El imperio ha asumido públicamente, arrojando caretas, la responsabilidad de la agresión a Venezuela. ¿Exacerbación del terror, por desesperación, ante la inconmovible firmeza de nuestro pueblo de libertadores? Quizás. Pero puede servir para despejar dudas: es la naturaleza de ese alacrán. Y entre tantísimos testimonios, me permito ofrecer el contenido en el libro Guerras, políticos y mentiras – cómo nos engañan manipulando el pasado y el presente, del autor inglés Geoffrey Regan, publicado en Barcelona, España, 2006, Editorial Crítica; un texto que debería circular en ediciones populares profusas, pues contiene una radiografía del accionar imperialista susceptible de hacer reflexionar a cualquiera capaz de un ejercicio elemental de honradez.
La exposición, inteligente, clara, sencilla y bien documentada, enfoca especialmente actuaciones y actores de los imperios británico y estadounidense, el primero antiguo buldog devenido en "perrito faldero" del segundo, su hijo.
La obra ayuda a ver cómo aquellos actores han cocido y cuecen las habas. Para muestra transcribiré algunos fragmentos.
"Estados Unidos ya no tiene una historia como tal; se ha quedado solamente con la mitología, de modo que los estadounidenses modernos son esclavos de quienes controlan esos mitos. Al presentar el pasado estadounidense como algo marcadamente heroico, se ha creado una ‘memoria colectiva tendenciosa’, tallada como símbolo nacional en las rocas del monte Rushmore…
"En la Declaración de Independencia se expresa la verdad fundamental de que ‘todos los hombres nacen iguales’; y sin embargo, el hombre que la escribió (Thomas Jefferson) poseía esclavos y el país que quiso basar en ella mantuvo un sistema esclavista…
"Gran Bretaña fue uno de los países signatarios de las convenciones de Ginebra y La Haya (…), en las cuales se prohibía de modo expreso atacar objetivos civiles durante la guerra. Sin embargo, se decantó por esa práctica en la dos guerras mundiales. Asimismo, la determinación estadounidense de lanzar las bombas atómicas (…) apuntó de forma expresa a objetivos civiles…
"Solamente el enemigo usa armas de destrucción masiva; de modo que el gas mostaza iraquí se clasifica siempre como ADM, pero los Tomahawk estadounidenses –incomparablemente más destructivos– son los escalpelos de una guerra aséptica…
"Tras visitar a los heridos en combate, Bush dijo: ‘Les recordé a ellos y a sus familiares, que la guerra en Iraq es en verdad una cuestión de paz’.
"Tony Blair (…) considera que no se puede haber equivocado (…) él es un hombre honrado y un buen cristiano (…) ni siquiera concibe la posibilidad de equivocarse. Otros han de ofrecer disculpas por sus errores; pero tales debilidades humanas son para los hombres inferiores. Mientras, George W. Bush se encoge de hombros y pasa a otro tema".
"En el campo de la psicojerga no hay absolutamente nada capaz de igualar la expresión de ‘conmoción y pavor’ usada por primera vez en 1966 (…) Afirmaba que la superioridad tecnológica de EEUU les permitiría seguir una estrategia encaminada a ‘disuadir y dominar a los adversarios (…) que creerán, con terror, que ellos son vulnerables y nosotros imbatibles". (Inserción, FJM: Obama torcía el brazo. Sigue).
"Saddam Hussein como ejemplo para el Tercer Mundo: cuantos se opongan a la hegemonía de EEUU pueden esperar una suerte parecida…
"El general Smedley Butler decía (1931): ‘Ayudé a conseguir que México fuera un lugar seguro para los intereses petrolíferos de los EEUU en 1914. Ayudé a hacer de Haití y Cuba lugares decentes para que los muchachos del National City Bank hicieran su recaudación. Ayudé a purificar Nicaragua para la banca internacional de los hermanos Brown… Llevé la luz a la República Dominicana para los intereses azucareros estadounidenses en 1916. Ayudé a que Honduras fuera un lugar ‘correcto’ para las compañías frutíferas estadounidenses en 1903. Ahora que lo pienso, también me podría haber insinuado un poco a Al Capone…".
Pero, en realidad, Capone era un niño de pecho ante la magnitud del gangsterismo de esos gangsters.