Recientemente, el Profesor Luis Brito Gracia, de comprobada y versátil capacidad crítica, asomó su razonada preocupación por algún 2irregular uso" que podría recibir esta novedosa moneda, misma que se está estrenando en los escenarios del Comercio Internacional.
Nos decía que algunos compradores podrían poner en riesgo nuestra soberanía energética mediante la adquisición de suficientes unidades de Petros, y exigirnos la entrega del respaldo en condiciones tales, que pondría a prueba nuestra "liquidez" petrolera o monetaria, en tal caso.
Brito plantea su hipótesis, o sea, se trata de comprar dólares, comprarlos baratos, acumularlos y revenderlos bien caro, variantes así. Sin embargo, la confusión aflora porque, independientemente de cuánto sea el precio del petróleo, con precio su alto o bajo, a cambio de los Petros e indistintamente siempre se recibirá 1 barril por cada uno.
Es decir, el respaldo por Petro es y será en cada momento 1 barril; ahora que para compraventas valdrá su valor virtual, o sea, tantos o cuantos dólares priven como precio en el mercado.
Insistimos: aunque se trataría de una posible compra-venta masiva de Petros que por cuantiosa que fuere, no obstante, no agotaría nuestras reservas globales, esas que, como sabemos, superan en mucho la circulación ya respaldada con el campo específico de las primeras emisiones de Petros.
Y, de esa manera, en el supuesto del Profesor que nos ocupa, lo que el Estado o BCV vería comprometido sería los dólares que comprados a precio bajo luego se hayan encarecido y sobre esa base no se podría exigir una cantidad mayor de barriles.
Ahora, aprovechamos para abundar con mayor precisión como semejante riesgo se halla de partida minimizado:
Quienes compren Petros estarán comprando efectivamente dólares y en la justa y cambiante cantidad que señale el precio de cada barril de petróleo representado por cada unidad criptomonetaria.
De esa manera lo que en el fondo queda comprometido ya no serían las reservas petroleras, sino los dólares, mismos que seguiremos "importando" con nuestras exportaciones no sólo de petróleo, gas, sino con las mercancías que podamos fabricar en casa para su exportación al mundo. Y hay más:
También el oro es susceptible del inevitable zigzagueo de precios en los mercados internacionales; de manera que no se trata de nada nuevo en cuanto a la posibilidad de comprar "dinero" hoy a un precio y poder venderlo mañana otro superior.
Tales posibilidades son propias del libre mercado en el cual rigió, ha regido y seguirá rigiendo la puja Oferta-demanda que, sin evitar o reemplazar el valor de las mercancías involucradas, sí moldea sus precios a la baja o a la suba hasta balancear la una con la otra. Así e independientemente de que al final pareciera burlarse la ley del valor se trataría de una impostura ya que lo sobreganado por uno varios empresarios van con cargo necesariamente a otro u otros.
Precisamente, una de las más relevantes diferencias entre la producción socialista y la capitalista es que la primera es debida y globalmente programada, y en la segunda el azar y las decisiones de venta y oferta microeconómicas son las que motivan unos precios acá y otros allá porque no existe una mancomunión de intereses entre los empresarios redundantemente competidores.
