¿Suspira el pueblo por AD? Algo muy malo habremos hecho

Teodoro Petkoff solía decir que en política no hay cadáveres. Lo decía él, que fue candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS) unas cuantas veces. Nunca ganó porque el partido naranja, el partido "bonito" donde mucha gente militó después de aquella ruptura con el Partido Comunista, sacaba siempre lo mismo: 6%. "El 6% histórico", lo llamaba Teodoro, así llenaran la avenida Bolívar y después salieran con la célebre foto a página completa en El Nacional. Pero la referencia a Petkoff no es por el MAS sino por Acción Democrática, el partido que Rómulo Betancourt sembró en 1941, "hasta debajo de las piedras", ese que todos creyeron "cadáver" desde 1998 y que ahora inusitadamente se levanta de sus cenizas…

Y es lo más resaltante de las recientes elecciones primarias de la "unidad" donde tampoco sabremos nunca cuántos votaron. ¿Qué importa? En esas primarias emergió la AD tramposa, la que inventó aquello de "acta mata voto"; la AD de Lewis Pérez y sus computadoras donde albergaba la militancia, milímetro a milímetro de los 3 millones y pico de militantes que llegó a tener en 1983. La AD que activaba la operación "mosca" y la operación "galope" casa por casa, sacando a votar a la gente así fuera gateando. La que aceitaba su enorme maquinaria, la que inventó eso del "clientelismo" y dio paso a la política como negocio. La que después se metió en los sindicatos (porque aquí en Venezuela la cosa fue al revés: primero fueron los partidos y después los sindicatos y los movimientos sociales) y desde allí comenzaron a exigir contratos colectivos faraónicos, impagables y la administración pública comenzó a crecer, lento pero seguro, como un elefante.

Las primarias de la "Unidad" han tenido un patético resultado. Las sucesivas impugnaciones de adecos por parte de ex adecos (digo si es que eso de "ex adeco" existe porque como decía Joselo:"adeco no se hace sino que nace") nos hacen recordar algunos episodios blancos amenizados, por cierto, con empanadas de cazón y jugo de parchita (nada de exquisiteces como proclama ahora "Lady Ramos").

Por ejemplo cuando Eduardo Morales Gil perdió las elecciones en Sucre allá por el año 1992 frente a un médico masista llamado Ramón Martínez. Acción Democrática soltaba por primera vez en toda su historia un bastión tradicionalmente blanco. El caudillo Luis Alfaro Ucero desde Caracas le ordenó a Morales que no entregara la Gobernación y entonces aquel pueblo tranquilo y alegre de Cumaná, cruzado por el hermoso río Manzanares, vio nacer lo que ahora llamamos "guarimba". Los periodistas llegamos a cubrir la noticia y no pudimos entrar a la ciudad pues estaba tomada por tanquetas y barricadas de alambres de púa impedían el paso…Los adecos, Morales Gil incluido, se habían alzado con la gobernación por órdenes de Alfaro quien dirigía todo desde Caracas, aunque el resultado electoral favorecía a Martínez con más del 60% de los votos. Aquello no se podía creer. El "caudillo" no aguantó más y se fue a Cumaná. Entró al palacio de gobierno con su bastón amenazante y encontró a un Morales Gil francamente derrotado y entregado porque en el fondo él, como buen académico, escritor e historiador, admitía que los adecos ya no tenían el mismo poder después del 4 de febrero y toda esa historia del "por ahora". Venezuela ya no era la misma por culpa de un tal Hugo Chávez…

En la gobernación se presentó hasta un tribunal para dirimir aquel asunto. Entonces Morales Gil le dice a Alfaro: "Caudillo ahí está un juez que vino a reclamar la gobernación". Y Alfaro le respondió: "¿Qué juez ni qué ocho cuartos? ¡Mándalo pa´l carajo!" Al final, los adecos aceptaron su derrota.

Qué ironía. Así pasó con el "caudillo" justo seis años después, cuando por una componenda de Lewis Pérez, Henry Ramos Allup y David Morales Bello, AD lo mandó "pa’l carajo" a él porque ya le temían a Hugo Chávez. Alfaro era el candidato presidencial y decidieron sacarle la silla para coronar a Henrique Salas Romer. Salió de forma tan intempestiva que los adecos no tuvieron ni tiempo de colocar la fotico del nuevo postulado, y entonces pusieron una fe de erratas haciendo constar que los votos que aparecieran marcando el óvalo en la tarjeta blanca, eran para Salas Römer y no para el otrora fundador del partido.

Bueno, esa es la AD que ha emergido en estas primarias, la AD de siempre, la tramposa, la traicionera, la corrupta, la clientelar, y si no fuese tan trágico ese resultado me seguiría riendo porque, caramba, para que ahora un sector de nuestro pueblo suspire por un partido como ese y crea que con los adecos se vive mejor, algo habremos hecho mal…Muy, pero muy mal…



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Luisana Colomine

Profesora de géneros periodísticos y periodismo de investigación en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Comunista.

 @LuisanaC16

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