Andariego del mundo, husmeador de lo cotidiano, visitante inesperado que llegas hasta mí pateando calles y caminos, solamente porque buscas una brizna de la verdad que te falta para el titular de mañana. Eso eres, pregonera, pregonero de los más hondos sentimientos de las multitudes.
Se te hace tarde y vas de prisa para el diario, ya lo sé, porque el tiempo se te escapó entre libreta y lápiz, entre grabadora y cámara, entre pregunta y mirada, intentando plasmar en una palabra o en una imagen la verdad que como perla preciosa te encontraste hoy.
Pasión por la vida, amor hecho verbo entregado a la gente, clarinada de Dios son ustedes con vocación profética en el convulsionado mundo.
Periodista: ¿qué has hecho de tu compromiso como buscador de la verdad? No vendas nunca el tesoro de tu vocación por nada ni por nadie. Sé fiel a la humanidad que espera de ti la última palabra. A esa humanidad no la traiciones y no la confundas.
Ser periodista es hermoso, pero más hermoso es vivirlo en una época tan apasionante como esta, con posibilidades de convertirte al instante en héroe de la verdad o asesino de ella, de ti depende, pues "en la tarde de la vida te examinarán en el amor" y eso es la ética, amor al prójimo.
