Generalmente o en la mayoría de casos un relato se hace sobre personas, su obra, andares y decires, en este caso nos atrevemos a realizarlo sobre un tema que involucra a personas y porque no decirlo al pueblo independientemente de su condición socio económica, aunque con fuerza se ha caracterizado en las clases populares y en ambos sentidos, afectados y promotores en fase de ejecutores, aquello del pueblo contra pueblo y decimos todas las clases sociales, debido a que en urbanizaciones de clase media alta y media, la incidencia se ha agravado en las últimas semanas, al punto que los establecimientos adonde acuden se han visto de alguna manera tocados por avalancha de pobladores de otras zonas de la ciudad.
Qué hay detrás de este fenómeno social inducido a través de mecanismos de uso político para desestabilizar la normalidad económica y que seguros estamos, obedece a un plan delicadamente elaborado que le ha dado resultados tangibles desde el punto de vista electoral, ejemplo: elección parlamentaria del 06 de diciembre. Todo ello, en consonancia con acciones sicológicas alentadas por la acción mediática de medios impresos, radio y televisión dentro y fuera del país.
Desde la visión social por excelencia, podemos afirmar que se ha producido un resquebrajamiento de valores esenciales del ser humano donde ha prevalecido un alto contenido de egoísmo y una extensión digamos irreconocible sobre el individualismo y el animo sin miramientos hacia el enriquecimiento relativo, aunque acá hay que diferenciar entre ejecutores de las colas para adquirir alimentos y los financistas para que estos hagan lo propio.
Efectivamente, en el subsconciente de muchos y muchas porque se visualizan mujeres de todas las edades en las interminables colas, se aprecia el abandono sistemático inclusive de las buenas costumbres y la educación en el concepto de formación ciudadana, de allí se presenta una situación más grave que deslinda con la moral y la ética del ser humano, el no me importa, ese no es mi problema, el que venga atrás que arree, mientras miles de venezolanos, porque no les gusta hacer colas, o sencillamente piensan de manera colectiva no se permiten participar en esta fiesta del quien adquiere y quien no.
La conducta diaria en las colas y alrededores es una carrera al parecer contra el tiempo y ejemplo de lo que estamos diciendo, hay pérdida de moral en actuaciones en dicho entorno comprador-vendedor, la relación con empleados y personal de los establecimientos completan el cuadro y es como un ventilador que arrastra a todos y todas sin miramientos ni escrúpulos a la hora de enfrentar tal tarea, denominada "bachaqueo", además característica importada desde Colombia y práctica inveterada desde hace mucho tiempo, rompiendo con cualquier signo de ética y relación entre seres iguales en lo social.
Cuando la ética se echa atrás, es demostración de lo débil que ha sido precisamente la formación ciudadana, el hogar y la escuela, si agregamos a esto el malandraje salvaje a ultranzas donde se mata por encargo dando origen a otra situación inducida como lo es el sicariato, manera de incorporarse a la destrucción del ser humano razonable, humanista, solidario, etc y que es demostrativo de una sociedad enferma y virtualmente contaminada de lo que no debería estar ocurriendo en una patria que lucha contra la pobreza material y donde la otra pobreza no muestra signos de arrepentimiento. Si no se toman medidas correctas desde lo educativo teniendo como base la formación no solo para el trabajo sino para la vida, el mundo se nos escapará de las manos, aún hay tiempo y hay que comenzar a hacer uso de el.