Lo que está en juego es lo que está a la vista de tod@s, es inconcebible que en el ordenamiento democrático apuntalado y soportado en la CRBV, a estas alturas del siglo XXI, estemos presenciando en el diario acontecer de la información pública, episodios tan tristes y fuera del equilibrio ciudadano, algunos benevolentes que tildamos de puristas del idioma castellano, le critican al Presidente Maduro expresiones tales como ya basta caballero, para que vos veaís y otras más fuertes que no es necesario mencionar, una que otra de las que llamamos groserías que forman parte de la salida cotidiana de l@s venezol@nos, porque así somos, lo atribuyo a que el ciudadano primera autoridad del país no ha dejado de ser como es, pueblo y más pueblo.
Sin embargo, de todas todas, no se pueden comparar con la cantidad y a cada rato de las insolencias, groserías, amenazas, barbaridades que el señor Allup arropa en sus intervenciones, tratando con ello de amenazar y ofender a mujeres dignas que circunstancialmente desempeñan cargos de suma importancia en el Tribunal Supremo de Justicia, Poder Electoral y Poder Ciudadano, Ministras y altas funcionarias.
Un ejemplo que de alguna manera irradia en el sentir moral del pueblo en primer lugar,inmensa rabia y luego una profunda desviación ética dejando un mensaje negativo en las nuevas generaciones que en cada momento del devenir perceptivo de la gente puede estar produciendo si se quiere mensajes de odio, resquemor hacia políticos y más grave aún la sensación de que estamos atravesando un pasaje para la historia nada dignificante, lo que sugiere entonces, que, la cosa puede convertirse en una desviación no política lejana a toda posibilidad de conducta radiante ciudadana.
Creemos firmemente que el asunto estriba en el surgimiento que como sentimiento puede que esté dando una señal equivocada del ejercicio político como tal, al convertirse en algo normal y que representa un atraso evidente en el proceso civilizador del venezolan@. La inmunidad y la intuición que algo anda mal en Cundinamarca, nos hace apreciar que la gente observa que se pueden decir cosas sin pudor de ninguna clase y como corolario una manifestación de desobediencia que de manera pertinaz y calculada conlleva a este y otros ciudadanos a través fundamentalmente de las redes sociales a generar espacios de tal impunidad que social y sicológicamente producen desconcierto y abandono de prácticas no acordes con el comportamiento en sociedad.
Ya es la hora de colocarle un freno real y fuerte a estas expresiones de malcriadez política y más allá de ello, de subversión idiomática y civil en el seno de la Revolución Bolivariana, ante ello, ignoro pero debe haber sanciones ejemplares para este señor que irrumpe desde el 05 de enero en una especie de barrabás de la política que si nos descuidamos será perdonado y el pueblo sacrificado.
La Revolución Bolivariana debe defenderse hasta con los dientes, esto en el marco de la CRBV y Leyes en la materia, no debemos tolerar el ataque tremebundo de la derecha, eso sí, sin caer en provocaciones inútiles ni en infantilismos suicidas, en contraposición a las mentiras recurrentes, falsos positivos que circulan en las redes sociales, debemos de buena vez, no actuar forma reactiva y en contrario diligenciar una Política Comunicacional realmente efectiva, con propuestas concretas y definitivamente revolucionaria. La hora es ahora y debemos vigilar la unidad, cuidar la paz y construir entre todos el país que queremos bajo los designios del socialismo del Siglo XXI.