Es un caso que todo el país debe conocer. Fue lo más parecido a Fidel Castro defendiéndose a sí mismo ante el Tribunal durante el juicio del Cuartel Moncada, sólo que esta vez ganó la verdad, la justicia y mi inocencia. Se trata de mi dramática historia como perseguido político siendo vigente profesor de la Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, específicamente Escuela de Estudios Políticos y Administrativos (EEPA-UCV).
Me tocó auto representarme judicialmente ante Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia contra los atropellos del Consejo Universitario de UCV, la Rectora Cecilia Arocha, decanos, directores y violentos grupos de pseudo estudiantes que me persiguieron durante años sólo por mi condición de chavista y marxista leninista que hace vida pública en los medios de comunicación defendiendo incondicionalmente la Revolución Bolivariana.
La sentencia aquí mostrada será ampliamente difundida por radio, prensa y TV como documento público de interés nacional. Ahora los verdaderos hechos quedan oficialmente en la historia judicial de Venezuela, eso que los expertos llamamos jurisprudencia. Ver sentencia publicada por Sala Constitucional del TSJ, 28 de junio de 2017, sentencia firme número 505, expediente 15-1131: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/junio/200516-505-28617-2017-15-1131.HTML
En época donde rectores de universidades autónomas cometen el delito de usurpación de funciones y se hacen pasar por CNE para organizar un plebiscito o consulta popular no previsto en la Constitución, queda muy claro que la Asamblea Constituyente debe reestructurar la mal llamada autonomía universitaria pues la misma es usada para delinquir tal como lo hacen ahora estos rectores forajidos. Si violan la Constitución y pretenden instalar un Estado paralelo, no es sorpresa que la Rectora de UCV y su comitiva me hayan perseguido ferozmente en UCV con difamaciones, exclusión y simulando acatar sentencias judiciales a mi favor, todo por el simple hecho de mi ideología política.
Por el bienestar de la patria, deseo que la Asamblea Constituyente sirva para darnos universidades libres de fascismo y trampa; hago del conocimiento del pueblo de Venezuela que la mencionada sentencia firme e inapelable a mi favor en demanda contra Universidad Central de Venezuela, contempla tres conceptos:
1) Pago de salarios caídos indexados.
2) Comunicado público que UCV deberá difundir respecto a esta sentencia
3) Reincorporación a mi cátedra de Introducción al Derecho
Como la decisión lo refleja, en mi condición de perseguido político, hago responsable al Consejo Universitario y a la Rectora de mi integridad personal dentro de la UCV.
Luce conveniente destacar que luego de tres años de largo litigio, la derrotada representación jurídica de la UCV apeló varias veces en este proceso judicial pero misteriosamente nunca esgrimió allí las especies difamatorias que quisieron poner en entredicho mi conducta intachable, lo cual indica que afirmaciones de esta índole quedaron en el ámbito del "corrillo universitario" y chismes de manifestantes violentos (pseudo estudiantes fascistas de Acción Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia y Vente Venezuela) que se presentaron ante el Consejo Universitario de la UCV para exigir mi expulsión de facto. Sin embargo, lo que no se alega en el expediente no existe.
Hoy absuelto por la historia, como impoluto docente universitario desde 1998 y Doctor en Ciencias Jurídicas mención Derecho Constitucional, pero sobre todo como venezolano marxista leninista, chavista y antifascista, me pongo incondicionalmente a la orden del Estado Venezolano y de la Asamblea Constituyente para impulsar la urgente y necesaria depuración del régimen universitario venezolano.
Viva la Patria Bolivariana. Viva la Constituyente. Viva el voto universal uno por uno universitario en la nueva Constitución Bolivariana reforzada.