La historia del eximio antihéroe de la oposición Carlos Ortega, se resume en la palabra Desobediencia. De las cuales la más notables, por las consecuencias que ha ocasionado a su vida son:
1.- En febrero de 2003 se declara en desobediencia judicial que de acuerdo a señor de las covas (Manuel), consiste en dirigir a la CTV-mal desde la clandestinidad que por supuesto, como tendrá que llamar y escribir, todo su cohorte sindicalera sabrá siempre donde está. Es decir, serán cómplices.
2- En enero de 2003, Ortega se declaró en desobediencia tributaria. De esa manera oficializaba su conducta de evasor de impuestos. Y se evitaba llenar la planilla del ISR.
3.- En abril de 2002, gritó al mundo que estaba en desobediencia civil hasta que se vaya el tirano. Pero Carmona se fue y el siguió desobedeciendo.
4- En octubre de 2001, asumió la desobediencia electoral y se alzó a la brava con la Presidencia de la CTV-mal hasta destruirla.
5- Sus allegados dicen que tuvo otras desobediencias cuando era presidente de Fedepetrol, lo cual le costó la presidencia y jugosos negocios ¿Desobediencia moral?
5- Pero la que más lo marcó, la culpable de sus penas, fue la desobediencia escolar que empezó a practicar desde que lo llevaron pro primera vez al colegio y una maestra lo miró feo. Desde entonces juró que no iría más a una escuela a no ser para cerrarla. Y lo cumplió. Las consecuencias de su rebelde actitud son por todos conocidos y se resumen en su celebre frase: "Los inteligentes van a tener que meterse a bruto para ver si nos entendemos".
En honor a su coherencia no nos queda más que gritar ¡Qué viva Carlos Ortega!, ¡Qué viva, pero en la cárcel!