El malandraje académico. Un llamado a la ¨intelectualidad¨ chavista

La construcción de ciencia y conocimiento es un aliento vital para la humanidad, una larga historia de obervación y transformación de la naturaleza que se ha ido complejizando aceleradamente.

La revolución reabrió consigo una serie de discusiones invisibilizadas en estos ámbitos. Nos convocó a repensar las universidades, discutir los pensum de estudio, reorientar las lineas de investigación, cambiar el modelo de construcción del conocimiento y de las formas de hacer ciencia en el marco del proceso transformaciones políticas y sociales impulsadas por el proceso.

Por ejemplo enfrentarse a lo anacrónico y autoritario de las estructuras universitarias existentes ha impulsado históricamente al movimiento estudiantil a rebelarse contra la imposición, a la persecución del pensamiento critico, a la violencia con la que reiteradamente se destruye la ¨universalidad de las ideas¨ esencia pura del significado de universidad.

¿Qué han hecho de distinto a esto las universidades creadas en revolución? ¿Cúal es la situación de los institutos de investigación en la actualidad? ¿Se ha logrado, o al menos, ha avanzando el proceso de transformaciones superadoras de la ciencia al servicio del capital? En contraste a las limitadas formas de participación de las universidades autónomas, las universidades del gobierno no tienen ninguna. Tantos años los estudiantes chavistas nos hicimos los mejores defensores a la democratizacion de las universidades, luchando por el voto paritario y la participación de los trabajadores para luego quedarnos mudos ante unas instituciones universitarias gubernamentales que ni siquiera tienen elecciones internas. Lo perverso del voto 40-1 (proporción estudiante-docente) de las autónomas, es cuando menos ultrademocrático ante la designación ministerial y las roscas políticas intermedias que se ejecuta en las gubernamentales.

Mejor no hablar de las formas de organización estudiantil las cuales se encuentran en un limbo institucional, sin reconocimiento, e incapacidad de acciones vinculantes ante la ausencia de mecanismo legales y fácticos para el ejercicio del poder gremial.

La demagogia ¨comunitarista¨ (distinta a la necesaria vinculación de la comunidad a la creación científica) ha degenerado que algunos los centros de investigación se conviertan en brazos asistencialistas y su orientación se ha trastocado en burdo maquillaje científico de investigaciones que solo avanzan cuando se acomodan a las políticas puntuales del gobierno.

Más grave aún se vuelve la sistemática mutilación de la ciencia y el conocimiento en algunas instituciones gubernamentales cuando se hace cotidiano el hostigamiento y la persecución de los docentes, estudiantes e investigadores críticos. Es opuesto al carácter universal del conocimiento y su construcción toda forma de coherción a las ideas. Una institución que imparte y crea conocimiento es completamente impotente cuando criminaliza la critica.

Los casos de persecución, criminalización y despidos o expulsión de docentes, investigadores y estudiantes en estas instituciones son cada vez mas frecuentes y uno tras otro son una nueva puñalada a nuestro ya malherido aparato investigativo. Una nuevo limite se sobrepaso hace unos días cuando un Profesor del PGF de Economía Política de la UBV agredió a dos estudiantes en plena clase. El lamentable incidente no es un hecho aislado, es una escalada física de una violencia cotidiana, la violencia que ejercen los que actúan como pranes de la academia, aquellos que se creen los jefes de las ideas, que nos malandrean por poner en duda sus verdades.

Su ejercicio cercenador reduce a la academia en propaganda política, a los salones de clases en espacios de reproducción de los discursos oficiales, y cuidado! todo aquel que piense distinto puede ser castigado. Hay contenidos políticamente incorrectos, autores que es mejor pasar por encima, temas que no pueden ser cuestionados, dudas que es mejor no tener (o no expresar)

El camino que ha emprendido el malandraje es de difícil retorno. Y es sumamente peligroso.

Aquellos que resistimos en las universidades autónomas el abuso de poder y la discriminación por ser chavistas tenemos una nueva tarea por delante. La perversa caricatura en la que se han convertido algunas de las instituciones académicas del gobierno abre un frente de lucha sumamente importante y urgente. El llamado a la ¨intelectualidad¨ chavista a pronunciase condenando los hechos de despidos de los profesores de la UBV Omar Vazquez y Manuel Sutherland, por ejemplo, o el caso de la agresión recibida por dos estudiantes de la misma casa de estudios (con registros audiovisuales y denuncias en proceso) es un llamado a repudiar el asedio a la critica en las instituciones académicas del gobierno. A todos quienes sientan alguna estima por la excelsa tarea de construir e impartir conocimiento.

Hoy para mi esa ¨intelectualidad¨ chavista esta en comillas, con todo y lo mucho que respeto y admiro a varios de los brillantes investigadores y profesores comprometidos en la defensa del gobierno de Maduro. Esta en comillas no en duda de sus capacidades, tampoco por su definición política a pesar de mis diferencias, sino porque la gravedad de lo que esta sucediendo amenaza profundamente a las ideas. ¿Y que es un intelectual sin sus ideas? ¿Qué es la revolución sin debate de ideas? ¿Como se construye el un nuevo conocimiento si no es través de la crítica y la duda?



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Andrea Pacheco

Activista de la Plataforma contra el Arco Minero del Orinoco. Directora del Centro de Estudios de la Realidad Latinoamericana. Militante feminista.

 milux28@gmail.com      @AndreaPachecoH

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