Desde el pasado 19 de abril nuestro han sucedido en nuestro país numerosas manifestaciones de carácter insurreccional en contra del gobierno de Maduro, las cuales han causado cerca de 40 muertos que han sido consecuencia, en su gran mayoría, de la acción directa o indirecta de los sectores que las lideran.
Sin embargo, a nivel mundial los medios de comunicación al servicio de los países imperialistas han posicionado una matriz de opinión que esos muertos son producto de una «feroz represión» por parte del gobierno. Bueno, no solo estos medios, si no hasta aquellos que se presentan como «revolucionarios» ayudan a crear esa percepción. Por ejemplo aporrea en su edición del 11 de mayo titula «van 39 muertos en manifestaciones». Estas noticias así presentadas siembran en los lectores la idea de que esas víctimas son consecuencia de la «brutal represión» del gobierno.
El gobierno ha sido incapaz de dar una respuesta contundente a dichas infamias, ocasionando con su silencio profundas dudas y sospechas en los sectores progresistas del planeta.
Estoy convencido que ese silencio inexplicable es producto, más que de la incapacidad o de la soberbia, del desconocimiento por parte de los dirigentes del proceso, de lo que ha significado y significa el pensamiento de Chávez para la humanidad, y por ende, del inmenso mal que esa matriz de opinión esta ocasionando al pensamiento y a los movimientos democráticos y progresistas en el planeta.
Hay que recordar que cuando la economía de mercado resultó triunfante sobre el comunismo hace más de 25 años, vendió la idea de que a partir de ese momento comenzaba una era de paz y prosperidad. Incluso, un filósofo norteamericano, Fukuyama proclamó que se llego «al fin de la historia.»
Por el contrario, desde que se derrumbó el Imperio soviético hasta la fecha, la humanidad ha mirado con estupor como se han exponenciado las guerras, las intervenciones militares en los países, los golpes de Estado, los crímenes políticos, los genocidios, los desplazamientos masivos de poblaciones, la corrupción descarada, hasta llegar al punto actual en que una Tercera Guerra Mundial Nuclear, ya no solo es posible sino muy probable.
En ese contexto, y cuando aparecía que no había salida, presentó Chávez su modelo de un socialismo humanista, que sembró de esperanzas las aspiraciones de muchos sectores honestos y progresistas en el mundo. Mismos sectores que hoy ven con estupor las noticias sobre la «brutal represión» en nuestro, que pretenden presentar a un gobierno del más puro corte estalinista, muy lejos del sueño ofrecido por Chávez.
NO BASTA CON POSEER LA VERDAD, HAY QUE DIVULGARLA
Ante el posicionamiento de esa matriz de opinión el gobierno aparece paralizado, sin explicar nada, limitándose en las marchas, discursos y declaraciones a enarbolar las trilladas y repetitivas banderas de la guerra fría en contra del imperialismo yankee, que no convencen ni aclaran nada, dejando en ascuas y mal parados a los millones de seguidores del proceso en todo el mundo.
Por ese camino va directo al despeñadero. Tiene que cambiar su estrategia comunicacional, tiene que tomar la iniciativa.
Formas hay muchas, como por ejemplo hacer ruedas de prensa y reuniones informativas a niveles internacionales en las cuales entregue la documentación que demuestre la verdadera cara asesina de la llamada oposición;
O promover una comisión de la verdad que llegue al fondo de tantos crímenes, porque esos cerca de 40 asesinatos no pueden quedar impunes, como quedaron la mayoría de los cometidos en las guarimbas de 2013 y 2014;
O realizar las marchas pero con consignas en contra del paramilitarismo y la violencia opositora;
O presentar un documento del gobierno, claro y preciso que desenmascare a esos asesinos, sin tantas consignas estériles ni lugares comunes, etc. Escenarios para hacerlo llegar hay muchos, tanto a nivel de Estados como a las organizaciones partidistas y populares afines.
En realidad tiene un abanico abundante de opciones para ello. El mundo entero, y el futuro de la única alternativa que ha surgido en el mundo en contra del imperialismo neoliberal dependen hoy de que el gobierno haga una política de comunicación, inteligente y eficaz que derrote a la infamia y coloque las cosas en su lugar.