No era de asombrarse identificar grandes cordones de miserias, que se visualizaban como un triste adorno alrededor de los grandes castillo, en esos cordones era fácil reconocer hambrunas, epidemias, pobreza; en fin una fuerte marginalidad que daba paso al necesario resurgimiento de una fuerza protestante que para el día de hoy se conoce como Revolución. El poder de la transformación y sensibilidad hacia el valor que representaba el ser humano, se mezclaban para constituir el combustible generador de luchas libertarias que buscaban extirpar toda acción de saqueo, tiranía, abusos o pretensiones esclavistas que caracterizaba al feudalismo. La historia tiene un comportamiento cíclico, solo cambia la utilería y sus actores, el no aprender de ella es una terquedad que se cobra a un precio muy alto.
El comandante Chávez, decía que ser rico es malo comentario que hizo público en un momento que se encontraba influenciado bajo el pensamiento esencialista, el cual deja de lado el enfoque materialista para centrarse en el espíritu y esencia del hombre, cosa que tiene un impacto positivo en cualquier esquema que puede definir un programa de gobierno bajo el formato de lo que significa el socialismo. La acumulación de riqueza, a mi manera de ver no se puede satanizar cuando esta es adquirida bajo los parámetros de la legalidad. Se es malo, el ser rico cuando la fortuna acumulada es el resultado de recurrentes prácticas vinculadas a la inmoralidad y antivalores, siendo estos capaz de irrumpir la bondad o consideración de quienes apuestan a la honorabilidad que puede recoger la figura patronal, ya sea esta pública o privada.
El materialismo histórico incorpora el feudalismo como una fase histórica, quizás una de la más triste para un gran segmento demográfico, la riquezas se encontraban localizadas en pocas manos, los procesos administrativos llevados a cabo desconocían una distribución equitativa y los gritos de protesta eran callados bajo la triste vía de la represión. El empeño de conquistar nuevas tierras para expandir el poder, representaba un medio que termino por derramar sangre de personas inocentes que solo obedecían como siervos a los grandes poderes, que relegaban la importancia de vivir en comunidad, bajo la primicia de la Paz.
En la actualidad pareciera que esta fase feudal, asoma algunas de sus prácticas, cuando vemos con asombro el manejo de los recursos públicos, el proceso inquisidor de los grandes comerciante jugando con la necesidad de las personas que no miden que entre estos se encuentran niños y ancianos, los campos de batalla en los tiempos de las guerras desatadas por el feudalismo reencarno en las calles y avenidas de las ciudades, dejando a su paso muertos y robos que asombran desde el punto de vista estadístico. Son tantas las analogías que se pueden hacer que prefiero no enumerar, lo que sí puedo decir, es que da risa ver tanto ricos viviendo en medio de tanta miseria o como estos van a terminar por ser los ricos del barrio.