Sector radical de la oposición denuncia que la reelección de Nicolás Maduro como Presidente fue un gran fraude a través de puntos rojos y voto asistido.
Estos opositores radicales lucen desesperados, apuestan todo al bloqueo extranjero, la invasión yanqui y a la reactivación del terrorismo guarimbero.
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Tras la reelección de Maduro, los opositores extremistas dicen que este gobierno es una dictadura y que es imposible que pierda una elección presidencial debido a la supuesta manipulación del sistema electoral así como el ventajismo de la propaganda.
Lo cierto es que desde el punto de vista del Derecho Probatorio, es materialmente imposible presentar pruebas de compra de votos y voto asistido cuando la enorme ventaja del ganador de la elección supera los 4 millones de votos. En el caso de la elección parlamentaria de 2015, la diferencia en Amazonas fue de unos pocos miles de votos y habían elementos para la pelea judicial contra el fraude.
Es muy cierto, este gobierno no sale con votos, pero no porque cometa fraude, sino porque la oposición es políticamente incapaz de reunir suficientes votos para vencerlo en una elección presidencial. Si se repitiera la elección hoy o en un par de meses, Maduro ganaría con al menos 7 millones de votos porque se le sumarían los de Javier Bertucci quien ahora se aproxima al Chavismo.
Por su lado la oposición pudo alcanzar 6 millones el 20 de mayo si AD, PJ, VP y UNT se hubieran unido a la candidatura de Henri Falcón en vez de difamarlo durante toda la campaña y la victoria de Maduro habría sido estrecha pero pudo más la ambición de los dirigentes opositores que la capacidad intelectual para hacer política.
Hace seis años, el ex candidato presidencial Henrique Capriles introdujo un recurso judicial para impugnar la victoria de Maduro pero no presentó pruebas fehacientes y su experimento jurídico fracasó. Igual suerte correrá Falcón con el débil recurso judicial que le preparan los viejos ex dirigentes políticos El Tigre Eduardo Fernández y Claudio Fermín.