El fascismo siembra el terror y ataca raíces y símbolos de la patria como estrategia

El encapuchamiento de la estatua del padre Libertador Simón Bolívar en Berlín, Alemania, el asedio y quema de personas vivas por ser "Chavistas" o parecerlo, así como las franelas que llevan los criminales encapuchados en las manifestaciones violentas de la derecha, con La inscripción: " Yo soy Libertador", así como los escudos con imágenes de santos, no son ocurrencias ni travesuras de muchachos sin oficio, como pudiera catalogarlo cualquier paisano, sin capacidad de análisis, sobre los mensajes enviados a través de esas acciones.

Esta dinámica es mucho más seria de lo que podamos imaginar, se trata de una estrategia de la guerra no convencional. Estamos frente a una oposición que no tiene raigambre venezolano y ante a la resistencia del pueblo que con sus saberes y sus poderes creadores preserva nuestras raíces, nuestro gentilicio y a su modo la soberanía y la dignidad de la patria, esta derecha cipaya, mercenaria intenta desestabilizar el imaginario popular, banalizando lo que a través de la historia ha representado para el ciudadano, espiritualidad, dignidad, orgullo y amor por el terruño que le vio nacer y que le ha cobijado a través de los años. Aunado a esto el terror, como enseñanza histórica religiosa, con la tristemente célebre inquisición. Todos elementos empleados para la intimidación y dominación de los pueblos.

Hemos sido testigos de ataques a estatuas de Bolívar, en territorio venezolano, las imágenes y las pocas estatuas que en homenaje al Comandante Hugo Chávez Frías, existen en el país, han sido el blanco predilecto de los guarimberos encapuchados que desde hace cuatro años mantienen en jaque a la población venezolana, en nombre de una libertad y una democracia que solo sus titiriteros conocen.

En la Villa del Rosario, estado Zulia, fue derribada una estatua de Hugo Chávez, en la Asamblea Nacional fueron retiradas las imágenes de El Libertador y del Comandante Chávez, con la mezcla de odio, racismo y desprecio por esos dos seres que jamás había presenciado el pueblo venezolano. "Sáquenme esa vaina de aquí"exclamó con autosuficiencia, el energúmeno que para el momento profanaba lo que hasta ahora había sido un respetable recinto en la historia del país y hoy día devenido en cueva del crimen organizado y sede desde donde se originan los constructos para los partes de guerra que son hoy día los espacios informativos de los medios radioeléctricos en el diario acontecer, que sirven de multiplicadores para llevar a la población el mensaje del escarmiento sufrido, por quienes se oponen los "elegidos" para gobernar al país y que de no lograrlo mediante la manipulación y la mentira entonces lo alcanzan por la destrucción del Estado - Nación, como se lo han propuesto y lo adelantan ahora m ismo.

En esta deleznable tarea la oligarquía apátrida, tiene aliados fundamentales, como son los propietarios de los monopolios que manejan los hilos de los centros de producción y distribución de alimentos y medicinas a su antojo, los banqueros y los llamados industriales y empresarios, pegados a la teta petrolera, dentro de un Estado, donde todavía está intacta la estructura capitalista, rentista tutelada por el imperialismo, por mucha retórica que se utilice para hacerlo parecer diferente. De no ser así, no habría hambre en el país, los grupos minoritarios, pero supremamente violentos y criminales no tendrían al pueblo en jaque frente a una política oficial, que apuesta al desgaste por las acciones en el tiempo, pero a precio de sangre y lágrimas de la población de a píe.

Otro aliado es la Iglesia Católica Apostólica y Romana, cuya conducta y trayectoria ya conocemos a través de la historia en cuanto al uso del terror para el sometimiento de la humanidad. De su cenáculo salió la Santa Inquisición, mediante la cual, según estudios serios, científicamente bien sustentado se estima que 500.000 personas entre brujas y herejes fueron declaradas culpables y murieron quemadas en Europa entre los siglos XV y XVII. "por haber pactado con el diablo".

En aquellos tiempos todavía no había surgido la imprenta ni la tinta, mucho menos pensadores como Josep Goebbels, para echar a rodar el vehículo de la articulación del mensaje dirigido al receptor pasivo, pero en su defecto tenían las plazas públicas y los coliseos, a los cuales eran convocadas multitudes que manipuladas y bien entrenadas en el odio y la fe ciega, rugían de entusiasmo, mientras las víctimas eran sometidas al suplicio. En Europa a la quema en vida atados a una cruz y en América Latina, mediante el empalamiento, el ahorcamiento, el desmembramiento por perros amaestrados y el descuartizamiento, mediante la utilización de cuatro caballos a los cuales iban atados los miembros superiores e inferiores del condenado y eran azotados y dirigidos en direcciones opuestas para que descuartizaran al rebelde y de cuyo castigo se enteraba el pueblo a través del espectáculo en la plaza pública. Todo eso con la bendición de El Vaticano y la cúpula de la iglesia católica en el "Nuevo Mundo". Tampoco lo hicieron diferente los protestantes en Estados Unidos de Norteamérica, con los negros y los aborígenes. De suerte que no nos puede causar sorpresa que Monseñor Castillo y la Conferencia Episcopal Venezolana, bendigan a los "Cruzados" del crimen organizado, que hoy nos traen de vuelta la inquisición y multiplican a los Torquemadas.

Pero luego de imaginar estos escenarios de horror, aterricemos en nuestra realidad, donde la TV, la radio, los periódicos impresos y ahora las novísimas redes sociales han sustituido las plazas públicas y los coliseos, con el consiguiente beneficio para el fascismo que encuentra una vía mas expedita para llevar su mensaje de intimidación y de terror a la población, en tiempo real, mediante la utilización de la internet, instagram, YouTube, Twitter y tantos otros medios, que al menos en lo que atañe a la República Bolivariana de Venezuela, bajo "una terrible dictadura" actúan sin ningún control y sin responsabilidad al igual que lo hacen los "diputados", que se consideran intocables y los paramilitares de la MUD, que destrozan al país y queman arboles, animales y personas vivas en plena vía pública, en defensa de sus derechos humanos, la democracia y la libertad, con la pasividad de un Estado que no hace uso del monopolio de la fuerza que tiene en sus manos.

El libreto imperial y lo hemos repetido hasta la saciedad, que se aplica en Venezuela, es el mismo que usaron contra Yugoslavia a la caída de la URSS y mas recientemente contra Afganistan, Irak, Libia y Siria. Los aliados son los mismos y los criminales utilizados tienen la misma formación, porque lo que se persigue es desmembrar el Estado Nación, repartirse entre lo socios del sionismo internacional, los recursos naturales del país, mediante la acción de "un gobierno de transición", pero para eso se requiere desmoralizar e intimidar al pueblo y por eso el fascismo ataca raíces y símbolos de la patria, como estrategia. Periodista* CNP 2414 cd2620@gmail.



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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