El líder un ser de construcción compleja: Bolívar alto ejemplo

En estos días de penurias, de enrarecimiento de la vida nacional, conmemoramos un nuevo aniversario del nacimiento de Simón Bolívar; y no se trata de insistir en el mal hábito del manoseado patrioterismo del culto a los héroes y el de hacer de ellos dioses.

El joven y acaudalado caraqueño en el año de 1799, sale del Caribe rumbo a España, alojándose donde un tío materno (Esteban Palacios) que al decir del historiador Liévano Aguirre, era un protegido de Manuel Mallo, un vividor, originario de Popayán, amante suplente de la reina María Luisa. (El titular era Godoy, ministro de Carlos IV). Aquello fue un ambiente y un tiempo de francachelas y banalidades, pero al fin, fases importantes en la vida, que el muchacho logró sortear con éxito, abriéndose a otros espacios. También nos recuerda este historiador colombiano las largas conversaciones de Simón Antonio de la Santísima Trinidad con el también caraqueño, marqués de Ustáriz, gran lector y agudo intelectual, también residente en Madrid y cuya vivienda era centro de frecuentes veladas literarias y políticas.

Bolívar, es un claro ejemplo de aquellos hombres que la vida le coloca trampas y acechos, pero también ventanas de oportunidades resultando duras experiencias que en su caso terminaron por forjarle el carácter, haciéndole un hombre de espíritu elevado y de sólido vínculo terrenal, "El hombre de las dificultades" se autocalificó muchos años después.

En el mes de noviembre del año del arribo de Bolívar a Europa, Napoleón Bonaparte da el Golpe de Estado, contra el directorio, que conocemos como el "18 de brumario del año VIII). Sabemos lo que significó en ese entonces la revolución francesa y Napoleón. Bolívar estuvo allí en esa atmósfera político-social europea, presenciando el estallido de un mundo de contradicciones de amplio espectro histórico, que el líder observó atentamente y supo leer.

Después de rápida relación amorosa con María Teresa, vuelta a la patria y luego tras la tragedia humana del fallecimiento de la esposa, transido de dolor , regresa a Europa, y desde esa atalaya contempla a la América, sedimenta ideas y opta por tomar el camino de las dificultades: la construcción de la Patria venezolana. No fue tarea fácil vencer los resquemores de los mantuanos e interpretar el complicado contexto de las clases sociales y fundamentalmente el factor cultural, Bolívar lo reconoce y en el primer lustro de la contienda, en la Carta de Jamaica lo señala: "El hábito a la obediencia, un comercio de intereses, de luces, de religión, una recíproca benevolencia; una tierna solicitud por la cuna y la gloria de nuestros padres; en fin todo lo que formaba nuestra esperanza nos venía de España. De aquí nacía un espíritu de adhesión que parecía eterno".

El buen lector, observador y gran oidor que fue Bolívar, le permitió manejarse con agudeza en el marco de las contradicciones político-bélicas de las potencias europeas. Por una parte las ideas liberales y la revolución industrial avanzaban; España, invadida por Francia, organizó su resistencia y empleó fuerzas importantes en combatir al poderoso ejército del emperador Napoleón; mientras tanto en Cundinamarca y Venezuela, con buen éxito, los patriotas igualmente hacían la guerra al imperio español.

En el tercer lustro del Siglo XIX, el ejército francés sufre una debacle, se recuperan las reyecías y Fernando VII, vuelve por sus fueros. La dramática emigración a Oriente de 1814, y la pérdida de la II República, fue un golpe demoledor, para la revolución independentista llena de de borrascas y tormentas, la lucha cobraba otras dimensiones, habría que enfrentar un ejército realista que venía de duros escenarios bélicos europeos y de abatir junto a sus aliados, al otrora poderoso y victorioso ejército napoleónico. Esta situación llevó al liderazgo revolucionario a acerar y definir el camino. Aquellos hombres y mujeres, que habían combatido con uniformes y sin él, armados hasta con flechas, lanzas, garrotes y piedras, se constituyeron en fieros ejércitos, cubriéndose de gloria en nuestra tierras, mares, ríos y lagos suramericanos.

No hay línea continua en el camino histórico, las percepciones y contradicciones brotan con frecuencia y muchas veces son irreversibles, en ese sentido en la vida de El Libertador es larga la lista de acechanzas, trampas, atentados, deslealtades, traiciones, e incomprensiones que, con mucha entereza durante un tiempo pudo sortear, pues, hay algo que cual maleza abunda históricamente en los predios del poder: la práctica del nepotismo, la lisonja, la alcahuetería, el oportunismo, los aplaudidores, los pusilánimes, y los buenos para nada, ¡alacranes,! diría el general Müller, si hubiese estado por allá en esos tiempos.

Pero es que, al Libertador, la clase política gobernante que por lo general marcha a contravía de los intereses nacionales, aún muerto, no podían ignorarlo, pero si inmovilizarlo, cosa que hicieron en bloques de mármol, bronce, cemento, en las antiguas plazas mayores o en numerosas creadas Ad-Hoc, Por eso, algunos venezolanos entre ellos Chávez, se preguntarían ¿no será mejor bajarlo de esos pedestales y ponerlo a caminar entre la gente por ciudades pueblos y caseríos?

Hay algo que gravita en nuestra historia, y son los maledicentes, sepultureros de honras y prestigios, también El Libertador lo señala en su despedida: "Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono".

Pero habilidosos son los exterminadores de legados éticos y de Patria, también, se inventaron rápidamente los grandes fastos, vistosos desfiles, mucha parafernalia propiciando un hartazgo patriotero, una verdadera lapidación del héroe ¿Qué quedó de las cívicas Bolivarianas?

Alguna vez en esa implacable autocritica que nos espera, tendremos que plantearnos lo sucedido con el papel desempeñado por el sistema educativo y cultural venezolano ¿Muchas nulidades engreídas y reputaciones consagradas? ¿Acaso hemos creado una consistente identidad político-económico -cultural con la Patria? De haber sido así, ¿Por qué tanto descalabro ético en numerosos liderazgos antiguos y actuales? ¿Por qué la alta cúpula político- burocrática no entusiasma, ni convence? ¿Por qué la desidentificación de una buena parte del funcionariado con sus obligaciones de servidores públicos? ¿Porqué ha brotado en los últimos años con tanta fuerza la anarquía, incivilidad y un desmoronamiento ciudadano en amplios sectores poblacionales, ¿Bastará con las explicaciones de la injerencia imperial?

Por otra parte, continúa el éxodo de venezolanos y venezolanas, de distintas profesiones y oficios, incluyendo los técnicos cercanos en nuestra vida cotidiana, tales con los que nos reparan el aire acondicionado, el refrigerador, el microondas, el mecánico etc., formados en nuestros centros públicos y privados (Universidades, tecnológicos, Inces).Estamos en presencia de una peligrosa descapitalización profesional y humana. Esas migraciones de los venezolanos y venezolanas, no pueden verse de manera ligera; es un duro examen de nuestra conciencia social y fundamentalmente nos obliga a una severa reflexión sobre el desempeño de la clase política que han gobernado la nación hasta nuestros días ¿Qué hemos hecho para cultivar la venezolanidad?

Aquel joven acaudalado volvió a Europa, pero tuvo la precaución de llevar consigo el hilo de Ariadna, no para escapar, sino para regresar a enfrentar ese complicado monstruo social que habitaba el LABERINTO. Así, uno espera que los migrantes hijos e hijas de esta tierra de gracia también regresen, pues este LABERINTO (con su injerencia imperial, neoliberalismo, politiquería de la IV y de la V, también es de su competencia, les pertenece y la tarea para todos va a ser muy dura y para rato.

A BOLÍVAR EN SUS DOSCIENTOS TREINTA Y CINCO AÑOS

LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL

 



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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