Comandante, no me alcanzará la vida para agradecerte por tanto. Agradecerte haber estado entre nosotras y nosotros, mostrándonos el camino idóneo para alcanzar la libertad.
Este domingo 20 de mayo concurrimos a otro proceso electoral. Votamos para elegir Presidente y miembros a los consejos legislativos. ¿Sabes? Fueron unas elecciones –si se quiere–, imprevistas. Originalmente hubiesen estado pautadas para diciembre, pero fueron, Comandante, el arma que nos dejaste para poder enfrentar en paz a quienes a través de la violencia sangrienta pretendieron hace un año y desde hace años acabar con el sistema de justicia más puro con el que cuenta la humanidad: el Socialismo.
Camarada Hugo Chávez, hace un año y pasando por encima de todas las leyes, los enemigos del humanismo intentaron llevarnos al infierno del pasado capitalista hambreador. De manera directa e indirecta fueron culpables de la muerte de 173 compatriotas, a quienes llamaron "libertadores", reivindicándolos hipócritamente y haciendo con ellos la peor de las propagandas por los Derechos Humanos que ellos jamás respetaron. Buscaban, Comandante, propiciar las condiciones para que envueltos en una guerra civil, nos matáramos entre todas y todos, a objeto de propiciar una invasión "humanitaria".
Pero, ¿sabes qué?, justo cuando creían saborear las mieles de su victoria satánica, tu hijo Nicolás Maduro activó el mejor de los instrumentos que nos dejaste: la Constitución. Gracias a ella, el 30 de julio elegimos la Asamblea Nacional Constituyente, ANC, y de forma fulminante pulverizamos sus atrocidades y recuperamos los derechos que la población tuvo secuestrados desde el mes de abril.
Gracias a esa Constitución, Comandante, la ANC decidió adelantar los comicios previstos para fin de año, mostrando al imperio quiénes realmente gobernamos en tu Patria. Chavistas y no chavistas en un buen número, sufragamos y pateamos el orgullo imperialista que obviamente no cruzará los brazos.
Hasta la victoria siempre, padre. Por ti y por la Patria, venceremos.
¡Chávez vive…la lucha sigue!