Fue un honor para mí, pertenecer a las filas de la gloriosa Guardia Nacional Bolivariana, este componente coadyuvo en mi formación profesional en el área ambiental, fortaleciendo mis conocimientos técnicos con un nuevo enfoque en la investigación de las faltas y delitos ambientales en todo el territorio nacional. En su momento, la guardia Nacional Bolivariana fue equipad con la tecnología de punta en cuanto a equipos y materiales para el análisis IN SITU de agentes contaminantes vinculados con la calidad ambiental. En este sentido se convertía en la policía ambiental mejor dotada de Centro y Sur América, el equipamiento fue articulado con el basamento legal vigente, dotándose de los reactivos necesarios para realizar las pruebas contempladas en las normas técnicas dirigidas al agua, aire, suelo, sonido. Fue una idea innovadora que le daba un sitial a Venezuela como país practicante de la actividad conocida como forense ambiental, línea desarrollada en Europa y los Estados Unidos. Se entendía que la planificación de tareas preventivas y disuasivas con la ayuda de este proyecto, tendría un alto impacto positivo en la minimización de los índices delictivo contra el ambiente.
El proyecto tuvo su planificación formativa, por lo que se diseñó y desarrollo el diplomado en la Escuela Superior de la Guardia Nacional el Diplomado de Policía ambiental a un grupo de oficiales sub alterno, que deberían estar distribuidos en las grandes unidades operativas del componente. Como afianzamiento de esta idea se adquirió un Sistema de Información Geográfica (software y Hardware) como soporte para la instalación de una sala situacional de identificación, localización, distribución, monitoreo y control, de todas acciones derivadas de la practica constante y sistemática de la Guardería Ambiental.
Sería de gran valor nacional retomar este proyecto que tiene un alcance transgeneracional, que pone de manifiesto el compromiso con los tratados y convenios internacionales suscrito por nuestro país, para la defensa ambiental.
