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Entre la MUD y el chavismo crítico hay un conflicto político…
Entre la oposición electoralista y la oposición abstencionista hay un conflicto político…
Entre los socialdemócratas antimaduristas y los socialistas antimaduristas hay un conflicto político…
Entre el madurismo y la oposición venezolana (o las oposiciones) no hay propiamente un conflicto político sino un conflicto de naturaleza delictiva basado en una dinámica en la cual el madurismo, valiéndose del control antidemocrático que ejerce sobre los recursos públicos y las instituciones del Estado, hostiga y estafa permanentemente a los diferentes grupos opositores y junto a ellos al pueblo venezolano. Si esos grupos opositores deciden enfrentar al madurismo por separado, el resultado será que ninguno avanzará nada; en cambio, si actúan de forma coordinada lograrán desplazar la dictadura y restituirle la vigencia a la Constitución del año 99. Cuando esos objetivos se alcancen se podrán procesar correctamente otros conflictos, y no necesariamente para solucionarlos, pero sí para abordarlos, canalizarlos o sobrellevarlos en un ambiente donde prevalezcan los valores democráticos y la conciencia republicana.
Atención con lo siguiente: cuando hablo de "madurismo" me estoy refiriendo a las cúpulas podridas del PSUV y de la Administración Pública y no a las personas que por diversas razones, entre ellas el chantaje laboral, apoyan o aparentan apoyar a Maduro.
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Esto lo escribí hace unos meses y quiero reiterarlo:
Afirmar que el gobierno de Nicolás Maduro es un gobierno ineficiente no nos sirve de mucho a la hora de caracterizar la situación política que estamos viviendo. Dicho de otra manera: las personas que dicen (o que solamente dicen) que el gobierno de Maduro es un gobierno ineficiente están asumiendo o insinuando que la crisis actual se produjo por problemas técnicos y administrativos.
Amigas y amigos: este es un gobierno ineficiente porque su vocación es la ineficiencia y porque su relación con los recursos públicos es similar a la relación que hay entre un ladrón y el botín que ese mismo ladrón maneja.
Afirmar que el gobierno de Nicolás Maduro es un gobierno intolerante a la crítica no nos sirve de mucho a la hora de caracterizar la situación política que estamos viviendo. Dicho de otra manera: las personas que dicen (o que solamente dicen) que el gobierno de Maduro es un gobierno intolerante a la crítica están asumiendo o insinuando que la crisis actual se produjo por el mal humor o el mal carácter del presidente y de su equipo.
Amigas y amigos: este es un gobierno intolerante a la crítica porque su vocación es el autoritarismo y porque sus integrantes no podrían someterse a debates plurales y abiertos sin quedar ante las ciudadanas y los ciudadanos de nuestro país como lo que son: una cuerda de pillos.
Afirmar que el gobierno de Nicolás Maduro no lucha contra la corrupción no nos sirve de mucho a la hora de caracterizar la situación política que estamos viviendo. Dicho de otra manera: las personas que dicen (o que solamente dicen) que el gobierno de Maduro no lucha contra la corrupción están asumiendo o insinuando que la crisis actual se produjo por la indiferencia, la flojera o la ingenuidad que han mostrado los "honestísimos" miembros de las cúpulas rojas con respecto a la delincuencia de cuello blanco.
Amigas y amigos: este gobierno no lucha contra la corrupción simplemente porque este gobierno es la corrupción.
Afirmar que el gobierno de Nicolás Maduro es un gobierno no nos sirve de mucho a la hora de caracterizar la situación política que estamos viviendo.
Amigas y amigos: eso que llamamos "gobierno de Nicolás Maduro" es realmente una autocracia o una dictadura del siglo XXI.
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Refiriéndose a la lucha interna que se libró dentro del partido bolchevique durante los años veinte, Moisés Moleiro escribió lo siguiente:
… "aliándose a unos y otros, y utilizando sucesivamente los argumentos de unos y otros, Stalin dio cuenta de todos. Poco a poco (el hombre sabía esperar), en el curso de la misma, va asomando la rudeza de sus métodos, la crueldad de sus actuaciones, el cinismo para violar compromisos, el atropello de la democracia y su absoluta carencia de escrúpulos." (página 69 del libro "EL OCASO DE UNA ESPERANZA. LA TRAGEDIA DE LOS BOLCHEVIQUES RUSOS")
Venezolanas y venezolanos: estamos a tiempo de evitar que en los libros de Historia que se escriban dentro de algunos años aparezca un párrafo parecido al que acaban de leer pero con Nicolás Maduro como protagonista en vez de Stalin.
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He insistido y seguiré insistiendo en esto:
Hay socialdemócratas que dicen que debemos rechazar este gobierno socialista. Hay socialistas que dicen que debemos rechazar este gobierno socialdemócrata. Yo creo que muchas de las personas que se expresan así lo hacen para aprovechar con fines peligrosamente sectarios la crisis actual. Amigas y amigos: Nicolás Maduro está al frente de un gobierno corrupto, antidemocrático, tracalero y represor. Dicho de otra manera: Maduro está al frente de una dictadura. Los socialistas y los socialdemócratas (y también las personas que siguen otras ideologías) deben asumir conjuntamente y no por separado el reto común de desplazar esa dictadura. Cuando eso se logre (y cuando hayamos recuperado nuestra débil pero perfectible democracia) volverán a tener sentido los debates ideológicos a escala nacional.
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Cada vez que pueda repetiré que:
El espontáneo, masivo y heterogéneo movimiento socio-político de carácter democratizador que adversa al madurismo se va a desintegrar cuando las personas que lo componen cumplan el único objetivo que comparten: el desplazamiento de la dictadura de Nicolás Maduro. De esa desintegración van a surgir grupos con orientaciones ideológicas diversas que tendrán una tarea común: reconstruir el Estado partiendo de la conciencia anti-totalitaria que ha adquirido la mayoría de la gente a lo largo de estos últimos años...
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En Venezuela el oficialismo se niega a realizar elecciones libres, transparentes y competitivas. En Venezuela el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral son instituciones que responden a los intereses de la casta gobernante. En Venezuela los medios de comunicación "públicos" invisibilizan las demandas populares, no practican el equilibrio informativo ni respetan el pluralismo político. Esos medios son simples instrumentos de propaganda puestos al servicio del madurismo. En Venezuela la protesta, la participación popular y la contraloría social han sido vetadas o prohibidas en algunos casos y en otros casos han sido criminalizadas. En Venezuela la Fuerza Armada es un departamento adscrito y subordinado al partido de gobierno (o quizás sea al revés, da lo mismo).
Ojo: el hecho de que existan o de que hayan existido dictaduras peores que la de Nicolás Maduro no convierte el sistema que ha sido instaurado en nuestro país en una democracia.
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Los invito a leer los siguientes artículos:
Hora de definiciones
Por: Andrés Cañizález
http://elestimulo.com/blog/hora-de-definiciones/
Venezuela: votar en dictadura
Por: Carmen Beatriz Fernández
https://www.elespanol.com/opinion/tribunas/20171016/254844515_12.html
