Comiéndome un perro caliente en las adyacencias de la Plaza Bicentenaria de Maracay, me surgió esta interrogante: ¿Dónde están?, donde quedaron los rostros avivados de la gracia natural que significa ser venezolano, me canso de buscarlo en el bajo flujo peatonal que registra algunas calles y avenida de mi ciudad, negocios que no subieron sus santamarías por temor a que?, Solo puedo ver miradas desenfocadas, ávidas de esperanza, del cual es negado desistir. Queda solo el recuerdo de aquellas ciudades borrachas, que interrumpían el silencio con caravanas, pitos y algarabías, producto de triunfos colectivos articulados por alguna fórmula o doctrina. Se denota peatonalmente, pasos cansados y rostros cabizbajos, que se traducen en una suerte de futuro incierto. Estamos frente la analogía perfecta con un Juan Albañil o un Pablo Pueblo, en donde un fragmento de su letra nos decía "Y vuelve a ver las paredes Con las viejas papeletas Que prometían futuros En lides politiqueras Y en su cara se dibuja La decepción de la espera", hoy me pregunto qué debemos celebrar, ¡y si hay una cosa¡, el hecho de que hasta este momento Nuestro Padre Celestial; no ha permitido, una vía de pérdidas humanas innecesarias; y ruego a Cristo para que ese escenario tan nefasto no llegase a suceder.
Procuro no pecar en levantar juicios de valores hacia nuestros líderes, al contrario agradezco en ellos la fuerte situación que estoy viviendo junto a mi familia, pues me ha permitido reflexionar sobre el seguir tesis humana. Hoy frente a esta realidad he decidido intercambiarla por aquella tesisnque viene de los cielos, por parte del nuestro Señor Jesucristo. Ya me imagino a muchos de los que me conocen burlarse de mi postura, pero algo les digo desde hace rato, los tengo incluidos en mis oraciones y les invito a que reflexionen por lo que han hecho, están haciendo o piensan hacer, Cristo y la vida siempre nos da una oportunidad de reivindicarnos. Ustedes siempre serán mis hermanos, aunque tengan otra visión sobre el momento que le ofrece la vida, siempre estaré allí para ayudarle de corazón y sin esperar nada a cambio. Una de las tantas cosas que influyo en mi decisión, se remonta aquellos maravillosos e irrecuperables situaciones de mi juventud universitaria, donde los por qué? de las injusticias sociales eran notables y fácil de certificar.
Se trataba de cambiar realidades, es decir transformar de manera horizontal, nos hacíamos en verbo y predica parte de esa horizontalidad. No existía propósito alguno en ubicar posiciones sociales de ventajismo (pirámide comunista) como se expresa en la tesis del materialismo histórico, éramos dibujadores de esperanza. Muchos de nosotros termino practicando con fuerza y desvergüenza aquello que criticamos. Y si amigos, hermanos y camaradas, en mis oraciones están presentes aunque le parezca una gafedad, muchos de ustedes necesitan de la compasión de Cristo; él les ama, les quiere y protege permítanle que pueda entrar en sus corazones y verán las grandes y maravillosas cosas que les vendrán en su vida y extensivas a sus familias.