Ojeda en la Guerra de Todo el pueblo; lucha a fondo y sin cuartel contra la corrupción y la delincuencia en cualesquiera de sus modalidades; defensa y acompañamiento indiscutible del liderazgo del Presidente Nicolás Maduro.
Todas las demás consideraciones política e ideológicas de carácter tácticas sobre la coyuntura que pudieran ser controversiales dentro de las fuerzas organizadas o no de la revolución, deben ser lanzadas y debatidas en otro escenario, para ello el pueblo en su sabia paciencia solo quiere que nos pongamos de acuerdo, mientras se cala las más inverosímiles presiones en las colas, en el barrio o cualquier comunidad, en la fabrica o en el campo; de lo contrario, como pasó el 06/D., nos pasará factura a todos en espera de otro momento histórico