Chávez, un actor de transformación

El presidente Chávez desde su llegada al gobierno, puso en práctica una visión transformadora del Estado, para él, la importancia de transformar era de primer orden. En lo inmediato se planteó revisar y reconducir la visión constitucional del país, por lo que junto al pueblo generó un proceso constituyente, en donde la inclusión no fue un factor de división al participar en el ejercicio electoral sectores de la oposición. Dicho ejercicio fue reconocido por el ámbito internacional como un hecho democrático, donde se terminó por reconocer a la nueva constitución como una de las mejores del mundo. El próximo paso estuvo en la reorganización de los poderes y creación de nuevas instituciones con génesis en las nuevas leyes que demandaba dicha constitución. El presidente Chávez nunca mintió sobre el modelo que proponía, siempre nos habló de socialismo y alerto que este se iba a ir concretando en el tiempo y el espacio, cosa que fue conocida como proceso. Chávez, alertaba sobre lo difícil que era desarrollar el modelo de gobierno, sobre la vulnerabilidad que este poseía y los enemigos que podían aparecer en momentos al ser tocados sus intereses. Bajo ningún concepto se pueden inferir que fuimos engañados por la visión que el comandante tuvo, la capacidad de salirle al frente a los cuellos de botellas que se le presentaban sorprendentemente, su pelea con el Estado tradicional o clásico fue una gesta de tipo napoleónica. Instauro imágenes de instancias burocratizadas que denomino Misiones, como respuestas efectivas a las demandas del soberano, así como revindico el derecho al vivir viviendo.

Chávez, nos facilitó las instituciones y los instrumento, su visión era innovadora veía de Venezuela un país potencia, que tendría que convertirse en referencia mundial. Ante esta realidad, ¿en que fallamos?; en lo particular creo, que la gran falla fue, no interpretar el sentido de grandeza que contenía su propuesta. Hicimos caso omiso a los errores que iban apareciendo en el camino con actitudes de dejadez, impunidad y complicidad. No fuimos capaces de optimizar los esfuerzos necesarios para impedir algunos procesos de corrupción. Era importante que el pueblo interpretara la interpelación de nuestros funcionarios, como un acto de disciplina, propio de quienes administran y direccionan el modelo de gobierno. Se trataba de actualizar, tecnificar, simplificar y optimizar los diversos procesos que contempla la función pública, con nuevas visiones que estuvieran enmarcada en la propuesta socialista; una de ellas manejada por Carlos Matos al referirse a la Planificación Situacional.

Es loable reconocer nuestras limitaciones o errores eso creo que no me convierte en traidor, me parece que alguien tiene que reconocer las fallas, pero estas fallas son naturales ya se venía de un adoctrinamiento de corrupción por gobierno que antecedieron al Comandante Chávez, negar esta realidad sería injusto. Quienes se autoproclamaron socialista no fueron seres exportados de otros planetas, vivían en nuestro territorio, siendo muchos de ellos militantes o familiares de inscritos en los partidos tradicionales de derecha. La revisión de los cuadros o líderes no fue la más apropiada, se escurrieron viejos vicios que se blindaban con las franelas y gorras rojas rojitas; visualizaron el sentido de la oportunidad para delinquir con lo público de manera descarada, dejando de lado el contenido doctrinario del modelo socialista en construcción. De aquí, las alertas de Chávez con la publicación de libros para la reconducción de la idea, tales como: el libro rojo, golpe de timón, el libro azul, entre otros tantos texto que invitaban a reflexionar sobre el hacer de las cosas en revolución. No fue un problema para Chávez reconocer la necesidad de fomentar leyes que versaban sobre la corrupción y simplificación de trámites, así como inspirarse en la formulación del Plan de la Patria como uno de sus tantos aportes de transformación.

Los inconvenientes que hoy se nos presenta deben ser elemento de reflexión, solo la unión y perseverancia de los socialista de corazón, permitirá un desenlace en santa paz, reconocer no es entregarse, el reto es trascender con verbo y predica revertiendo nuestras debilidades y amenazas, en oportunidades y fortalezas. Amando a nuestra Venezuela, aceptando a nuestros conciudadanos en la manera y forma de pensar, siendo pluralista de las ideas, incentivando en nuestras militancia factores estratégicos y tácticos que aumente nuestra población socialista, mostrándonos socialmente como ciudadanos auditables en lo ético, moral y luces.

Dentro de nuestras fortalezas se registran una plataforma de jóvenes y adultos con comprobada reserva de ética y moral, son ellos los llamados a rescatar la vía de liberación que pone de manifiesto el socialismo. Este modelo debe resurgir como lo hace el ave Fénix, con una compresión de lo incorrecto, lo injusto, lo vulnerable. Es preciso enarbolar la bandera del amor, la paz y el encuentro nacional, permitir la satanización de la idea por la irresponsabilidad de un grupo, no es de socialista, en mi caso estoy de la mano de aquellos socialistas que sin ser entreguistas o traicioneros, luchan en revindicar la idea, en nombre de nuestros próceres latinoamericanos, Bolívar y Chávez.



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Joselino Serrano


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