Atención Rafael Lacava, en la Secretaría de Hacienda del Gobierno de Carabobo, se conspira contra Nicolás Maduro, y ud también!

Para mí no hay duda de lo que afirmo en el título del presente y a los hechos me remito: Desde hace bastante tiempo lo/as distinta/os usuario/os o contribuyentes que debemos hacer uso de planillas o timbres fiscales para el respectivo pago o impuesto registral, venimos siendo víctimas incomprensiblemente de la red de negociantes que trafican con estas mismas estampillas o timbres fiscales, que de acuerdo a la ley estadal de timbres fiscales, deben obtenerse como fórmula pagos previos de los trámites ante los Registros Civiles y Mercantiles o para la obtención de documento de identidad y educativos en Carabobo.

A esta incomprensible realidad se le suma el acaparamiento y especulación que producen a todas luces, escases y desaparición de las fulanas planillas y timbres ante la mirada y consentimiento de las autoridades competentes. A mi juicio se presenta por dos razones principales: La primera es que los gestores, sin ninguna duda con complicidad interna y a la vez por la falta de interés de los encargado de sus ventas en IPOSTEL o en los negocios autorizados para tal fin; la segunda: la falta de control y eficiencia gubernamental para poner en funcionamiento los organismos de seguridad ante los delitos fiscales que en estado de flagrancia se cometen en las narices de los encargados de la materia, entiéndase: Registradore/as, directores y organismos de hacienda estadal y funcionarios de seguridad.

Es bueno acotar que los efectos negativos de la llamada guerra económica también se extienden a la actividad registral que aquí denuncio, esto porque los negociantes que ven las estampillas y los timbres como mercancía para enriquecerse, actúan con las mismas características de los bachaqueros de productos alimenticios, valiéndose de la necesidad de quienes los necesita realmente. La reventa les deja a estos bachaqueros una ganancia de más del mil por ciento, ya que una planilla que cuesta 10 Bs. y una estampilla que tiene un precio de 40 Bs. las ofrecen a un sobreprecio de más de 1.000,00, por supuesto, saben que hay quien la va a comprar por necesidad.

La Dirección de Hacienda lejos de activar los organismos de seguridad que les permita averiguar por qué hay escases o acaparamiento de planillas o timbres y en consecuencia poner en práctica medidas policiales a los responsables, resuelven en sentido contrario que los pagos por conceptos de venta se haga mediante la página web SIARTED, según ellos este mecanismo hace más eficiente y rápido el pago de tales impuestos. Pero es todo lo contrario por lo siguiente: a) además de lo complicado y engorroso que es el sistema, se complica porque no todos los usuarios conocen o tienen fácil acceso a la internet, lo cual conlleva o aumenta exponencialmente los costos de los trámites para los contribuyentes y de paso no deja ninguna retribución atribución adicional al fisco regional, mientras solo beneficia a los especuladores; b) habiéndolo logrado pese a los entuertos, igual tiene que dirigirse a los respectivos bancos para llevar el respectivo y obligatorio soporte de pago efectivo sobre monto indicado, que generalmente se trata de una cantidad no mayor de 200,00 Bs., claro, previa cola multitudinaria.

Ahora, siendo los perjudicados de esta práctica comercial de reventa de timbres y estampillas los ciudadanos de a pie que no formamos parte red alguna ni somos gestores especuladores, , es decir, los mismos que sufrimos la especulación y el acaparamiento de productos alimenticios y de salud, de allí que los opositores, con voces desde fuera y en las mismas instituciones, no pierden tiempo para gritar que eso es culpa del gobierno, porque, siendo el Estado el productor en el caso de los primeros, asimismo, el primer vendedor o distribuidor, qué conclusión puede sacarse si se hace una analogía con los responsables directos en los dos casos, o más bien, a quién creemos que se viene responsabilizando directamene de la situación aquí denunciada, pues, al presidente Nicolás Maduro, no a otro/a.

En tal razón, dado que estamos en presencia de una campaña electoral que viene generando buena expectativa entre los carabobeños, sería bien saludable para la revolución en Carabobo, que el candidato y casi seguro Gobernador, Rafael Lacava, empiece a ejercer como es usted, informalmente, el gobierno y tome las medidas necesarias y pertinentes, pues, se trata de bachaqueros dentro y fuera de la Gobernación actual que vienen actuando a sus anchas.

Con toda responsabilidad,

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Gustavo C Vásquez


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