Kim Jong-un, presidente de Corea del Norte, ostenta al menos cinco cargos más, pero la mayoría de los medios de comunicación, occidentales y orientales, le llaman simplemente "dictador". No obstante, desde que Estados Unidos y Donald Trump coquetean con Kim, algunas de esas mismas empresas mediáticas han matizado notablemente la forma de identificarlo y ahora se refieren a él como "líder local" o "líder norcoreano"
La histórica reunión de Kim y su par surcoreano, Moon Jae-in, poniendo fin a más de 70 años de enfrentamientos y divisiones, ha sido abordada reseñada como una noticia de entretenimiento, similar al primer embarazo de alguna actriz, o al pleito entre Marjorie de Sousa y Julian Gil. Es decir, fue intencionalmente banalizada por cierta prensa al enfocar las crónicas en los zapatos de Kim Jong-un, tratando de significar que éste tiene problemas de sobrepeso y cierto complejo con su estatura, llegando a sugerir que usa calzado con plataformas. Los "expertos" gringos y de Corea del Sur sospechan que el mandatario sufre problemas de salud lo cual se interpreta como una posibilidad de que su muerte pudiera estar cerca. Por añadidura han dicho que la estatura configura un símbolo de "autoridad y respeto" y que en eso le ganó su homólogo Moon aunque éste no le sobrepase por muchos centímetros.
Pero hay otra personalidad que se ha ganado el título de "dictador": Nicolás Maduro Moros, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Maduro tiene encima a un verdadero "quinteto de la muerte" representado en: Mike Pence, vicepresidente de EEUU; Nikki Haley, embajadora norteamericana ante la ONU; Mike Pompeo, nuevo secretario de Estado; el subsecretario de Estado, John Sullivan y un oscuro ser llamado Carlos Trujillo, quien se estrenó como embajador ante la OEA pidiendo que Venezuela "se vaya" de ese ente, al ignorar que en abril de 2017 nosotros nos salimos de ahí, pero por razones reglamentarias tenemos que esperar hasta 2019 para liberarnos de ese karma.
Nos merece mención aparte Colombia, beneficiaria del quinteto de la muerte porque le acaban de aprobar otros 18,5 millones de dólares para "lidiar" con la "diáspora" venezolana, completando así la conflagración contra una nación libre.
No solo llaman "dictador" a Maduro, también le exigen que "renuncie", que no se celebren las elecciones el 20 de mayo como si Venezuela fuese un país de su propiedad. Y es eso, precisamente, lo que nos arraiga más la convicción de no ceder ante el imperialismo "ni tantico así".
Por si fuera poco, Carlos Trujillo advirtió en una penosa entrevista concedida a la operadora política Carla Angola, que no se le ocurra al mandatario venezolano amenazar a Donald Trump porque éste es el presidente de la primera potencia y le puede ir muy mal…Los únicos que pueden amenazar, invadir, bombardear y matar, los únicos que poseen armas de destrucción masiva sin que la OTAN ni la ONU hagan nada son, precisamente, quienes llaman "dictador" a los que no se rinden…
Al menos sabemos que Maduro no necesita usar "plataformas" porque, ciertamente, la autoridad y el respeto no son un problema de "estatura" (aunque tamaño tiene) ni mucho menos de unos zapatos, sino cuestión de dignidad.