Habiendo resistido en victoria la revolución bolivariana y chavista en bastante, los embates de los enemigos históricos de la patria, a estos, como ya se demuestra, no les queda otra que utilizar sus últimos recursos, todo en plena e indiscutible disposición de destruirnos como proyecto emancipador de nuestra Patria Grande. Destacándose estos como partes de la guerra no convencional antes de la utilización de las armas bélicas y directas: 1) Experimentan con el acaparamiento de la comida a sabiendas del control que tuvieron, tienen y todavía, mayoritariamente sobre la elaboración y distribución; 2) El reforzamiento de sus tentáculos internacionales lanzando sin miramientos dardos envenenados desde adentro.
La guerra económica nos agarró como pueblo y como gobierno sin las herramientas suficientes y con un paternalismo rentista a millón, elementos bien indispensables que permiten desconfiguran la necesaria conciencia colectiva y organizada del pueblo, capaz de destrozar a los adversarios por muy poderosos que se presentes. Vemos con estupor la proliferación improvisada y oportunista rayando en lo criminal, de mercaderes del diablo, informales (bachaqueros) y formales (constituidos) que se aprovechan de la facilidad para la adquisición, generalmente fraudulenta, de los distintos rubros alimenticios y de primera necesidad, especulando como les da la real gana.
Con los alimentos pasa algo inusitado que en cualquiera de las especies, trastoca cualquier mecanismo de compra-venta; nadie entra en el negocio sin la seguridad de ganar ganar y como sea, mientras, la competencia se da entre los que, vendiendo más caro, logran imponer el precio.
Muchos han sido los ensayos procurando evitar la voraz especulación con muy pocos resultados positivos, por ejemplo, tenemos los llamados a boicot a determinados productos, a mi juicio, las argumentaciones esgrimidas no han sido lo suficientemente convincentes para ser acatados por los consumidores; ante ello, les presento y argumento la primera propuesta: Boicot al cambur, por qué, varias razones de peso; a) está cartelizado y con precio altamente especulativo que se acompaña del fraude de una maduración venenosa, pues, se utilizan elementos químicos como el carburo y/o la acetona (Aunque ETHEPHON 240® LS no es un producto tóxico, se recomienda no almacenarlo junto a los productos alimenticios, vestimentas o forraje. Mantener producto lejos del alcance de los niños y animales domésticos.); por otro lado, inhibiendo la deshidratación natural del componente dulce, permite que el fruto a consumirse esté más pequeño de lo necesario y con bastante menos de los nutrientes alimenticios, b) la concha, conteniendo el líquido represado por la maduración artificial, aunque esté amarilla, se mantiene tan gruesa que el peso, si no es mayor, es igual al del fruto a comer. Toda fruta al madurar su concha se adelgaza. Resultado de esto, estamos consumiendo la mitad de lo que pagamos porque la concha nos toca botarla. Hagan la prueba pesando la concha y el fruto por separado y si les convence la argumentación, súmese e invite al boicot al cambur.
En otro aspecto les expongo: el desenmascaramiento del fulano presidente peruano, mostrándose como lo que realmente es, un perrito tirado por una cuerda y en una alfombra esperando que el amo le sacie sus necesidades, nos muestra que la intención del imperio en función de sus intereses, llega hasta el sacrificio de sus propios aliados y súbditos.
Golpear el gentilicio bolivariano y latinoamericano en general no es poca cosa, por lo tanto no debe quedar impune esta afrenta a los pueblos de estas libertarias tierras. He aquí la segunda propuesta: Llamemos a todo/as lo/as patriotas de la Nuestra América, particularmente los venezolano/as y residentes de otras naciones hermanas para concentrarnos frente a la embajada y consulados del Perú en tono de desagravio y protesta, para hacerle llegar al Kuczynski ese, que, aun siendo el Presidente Nicolás Maduro, un excelente diplomático, el resto de los patriotas latinoamericano/as, no nos calaremos sus mariconadas, es decir, su genuflexión.
La Patria es la América, sin servilismo!
