Estimado presidente, como resultado de las victorias obtenidas en el 2017, hoy, bajo su orientación, independientemente de los enemigos directos y los ocultos inconformes ante el
La arremetida la estamos presenciado y, peor aun así, en su gran mayoría la sentimos; unos como víctimas colaterales por la falta inducida o no de alimentos, medicina, servicios públicos satisfactorios, desborde de la delincuencia, burocratismo, ineficiencia y corrupción que, convertidos en el obstáculo más dañino que trastoca el espíritu de todo/as, se ampara en la impunidad que se esconde en el silencio cómplice de "autoridades"; los otros, los que amamos la Patria, igual que usted, desde las vísceras, además de lo anterior, se nos suma la angustia sabiendo del grave peligro que se cierne sobre estas libertarias tierras rebautizada República Bolivariana, mientras los enemigos se frotan las manos en espera de la oportunidad que les permita dar el zarpazo.
Señor Presidente, no pudiendo ser derrotado tal como lo tenían cronometrado los lacayos antipatria y sus amos imperialistas tras el resultado electoral del 06/D-2015, se corrobora que aquel triunfo fue obtenido fundamentalmente por razones del anquilosamiento y/o mala disposición de quienes vienen dirigiendo algunas instituciones políticas y de gobiernos, los mismos que, por acción u omisión, intencionada o no, irresponsablemente guardaron silencio ante las exigencias suyas y del pueblo para corregir vicios, errores y complacencia que no persigue otra cosa que alimentar el grupismo y el sectarismo antiunitario. Todo el objetivo es disgregar, dispersar, desunir y desmoralizar las fuerzas revolucionarias para desmontar irremediablemente la democracia participativa y protagónica, por lo tanto, tenga seguro que en sentido contrario las bases chavistas, resteadas con usted, perfectamente entienden, asimismo, comparten y se suman a la alta presión que se lanza desde la Presidencia para que aguas abajo, se den las respuestas satisfactorias al pueblo y a la vez permitan conjurar las pretensiones entreguistas que se asoman en procuran evitar la reelección presidencial en el 2018, que en definitiva, no sería más que la derrota de histórica del Comandante Hugo Chávez y el Pueblo Bolivariano.
Qué nos toca hacer desde las bases, pues, demostrar que Nicolás Maduro es el líder y sí tiene pueblo quien lo acompaña y lo hará nuevamente Presidente para derrotar el burocratismo, le ineficiencia y al corrupción, esos terribles males que en denuncia del propio Comandante Chávez fueron definidos como el cáncer que se gesta para carcomer las entrañas revolucionarias; cómo, empujando hacia arriba la misma presión presidencial para que las instituciones, empresas o cualquier organismos gubernamental en la esfera e instancia que sea, teniendo alguna responsabilidad ante los problemas vividos, atiendan y den las respuestas exigidas, oportunas y necesarias al pueblo, tal como fuera defino en el Gobierno de Calle; de qué manera práctica, la historia nos los indica, así, tal como lo hicimos durante el paro petrolero del 2002-2003, hagamos movilización del pueblo visiblemente chavista ante las puertas de los entes gubernamentales para que, con la mano izquierda tendamos la mano amiga en búsqueda de las respuestas que permitan precisar que en esa institución no se atenta contra el pueblo y no se conspira contra el presidente Nicolás Maduro, lo que nos permitiría coadyuvar con ideas, propuestas y proyectos para satisfacer las necesidades populares, mientras, con la otra, con el puño cerrado y presto para el combate, impedir que la derecha capitalice el descontento que lleve a la abstención del chavismo o se quede en su casa ante cualquier investida de las fuerzas reaccionarias.
En este 2018, las cartas están echadas, cada quien mostrará para quién o contra quién juega.
Abg.