Las andanzas de la oposición venezolana, en 20 años de democracia participativa y protagónica, siempre han derivado en acciones anti venezolanas, antipatrióticas, contra la estabilidad e institucionalidad democrática del pueblo, de la nación en su conjunto. Su accionar contra la Constitución Bolivariana y su institucionalidad ya es ampliamente conocido. Por momentos, amparados en el texto constitucional juegan a la política, mientras buscan aliados, ejecutan acciones de bloqueo financiero, operativo y desprestigio contra el gobierno, contra las instituciones republicanas. En nombre de la libertad y la democracia exigen, ordenan, la renuncia del gobierno.
Toda esta amalgama de cosas, de acciones, creíbles, no creíbles, contra la nación y su institucionalidad al final derivan en pura y destructiva violencia, en terrorismo, en odio. ¡Destrucción y muerte!, en falta de credibilidad, falta de confianza hacia la dirigencia opositora y sus planes. Entre sus filas se reclama liderazgo, refrescamiento y sustitución por nuevos actores. Por gente que, amparados en la constitución que buscan derogar, sea creíble, que no este tan, pero tan desacreditada como su perenne dirigencia. Gente que, como en anteriores ocasiones, traicione, diga ser defensora real, verdadera, autentica del pensamiento y obra de Hugo Chávez, ¡carajo, tan desacreditado por los que viene a defender! Gente que sin escrúpulos, sin mirar la maldad de quienes la aúpan, viene en relevo a dar aires de legalidad a la acción de derrocamiento del gobierno, de fractura de la institucionalidad democrática, del Estado-Nación
En esta oportunidad, tras un nuevo y resolutivo fracaso opositor en su desmedido e insaciable plan anti venezolano, parece tocarle las riendas de la gloria opositora, ¡para su desdicha!, a la ciudadana Luisa Ortega, Fiscal General de la Republica. ¿Está consiente de la responsabilidad que la dirigencia opositora o de quienes dirigen a esa opositora dirigencia colocan sobre sus hombres? ¡Ni ellos, los dirigentes, se han puesto de acuerdo entre sí para ver quien llevaría las riendas de esta desbocada e incontrolable nación en un escenario de derrocamiento del gobierno! ¡No son los días e abril de 2002! ¡No está Chávez con su cristo redentor! ¡Está un pueblo pidiendo, clamando, a los cuatro vientos por justicia que Luisa, la fiscal general, se ha negado a aplicar! ¿Estará Luisa preñada de buenas intenciones como los ejecutores del golpe de estado de 2002? Ellos, desde las filas opositoras, planificaron y ejecutaron acciones criminales contra indefensos manifestantes para culpar a Chávez.
¡Sabe la señora fiscal general dónde está parada, con quién se esta alineando y contra quién! Ella fue parte de la comisión presidencial que investigó los crímenes políticos de la cuarta república, que según su informe, habla de más de 10 mil desapariciones o ejecuciones, crímenes políticos.
¡Vista y pendiente!
