Tras un prolongado receso, producto de múltiples motivos, hemos decidido regresar a los predios de los aporreadores, para continuar contribuyendo con el debate en torno al país que queremos y que merecemos todos quienes mantenemos la fe y la esperanza en la capacidad del venezolano para sortear dificultades y sacar adelante este país que cuenta con todos los recursos naturales para ser una potencia mundial, no bélica y criminal como los núcleos imperiales, sino en riqueza para apoyar el desarrollo de la paz y prosperidad en todo nuestro hogar común, que no es otro que el planeta, la Pachamama, a cuya defensa y preservación debemos abocarnos todos.
Comienza este 2019 y luego de cinco navidades pauperizadas consecutivamente, donde apenas si queda el espíritu festivo en el imaginario popular, porque se ha hecho imposible materializar la fiesta como tal, producto de la criminal hiperinflación inducida que nos está reduciendo a la pobreza crítica masiva a todo un pueblo frente la mirada imperturbable de quienes se disputan el poder político, solo nos queda la esperanza, que a partir del 10 de enero, cuando asume el señor presidente reelecto Nicolás Maduro, tanto oposición como gobierno den un descanso a la diatriba politiquera y se dediquen a trabajar por el país nación, que ya está cansado de tanta confrontación, cual caninos que se pelean por una presa apetitosa.
Necesitamos que en este nuevo año haya un gobierno robusto que se haga sentir de verdad y una oposición también robusta, con claridad ideológica, con sentido patrio y no sinfonola (Rockola), que suena la música de acuerdo a la moneda que le suministren los centros de poder imperial que desde el exterior se encargan de crear y fortalecer proyectos delictivos que van contra todos los principios del Derecho Internacional, que garantiza la soberanía y la libre autodeterminación de los pueblos; tal es el caso de CARTEL DE LIMA, formado por un grupo de desprestigiados mandatarios, genuflexos arrodillados al inquilino de turno en la Casa Blanca. Este engendro anti bolivariano y anti patria, que solo responde a los intereses del sionismo y del narcotráfico internacional, flagelos que amenazan la vida y libertad en el universo, se ha ensañado contra Venezuela, Cuba y Nicaragua obedeciendo órdenes del Donald Trump, que los maneja a través de su capataz Mike Pompeo.
Sabemos y estamos contestes que somos víctima de una guerra económica, psicológica y financiera alimentada desde los centros de poder imperial, como lo son Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Europea, como apéndice del complejo militar, industrial y comunicacional, que es definitiva quien bajo los lineamientos del Club Bildelberg, define la suerte del mundo cada año luego de su reunión que por lo general tiene lugar en el mes de abril en paradisíacos lugares, en sesiones privadas sin acceso de prensa ni nada por el estilo. Eso es real y no amerita mayor examen, porque está a la vista con la campaña mediática que estos factores mantienen contra nuestros pueblos.
Pero también creemos que si el gobierno se dedica a ejercer sus funciones con la fuerza y poder que le confiere la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, puede controlar el pandemónium interno que han creado las mafias desestabilizadoras, como son: Fedecámaras, Consecomercio, Fedeagro, Fedenaga,Transporte colectivo y grupos de traidores que desde las estructuras del poder político les hacen el juego, ya sea por omisión, incompetencia o complicidad para matar dos pájaros con una sola piedra; acelerar la desestabilización mediante el acoso y la extorsión al pueblo en busca de una implosión social y el enriquecimiento grosero y provocador con la desgracia del pueblo trabajador. Es así como vemos que los operadores del transporte colectivo saltándose todas las disposiciones legales y de paso disfrutando del subsidio del gobierno, someten diariamente al usuario al robo y a la extorsión c obrando de manera compulsiva una tarifa entre 50 y 100 bolívares, como el caso de Ciudad Bolívar, en el estado Bolívar, cuyas rutas son relativamente cortos, que con 10 bolívares Soberanos, representa un pago justo. Además hay que adicionar el maltrato al usuario, por parte de quienes se creen dueños de la ciudad.
Desgraciadamente en el estado Bolívar al sur de Venezuela, hemos quedado a merced del pranato, por un lado los "pránes del transporte y sus luceros", imponen como ya dijimos una tarifa a la fuerza al usuario, so pena de llegar hasta a la agresión física. A ello se suman los pránes del "comercio" que cada doce horas le suben hasta 200 bolívares soberano a los productos sin ninguna explicación, al igual que tampoco expiden comprobante de pago al SENIAT, por la operación en la cual cobran el IVA, sea o no o legal.
Ahora ha surgido una nueva organización delictiva, con la crisis del agua potable que tenemos, donde la mayoría de las comunidades no tienen servicio de acueducto desde hace mas de seis meses. Los llamados tanqueros y quienes tienen pozos en sus casas están desangrando al pueblo. En lo0s últimos tres meses llevaron la pipa de agua de 5 bolívares a 800 bolívares soberanos y los dueños de llenaderos con agua sin ningún tratamiento y explotada sin ningún permiso desde noviembre a la fecha han subido la tarifa de 0,50 a 4 bolívares el litro haciéndose millonarios a costa de la desesperación del pueblo de Bolívar, y no hay autoridad alguna que evite esta acción delictiva y ningún vocero informa que está pasando con HIDROBOLIVAR, cuya intervención pide a gritos el pueblo guayanés, al igual que Transbolivar que ha sido desmantelado al menos en Ciudad Bolívar, donde de ser un servicio eficiente ha pasado a ser un apéndice más del transporte privado, porque desarticularon las rutas y el horario. Las pocas unidades que quedan circulando son manejadas a criterio de cada conductor, que crea su propia ruta, su propia tarifa y la dosis de maltrato a los usuarios.
A todos estos males en la capital bolivarense, hay que añadir el clon del Mercado de las Pulgas de Maracaibo, como lo es el "Mercado Periférico" donde presumiblemente se desarrolla toda clase de actividad ilícita, como son: tráfico de estupefascientes, el cobro de impuesto por el pago electrónico, establecimiento de los precios de los diferentes artículos de primera necesidad y el fortalecimiento de las redes del bachaqueo, establecimiento de las monedas del cono monetario vigente, que a criterio de las mafias deben salir de circulación, para lo cual hacen rituales, como despedazar en público los billetes de las denominaciones condenadas a desaparecer, lanzarlos al aire o quemarlos, como una seria advertencia a quienes concurren allí en busca de productos de la dieta diaria, que curiosamente no se encuentran en los supermercados, pero si en las mesas y kioskos del bachaqueo. Amén de las Casas de Cambio ambulantes, que funcionan como maletas de viajeros, pero donde se compra y vende efectivo incluyendo dólares. Todo eso ocurre ante la vista gorda de las diversas instancias gubernamentales a quienes compete poner los correctivos necesarios en defensa del pueblo y de la ética social.
Consideramos que ha llegado la hora de oir al pueblo, incluyendo a la "izquierda trasnochada" de los 70, dialogar con todos los sectores y buscar puntos de coincidencia para r5escatar al país de la aguda crisis en que se encuentra hundido. Es incomprensible cuando vemos programas de la TV venezolana referidos al campo, como el caso de "Perfil Agropecuario" y otros donde se pone de manifiesto el espíritu v voluntad del venezolano, apostando a la recuperación y desarrollo del país y solo exigen al gobierno aliarse a ellos para juntos combatir la guerra económica y liberarnos de la economía extractivista a travaés del desarrollo del agro y la cría que permitan contar con una agroindustria fuerte, que acabe con la agricultura y economía de puertos, semillero de la implacable corrupción que nos carcomió durante el siglo XX y que nos sigue atropellando en este siglo XXI
El diálogo no puede ser con el sector sanguijuela empacador, sino con los productores de verdad. El diálogo no puede ser única y exclusivamente con los comités de aplausos del PSUV y demás acólitos, sino con toda la comunidad sin colores políticos, sin barreras sociales, religiosas o étnicas , para que entre todos podamos construir un proyecto de país, que todavía no se advierte en su mejor expresión.
Los trabajadores hemos sacrificado todo incluyendo el derecho a la vida y a la salud, porque desde hace mas de cinco años no contamos con la seguridad social establecida en los contratos colectivos, las primas y demás beneficios han desaparecido yt solo estamos sujetos a un salario mínimo lineal, que no nos alcanza ni para satisfacer medianamente las necesidades alimentarias, mucho menos para cubrir la consulta médica y el tratamiento. Nos estamos muriendo de menguas, pero seguimos creyendo en el proyecto del Comandante Hugo Chávez, en nuestra bella y heroica patria, cuyos hijos han sembrado en el imaginario del mundo un legado de lucha, solidaridad, soberanía y libertad abierta a todos credos, siempre con hidalguía, optimismo y voluntad de avanzar hacía la victoria final. Lo único que pedimos, en esta nueva jornada de la democracia, es humildad, sentido común, capacidad de reconocer los errores que nos destruyen, capacidad de rectificación, hurgar y sumergirse en los poderes creadores del pueblo, para encontrar la ruta correcta del Comandante Chávez y que no nos quite la esperanza. Periodista* CNP 241 cd2620@gmail.com.
Necesitamos que en este nuevo año haya un gobierno robusto que se haga sentir de verdad y una oposición también robusta, con claridad ideológica, con sentido patrio y no sinfonola (Rockola), que suena la música de acuerdo a la moneda que le suministren los centros de poder imperial que desde el exterior se encargan de crear y fortalecer proyectos delictivos que van contra todos los principios del Derecho Internacional, que garantiza la soberanía y la libre autodeterminación de los pueblos; tal es el caso de CARTEL DE LIMA, formado por un grupo de desprestigiados mandatarios, genuflexos arrodillados al inquilino de turno en la Casa Blanca. Este engendro antibolivariano y antipatria, que solo responde a los intereses del sionismo y del narcotráfico internacional, flagelos que amenazan la vida y libertad en el universo, se ha ensañado contra Venezuela, Cuba y Nicaragua obedeciendo órdenes del Donald Trump, que los maneja a través de su capataz Mike Pompeo.
Sabemos y estamos contestes que somos víctima de una guerra económica, psicológica y financiera alimentada desde los centros de poder imperial, como lo son Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Europea, como apéndice del complejo militar, industrial y comunicacional, que es definitiva quien bajo los lineamientos del Club Bildelberg, define la suerte del mundo cada año luego de su reunión que por lo general tiene lugar en el mes de abril en paradisiácos lugares, en sesiones privadas sin acceso de prensa ni nada por el estilo. Eso es real y no amerita mayor examen, porque está a la vista con la campaña mediática que estos factores mantienen contra nuestros pueblos.
Pero también creemos que si el gobierno se dedica a ejercer sus funciones con la fuerza y poder que le confiere la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, puede controlar el pademonium interno que han creado las mafias desestabilizadoras, como son: Fedecámaras, Consecomercio, Fedeagro, Fedenaga,Transporte colectivo y grupos de traidores que desde las estructuras del poder político les hacen el juego, ya sea por omisiṕn, incompetencia o complicidad para matar dos pájaros con una sola piedra; acelerar la desestabilización mediante el acoso y la extorsión al pueblo en busca de una implosión social y el enriquecimiento grosero y provocador con la desgracia del pueblo trabajador. Es así como vemos que los operadores del transporte colectivo saltándose todas las disposiciones legales y de paso disfrutando del subsidio del gobierno, someten diariamente al usuario al robo y a la extorsión c obrando de manera compulsiva una tarifa entre 50 y 100 bolívares, como el caso de Ciudad Bolívar, en el estado Bolívar, cuyas rutas son relativamente cortos, que con 10 bolívares Soberanos, representa un pago justo. Además hay que adicionar el maltrato al usuario, por parte de quienes se creen dueños de la ciudad.
Desgraciadamente en el estado Bolívar al sur de Venezuela, hemos quedado a merced del pranato, por un lado los "pránes del transporte y sus luceros", imponen como ya dijimos una tarifa a la fuerza al usuario, so pena de llegar hasta a la agresión física. A ello se suman los pránes del "comercio" que cada doce horas le suben hasta 200 bolívares soberano a los productos sin ninguna explicación, al igual que tampoco expiden comprobante de pago al SENIAT, por la operación en la cual cobran el IVA, sea o n o legal.
Ahora ha surgido una nueva organización delictiva, con la crisis del agua potable que tenemos, donde la mayoría de las comunidades no tienen servicio de acueducto desde hace mas de seis meses. Los llamados tanqueros y quienes tienen pozos en sus casas estan desangrando al pueblo. En lo0s últimos tres meses llevaron la pipa de agua de 5 bolívares a 800 b olív ares soberanos y los dueños de llenaderos con agua sin ningún tratamiento y explotada sin ningún permiso desde noviembre a la fecha han subido la tarifa de 0,50 a 4 bolívares el litro haciéndose millonarios a costa de la desesperación del pueblo de Bolívar, y no hay autoridad alguna que evite esta acción delictiva y ningún vocero informa que está pasando con HIDROBOLIVAR, cuya intervención pide a gritos el pueblo guayanés, al igual que Transbolivar que ha sido desmantelado al menos en Ciudad Bolívar, donde de ser un servicio eficiente ha pasado a ser un apéndice más del transporte privado, porque desarticularon las rutas y el horario. Las pocas unidades que quedan circulando son manejadas a criterio de cada conductor, que crea su propia ruta, su propia tarifa y la dosis de maltrato a los usuarios.
A todos estos males en la capital bolivarense, hay que añadir el clon del Mercado de las Pulgas de Maracaibo, como lo es el "Mercado Periférico" donde presumiblemente se desarrolla toda clase de actividad ilícita, como son: tráfico de estupefascientes, el cobro de impuesto por el pago electrónico, establecimiento de los precios de los diferentes artículos de primera necesidad y el fortalecimiento de las redes del bachaqueo, establecimiento de las monedas del cono monetario vigente, que a criterio de las mafias deben salir de circulación, para lo cual hacen rituales, como despedazar en público los billetes de las denominaciones condenadas a desaparecer, lanzarlos al aire o quemarlos, como una seria advertencia a quienes concurren allí en busca de productos de la dieta diaria, que curiosamente no se encuentran en los supermercados, pero si en las mesas y kioskos del bachaqueo. Amén de las Casas de Cambio ambulantes, que funcionan como maletas de viajeros, pero donde se compra y vende efectivo incluyendo dólares. Todo eso ocurre ante la vista gorda de las diversas instancias gubernamentales a quienes compete poner los correctivos necesarios en defensa del pueblo y de la ética social.
Consideramos que ha llegado la hora de oir al pueblo, incluyendo a la "izquierda trasnochada" de los 70, dialogar con todos los sectores y buscar puntos de coincidencia para rescatar al país de la aguda crisis en que se encuentra hundido. Es incomprensible cuando vemos programas de la TV venezolana referidos al campo, como el caso de "Perfil Agropecuario" y otros donde se pone de manifiesto el espíritu v voluntad del venezolano, apostando a la recuperación y desarrollo del país y solo exigen al gobierno aliarse a ellos para juntos combatir la guerra económica y liberarnos de la economía extractivista a travaés del desarrollo del agro y la cría que permitan contar con una agroindustria fuerte, que acabe con la agricultura y economía de puertos, semillero de la implacable corrupción que nos carcomió durante el siglo XX y que nos sigue atropellando en este siglo XXI
El diálogo no puede ser con el sector sanguijuela empacador, sino con los productores de verdad. El diálogo no puede ser única y exclusivamente con los comités de aplausos del PSUV y demás acólitos, sino con toda la comunidad sin colores políticos, sin barreras sociales, religiosas o étnicas , para que entre todos podamos construir un proyecto de país, que todavía no se advierte en su mejor expresión.
Los trabajadores hemos sacrificado todo incluyendo el derecho a la vida y a la salud, porque desde hace mas de cinco años no contamos con la seguridad social establecida en los contratos colectivos, las primas y demás beneficios han desaparecido yt solo estamos sujetos a un salario mínimo lineal, que no nos alcanza ni para satisfacer medianamente las necesidades alimentarias, mucho menos para cubrir la consulta médica y el tratamiento. Nos estamos muriendo de menguas, pero seguimos creyendo en el proyecto del Comandante Hugo Chávez, en nuestra bella y heroica patria, cuyos hijos han sembrado en el imaginario del mundo un legado de lucha, solidaridad, soberanía y libertad abierta a todos credos, siempre con hidalguía, optimismo y voluntad de avanzar hacía la victoria final. Lo único que pedimos, en esta nueva jornada de la democracia, es humildad, sentido común, capacidad de reconocer los errores que nos destruyen, capacidad de rectificación, hurgar y sumergirse en los poderes creadores del pueblo, para encontrar la ruta correcta del Comandante Chávez y que no nos quiten la esperanza y la fe en las instituciones.