No se trata de fotos o tratar de inducir bajo el esquema de la adulación en nuestros jefes el reconocimiento hacia nuestras responsabilidades laborales. Cuando se asume por convicción las tareas inherentes al cargo, las expectativas de ser elogiado queda en un segundo plano. Todo gerente público que no esté claro en el alcance e impacto positivo del proyecto socialista se convertirá en un estorbo para la consecución de la meta. De allí, la importancia protagonizada por el líder, le toca a este, diseñar un monitoreo constante del desenvolvimiento de su equipo de trabajo, evitando a toda costo la duplicidad de funciones o competencias autocráticas que terminan diseminando el esfuerzo holístico generador de la forma y fondo propias que demanda las actividades tributarias del proyecto en todas sus fases. La definición de orden y disciplina cuenta con una visión clásica, pero al momento de ser impregnada por la corriente socialista se le agrega unos elementos complementarios de transformación. En este sentido, podemos señalar que la estrategia tiene un carácter único que recoge aspectos vinculados con un nuevo modelo de planificación. Se le presta más atención a las situaciones adversas articulándola con los actores y sus comportamientos como aliados u opositor.
Los esquemas de gobierno atomiza la esperanzas y los sueños transformadores de quienes apostaron y permanecen apostando al proyecto revolucionario socialista. La injusticia aparece cuando la incomprensión de los equipos de gobierno le dan la espalda a la realidad que los llevo a gobernar. Internalizar la disciplina y el orden como cultura de trabajo es la mejor honra de manifestación sincera al comandante Chávez, nos tocó la difícil tarea de transformar, priva entonces, el compromiso real y la actitud disciplinaria, no en hacer las cosas sino en hacerlas bien bajo el modelo humanista, solidario y fraternal del socialismo. En los equipos esta la misión de aminorar las angustia que desatan los efectos de tantas causas a transformar. La inteligencia del abordaje a las causas, pasa por atreverse a romper esquemas obsoletos, cargados de una fuerte practica burocrática que permiten instaurar comprobados procesos de corrupción.
Solo con el orden y la disciplina de gestión podremos direccionar la gestión al éxito que irradia una satisfacción colectiva en el plano terrenal con respecto a nuestos conciudadanos y en el plano celestial a todos nuestros camaradas que nos observan con preocupación desde ese plano. Por estos últimos avancemos en la construcción de nuestro modelo de gobierno.