Nuestros movimientos diarios son ejecutados, en la mayoría de los casos, bajo un estricto cálculo. Obviamente, así lo hacemos en aras de lograr los objetivos previstos y, también muy obviamente, en pro de exponer lo mucho o poco que tengamos, al más bajo riesgo. Supongo que se trata de una sana, antigua y aconsejable norma, adoptada como parte de la historia de la humanidad ¡y más aún hoy!, dadas las condiciones desfavorables que por diversas causas rodean nuestra vida bajo la cúpula actual de un siglo XXI martirizado por una hegemonía brutal.
Dicho en buen criollo venezolano: hay que estar mosca para blindar cada paso diario que damos.
Aunque podría sonar contradictorio, no debemos descartar para la determinación de nuestras decisiones algunos pareceres que, en determinado momento, emita quien enarbole valores o referencias diferentes a las nuestras. Sabiéndolas usar y dándole la interpretación adecuada, sorpresivamente pudieran ser favorables a nuestras expectativas. Esto vale igual tanto para el dato del sitio donde venden el queso a un precio más económico, como para la política en cualquiera de sus lecturas más agudas. Iré aterrizando la idea.
Que un chavista me diga que Alex Saab le tiene la piedra afuera a el gobierno estadounidense imperialista, me parece un loable acto de nobleza, solidaridad, compañerismo y claridad ideológica. Pero que sea la revista Forbes la que dedique sus líneas al tema bajo ese enfoque, es –definitivamente-, algo para atender con curiosa atención y que nos lleva a compartir la opinión que ahora está ante sus ojos.
El cronista David Dawkins, quien se define como "un reportero de riqueza en Forbes", dedicó más de 15 mil caracteres a una entrega que tuvo como médula de su teclado al empresario colombovenezolano, secuestrado por el gobierno de Cabo Verde desde junio de 2020. (Debo aclarar que el empleo de la palabra secuestrado –en este caso-, no se desprende de una cacareada consigna a favor del reo, sino de mi convicción ante lo que es una acción perpetrada por un régimen -el caboverdiano, en este caso-, que olímpicamente escupe las garantías nacionales e internacionales a las que está suscrita en defensa de los derechos humanos).
El caso es que Forbes trasciende al capricho de Estados Unidos por lograr la extradición del latinoamericano seriamente afectado en su salud, pues, además de reseñar (no podía dejar de hacerlo) que es apetecido por un presunto lavado de fondos, también precisa y he acá la noticia, que estamos ante un hombre que "es la clave que abre el misterio monetario venezolano, es decir, cómo un país que enfrenta sanciones de EE. UU., Reino Unido y la Unión Europea aún puede exportar cosas como oro y petróleo".
Debemos recordar, en función de entender la apreciación citada, que Saab está investido de una credencial otorgada por el Gobierno Bolivariano que lo convierte en Enviado Especial a Irán para, justamente, romper el bloqueo en rubros alimenticios y medicinales contra 30 millones de habitantes.
Alberto Ray, director de The Risk Awareness Council, incluido en el escrito firmado por Dawkins el 01 de octubre, aporta otro insumo. Explica que el melenudo (se dice que el paisa usa una cola de caballo), "es el único hombre que realmente puede explicar cómo el país sobrevive hoy".
Refresco el ejemplo del dato del sitio donde venden el queso más barato: Cuando es Forbes quien apunta hacia una segunda causa para justificar la cacería contra Alex Saab, algo de cierto debe haber en cuanto a que no Washington no ha echado el cuento completo. No se trata, en consecuencia, únicamente de coaccionar a otra nación (Cabo Verde), haciendo gala de argumentos esgrimidos sin poseer pruebas, sino de ahondar en otras incómodas variantes que unidas a la férrea y valiente resistencia de hijas e hijos de Simón bolívar, definitivamente han significado un obstáculo para la concreción de sus macabros planes contra nuestra estabilidad política y nuestra existencia como nación libre.
Reitero: tienen la piedra afuera, como decimos acá.
Citaré, a medias, otro refrán nacional antes de cerrar: A buen entendedor…
¡Chávez vive…la lucha sigue!