En su artículo « Liberemos al chavismo de la perniciosa influencia de la religión» (Aporrea, lunes 16/04/2018) el profesor Julio Mosquera se hace una pregunta:
¿Por qué liberar al chavismo de la perniciosa influencia de la religión?
Ciertamente se percibe que en el chavismo se dan muchas y diversas manifestaciones de religiosidad, y no como si ese universo estuviese infiltrado de creencias sino como si las mismas fueran parte integral de él. En el chavismo tenemos integrados en un solo cuerpo a una fuerte presencia de religión católica (apostólica y romana) coexistiendo con otros cultos también cristianos. También hay acercamientos y prácticas de otras religiones y creencias. El chavismo está circundado e imbuido de religiosidad. Allí están sus curas chavistas, sus babalawos chavistas, sus movimientos evangélicos chavistas, etc., todos ellos alrededor del poder y buscándolo aquí en la Tierra como en el cielo.
Así pues, se trata de una realidad: la religión y sus entidades espirituales influyen en el chavismo.
En el desarrollo de su artículo de opinión el profesor Mosquera deja claro que se trata de una influencia perniciosa.
Uno puede preguntarse también: ¿Y el Presidente Maduro, estará afectado perniciosamente? ¿Tendrá esto algo que ver con la monumental incapacidad e ineficiencia que hemos observado desde que está gobernando? … ¿o desgobernando? ¿Será por eso que no ha comenzado a enfrentar los problemas que nos matan de hambre y, por eso, prometa comenzar el 20 de mayo si es reelegido gracias a la abstención masiva que promueven sectores de la MUD?...
No es impensable y, hasta podría ser una explicación, que la religiosidad intensa que habita al chavismo haya afectado a nuestro Presidente y, por tal causa, haya sido influido por creencias de algún tipo que escapan a su control y determinan ciertas peculiaridades en lo que dice o hace y, quien sabe, si hasta la inhumana inacción de su Gobierno. Lo que sea que está afectando al Presidente Maduro afecta la vida de millones de venezolanas y venezolanos y es necesario prestarle atención. Él mismo ha dado señales de que algo ajeno a la realidad material del mundo está ocurriendo en su pensamiento. Al menos es lo que podría pensarse de lo que declaró el 15 de febrero en una rueda de medios:
"(…) y ponerme a trabajar el 23 (de abril) en el MILAGRO económico que necesita el país".
Como ustedes pueden ver, es él mismo quien habla de milagros; nada de acciones y medidas económicas para enfrentar el desastre, nada de concertar al país a construir o reconstruir entre todos nuestros porvenires…esto es muy extraño. Por otro lado, y no es una rareza, que algún vocero del Gobierno hable de varitas mágicas refiriéndose a lo difícil que resulta, terrenalmente hablando, enfrentar la crisis nacional. Esto hace sospechar que en las altas esferas del madurismo podrían estar moviéndose fuerzas que se salen de los esquemas económicos y políticos ortodoxos para dirigir la economía, y se adentran en el mundo de las creencias religiosas, lo sobrenatural y puede que hasta de la brujería.
Muchas personas se han dado cuenta de que algo extraño pasa con el Presidente que afecta al país y no le ha permitido concentrarse en enfrentar los problemas, precisamente su trabajo, aquello para lo cual fue elegido. Hasta el propio Julio Escalona, seguramente ofuscado por esta realidad, comenta en su artículo del Viernes, 20/04/2018 en Aporrea, «Guerra de precios ¿falta de gobierno?»:
"Creo que tenemos un presidente, Nicolás Maduro, que está realizando un gran esfuerzo para resolver la crisis actual. Ha dicho que, después de las elecciones, el resolverá los graves problemas de hoy, imagino, que, si no lo hace ahora, es porque podría tener las manos atadas. Entonces, debemos oír ese llamado que está haciendo y votar firmemente por él. Entendiendo, que no es un voto. Es un mandato.
Creo entonces, que, si no se está resolviendo la guerra de precios, ello tiene que ver con la labor de la quinta columna que existe infiltrada, incluso en altos niveles del gobierno. Creo que en ese sentido hay que entender ese sentimiento que va naciendo en mucha gente, que se expresa en la creencia, de que "falta gobierno" ".
¡Claro! ¡Pleno como la luna llena"; Julio Escalona afirma que el Presidente tiene las manos atadas que, si lo entendemos como una metáfora, lo que en realidad podría estar diciéndonos este avezado político, es que sobre el Presidente Obrero podrían estar obrando fuerzas maléficas cuyos autores serían esos quinta columnas infiltrados en altos niveles de gobierno… ¡Ave María Purísima!...
Viene al caso recordar que luego del resonante triunfo opositor en las elecciones parlamentarias de 2015, el flamante Presidente de la AN, es decir Henry Ramos Allup, luego del desalojo del Parlamento Nacional de los símbolos oficiales del chavismo, declaró a través de su cuenta en Twitter: "ya limpiamos la AN de fetiches necrolátricos y de objetos de brujería. Pronto lo haremos en toda Venezuela. Solo habrá símbolos patrios". En este sentido, el Secretario de Acción Democrática, aseguró que en el interior del Poder Legislativo se habían hallado objetos de brujería luego de realizar una limpieza en su estructura. Estos descubrimientos seguramente fueron ciertos aunque lo que dice Ramos Allup no deba tomarse al pie de la letra y, no solo por tratarse de asuntos del espíritu, sino que este político de frecuente incontinencia verbal fue uno de los artífices de la destrucción de la AN y de la pérdida de tiempo del mundo opositor que, en vez de invertir ese tiempo en sacar a Maduro por la vía constitucional del referendo, lo malgastara en acciones cuyo único resultado fue el fortalecimiento de Maduro quien se atornilló aun mas en Miraflores. Hoy lo tenemos, A Ramos Allup, de nuevo, llamando con arrebato a una abstención masiva para que toda la oposición se embarque en sus intereses que están mas allá de nuestras fronteras, en vez de concentrarnos en sacar a Maduro esta vez con las elecciones, sin violencia y sin intervenciones extranjeras.
Lo cierto es que por toda la depauperada geografía nacional cunde la inquietud de que los asuntos de Estado y la política de hambre –que no se consultan con las víctimas, es decir, nosotros los venezolanos– podrían estar dependiendo de consultas a videntes y de culto a entidades sobrenaturales, mas que de sanos y estrictos criterios científicos que deben regir la gestión económica del país.
¿Se habrá percatado la Primera Combatiente de esta situación? ¿Ha prestado atención a las señales? ¿Revisa bien todas las mañanas la borra del café de su marido? ¿El Presidente ha vuelto a ver pajaritos? ¿La tiene cogida con el tema de la guerra económica para explicar hasta la corrupción escandalosa? ¿Será verdad como aseguran algunas personas de buena fe que al Presidente Maduro le tienen montado un trabajo desde Colombia para que se le hayan pasado casi 6 largos y duros años para nosotros, y no haya resuelto el problema de los altos precios? ¿Cuál es el problema que hay en el Gobierno que explique tal ineficiencia y tanta hambre? ¿Acaso el Presidente está bajo el poder de un maleficio? ¿Será culpa de Ramos Allup quien pudo haber dejado algún frasco enterrado o algún retrato cabeza abajo del Jefe de Estado? ¿O será, como afirman algunos entendidos, que simple y llanamente el Presidente Maduro sacrifica nuestra salud y alimentación por el pago de la deuda odiosa para defender su continuidad en Miraflores? ¿Será que también por instinto de supervivencia del madurismo se aprobó en la ANC una Ley de Protección a las inversiones extranjeras que compromete la integridad territorial y la soberanía patria?
Quizá el Presidente sea una víctima inocente de fuerzas malignas o religiosas que han permeado sus distintos anillos de seguridad, y que sean estas fuerzas quienes le han estado aconsejando que no tenga planes económicos para superar la tragedia nacional y que resista en Miraflores en base a aumentos chucutos y bonos y a la protección de entidades no institucionales.
Posiblemente el profesor Mosquera coincida conmigo en que, a quien tenemos que rescatar, es a todo el país de la perniciosa influencia de todos los fundamentalismos religiosos. Éstos niegan la libertad de pensamiento y condicionan nuestra conducta a aceptar que instancias sobrenaturales sean dueñas de nuestros destinos, para que unos vivos nos enseñen a obedecer y a soportar a sus representantes aquí en la tierra.