VENEZUELA, POTENCIA AGROALIMENTARIA
Geógrafo: Joselino Serrano
Joselino.serrano@gmail.com
El cantico usado en ocasiones, tanto por el oficialismo como por la oposición "SI SE PUEDE", debe ser unisonó en los actuales momentos, la patria que nos dio la oportunidad de nacer, crecer y reproducirnos reclama un momento para la reflexión y el encuentro entre hermanos VENEZOLANOS, no puede seguir imperando el odio y el saqueo, el comportamiento irresponsable del bienestar individual impregnado por prácticas corruptivas y burocráticas, por sobre la necesidad colectiva.
Direccionemos un pensamiento y accionar único de crecimiento para alcanzar el desarrollo de la nación, hagamos de nuestra patria una referencia obligada capaz de dar ejemplo de la racionalidad política, dejando de lado la diatriba y la confrontación, pongámonos a producir alimentos. Es importante la identificación de nuestras amenazas y debilidades en el área agroalimentaria para que en función de nuestras fortalezas y oportunidades demos apertura a un plan de emergencia que en el tiempo y espacio permita estabilizar la situación y proporcionarnos un modelo de gestión exitoso, efectivo; en términos de eficacia y eficiencia.
El gobierno nacional promociona un plan que ha denominado "motor agroalimentario", aunque muchos critiquen esta iniciativa en lo particular me parece que debemos reconocerla como una vía para apalear de alguna forma esta crisis alimentaria, sin embargo considero que debe ser tan agresiva en las áreas rurales como en las urbanas, deben complementarse una a la otra, al igual me parece que se debe tener cuidado con las expectativas, ya que los efecto no deseados que tienen que ver con el orden natural de las cosas pudieran intervenir afectando los objetivos de los planes, como por ejemplo la carencia de agua, producto de la sequia, reconociendo que esta última no depende ni del oficialismo ni de la oposición.
Cuando me refería a la agresividad, lo hacía imaginándome los excelentes resultados que tendría el cultivar tantas hectáreas en situación de abandono de los espacios rurales que cuentan con factibilidad de riego, sumado a la agricultura urbana generarían el inicio de un patrón productivo en dos sentidos. El primero vinculado con la actividad agrícola urbana protagonizada por lo comunal y familiar apuntalando un nuevo pensamiento productivo comunitario que conozca y practique los procesos de preparación, siembra, cosecha y comercialización de los diferentes rubros aportando cierta cantidad a la oferta, en aras de impactar a los altos índices de demanda que hoy encontramos. El segundo que se vincula con la actividad agrícola rural, significaría el arranque necesario e impostergable de la producción en este medio, el cual resultaría el más idóneo para cubrir la demanda nacional. Se asoma un tercero que tiene que ver con nuevas formas de participación de actores que producto de la emergencia nacional alimentaria están en el deber de participar me refiero a los centros educativos públicos y privados atomizados en el territorio nacional y por otro lado las Fuerzas Armadas que aunque no es su rol principal debe estar presta en todo momento al apoyo de las medidas del ejecutivo que tributen a la paz y bienestar colectivo del pueblo venezolano, su participación debe ser puntual en el tiempo, ya que la naturaleza de su existencia responde a otros intereses nacionales que en momento puede verse amenazadas por actores internos o externos. Estamos pues, ante una situación de todos y para todos que sugiere el consenso nacional.
De materializarse esta iniciativa productiva Urbano – Rural, lo urbano pudiera estar impactando de manera positiva en el cuadro de consumo y estaría dándose en la producción rural cierto nivel de excedente que pudiese ser objeto de estudio en el ámbito del comercio exterior e iniciar paulatinamente un proceso de participación que resultaría como medio para la adquisición de la divisa extranjera para el estado y los distintos productores venezolano que desean producir e invertir en nuestra Venezuela
