El tiempo se agota para la oligarquía parasitaria

La oligarquía petrolera era un estado dentro del Estado. Era un virus que había paralizado la mente productiva de cada venezolano y venezolana, por una dependencia importadora de productos, confundiendo productividad nacional con importación de mercancías, pero escondiendo la verdadera cara de una nación deficitaria y empobrecida. A este virus paralizante se le ha combatido con toda la fuerza de la Gran Misión Vivienda Venezuela: 1.700 mil viviendas de verdad para el pueblo; Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor, 500.000 viviendas renovadas; 3 millones de ciudadanos y ciudadanas pensionados con justicia de verdad, 95 mil bolívares más que el salario mínimo; transporte público de primera para un pueblo de primera, una computadora para cada niño y para cada maestro, 100 mil madres del barrio con subsidio directo a través de la tarjeta de alimentación, Misión Sonrisa, Misión Robinson para un pueblo instruido, Misión Negra Hipólita, Misión Sucre, atención integral de salud, Misión José Gregorio Hernández, Hogares de la Patria, Amor Mayor, parto humanizado, son parte de una extensa política de redención social, de grandes misiones, de dignificación de la familia donde la mujer es muchas veces madre y padre, y ha alcanzado con sus luchas un gran reconocimiento y sostenida protección constitucional, que va a dar el salto más importante cuando materialice el reconocimiento como ama de casa en la condición de "administradora del hogar" con salario propio de la fuerza obrera y trabajadora productiva e industrial. Son institutos que serán asentados como norma constitucional, esa es la razón de la embestida oligárquica imperialista que busca impedir que Venezuela de ejemplo ante los pueblos de las Naciones Unidas, ante los pueblos del mundo y asuman como propio el ejemplo venezolano, y cambien sus Estados oligárquicos por unos donde impere la justicia social.

Mientras en Venezuela, el pueblo tiene acceso a una vivienda digna, fuera del mercado capitalista especulador, en España con la riqueza del turismo, obra de las manos de un pueblo trabajador, éste es echado a la calle con la figura del desahucio. En la Venezuela Bolivariana y Chavista, son políticas de estado que no han cesado de cumplir su misión, todo lo que hemos dicho, lo vamos cumpliendo conforme a una planificación estratégica, democrática, participativa y de consulta abierta, en concordancia con la Carta Magna que el pueblo se dio en 1999 que ahora va a establecer en norma constitucional, mediante el voto del pueblo el 30 de julio de 2017 cuando elegirán a los representantes que instalarán la Asamblea Nacional Constituyente.

Ellos llevan el mandato de asentar en el texto constitucional todo el fruto que el pueblo cosechó con su esfuerzo para que en ningún instante se produzca un acto de traición en su contra, si alguien se atreve a desechar tan preciados sustentos de lo que es poner a los ciudadanos en la dirección y administración de los bienes de la Nación. Ese es el gran problema sin solución en el que la oligarquía dependiente se metió, el pueblo volteó la estructura de poder que estuvo al revés, de quienes como única clase usurparon durante cien años la explotación petrolera y la colocó en su justa base de sustentación y cambió el Estado oligárquico petrolero por un Estado Comunal profundamente democrático y de justicia social, que reserva la actividad petrolera y otras industrias al crecimiento y desarrollo productivo e integral de todos y cada uno de sus ciudadanos y ciudadanas, organizados según sus necesidades, profesiones y oficios.

Es un compromiso revolucionario, superar la dependencia, un ventilador tiene un valor especulativo de 200 mil bolívares porque aquí nunca se fabricó, las universidades y todo el proceso educativo tiene que estar orientado a la fabricación de los medios de producción, a la fábrica que elabora tractores, sustituir con el concurso de los farmacéuticos las droguerías como vendedoras de productos de las multinacionales que encarecen la vida de los venezolanos por farmacias que fabrican con sus laboratorios las medicinas del pueblo, hay que fabricar una agradable y refrescante crema dental.

Esta es la esencia de un Estado Comunal, profundamente democrático, de justicia social en constante renovación. Es una democracia del pueblo y para el pueblo. Es un sistema donde el grado de conciencia de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas componentes del pueblo en todos sus niveles por el que se interrelacionan y construyen su tejido social para el intercambio de las ideas y de los programas que coadyuven en su crecimiento político, económico y cultural como la máxima expresión de lo que debe ser una nación que se aprecia internamente, que construyen sus instituciones en concordancia con la orientación que da cada uno de sus ciudadanos, y en función de esta orientación, se conecta en sus relaciones supranacionales para aportar en el contexto de las relaciones internacionales lo mejor de sus propuestas en su crecimiento y en su redención social.

Por eso el 16 de julio, fue la expresión, serena, abrumadora de toda una nación que se impuso más allá de las diferencias y se despojó de los colores políticos, acudió a los centros de votación a prepararse para votar con tanta pasión cómo si ya hubiera llegado el día 30 de julio de 2017, fue una demostración en respaldo al esfuerzo de un Gobierno de voluntad inquebrantable. Ese día el pueblo dará el punto final al terrorismo encapuchado de la oligarquía sumisa imperialista. Quien les ha dicho a ustedes oligarquía encapuchada, que los demás no piensan? "Creyeron que el pueblo no piensa". ¡Chávez Vive la Patria Sigue!



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2457 veces.



Héctor Herrera Jiménez


Visite el perfil de Héctor Herrera Jiménez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: