Unas insignificantes elecciones de concejales que podrían sacudir al gobierno de Maduro y al PSUV

El domingo 9 de diciembre voy a votar y llamo a votar por Gustavo Martínez de Marea Socialista, y la lista contenida en la tarjeta de UPP 89 para las concejalías del circuito de mi parroquia Antímano.

Tanto Gustavo Martínez como el partido UPP 89 representan al pueblo que, reconociéndose como impulsor del proceso bolivariano que hace veinte años llevó a Hugo Chávez Frías a la presidencia de la República, hoy no acepta ser escaparate encubridor del mayor y más criminal desfalco contra el Tesoro Nacional de toda nuestra historia. No acepta sumisamente la pretensión del gobierno de Maduro/Cabello/Padrino de transformar al Proceso Bolivariano en una robadera perenne e impune. Tanto el candidato, Gustavo Martínez, como la tarjeta del partido UPP 89, siguen expresando la voluntad de enfrentar a la corrupción, la voluntad de repatriar los capitales desfalcados y la vuelta a la observancia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

En la actual coyuntura nacional, ese es para mí programa y compromiso suficiente.

Pero la significación especial de las elecciones a concejales del 9 de diciembre es que en ellas está una posibilidad política que debe ser muy bien ponderada. La posibilidad real de aislar y derrotar al gobierno/PSUV, logrando que la sumatoria de votos que no sean por el PSUV sea sustancialmente mayor que la sumatoria de los votos por el PSUV. Eso que numéricamente es posible con una decidida participación en las elecciones del próximo domingo, es un hecho que políticamente estaría en capacidad de cambiar las condiciones de lucha contra el gobierno de Maduro/Cabello/Padrino en el año 2019.

Evidentemente que eso no pasará si se impone una de esas conductas políticas que, como la que se impuso para las elecciones presidenciales del 20 de mayo, dejó a quienes la pusieron en práctica la amarga sensación de no haber hecho nada para impedir la consumación de la trampa. Me explico. Hoy agradecemos a los estudiantes de la Universidad de Carabobo que con su abrumadora participación en las elecciones a los Centros de Estudiantes, se transparentaron en esa casa de estudios los números del país entero: 80% el pueblo opositor, 20% el gobierno de Maduro/Cabello/Padrino. Por eso fue necesario que el gobierno pasara por el bochorno de encargarle a la Sala Electoral del TSJ que le redactara una sentencia poniendo a ganar a su candidato, logrando así que los estudiantes tuvieran conciencia cabal de quiénes eran sus representantes y, el pueblo, clara conciencia de la parcialidad de su justicia.

Se puede estar en una situación de tal debilidad que ni ganando con los votos se pueda imponer el resultado, pero siempre será mejor obligar al gobierno a evidenciar su capacidad para la trampa y la imposición por la fuerza, en reconocimiento de su condición minoritaria, que dejarle el campo a su disposición para que ni le sea necesario forzar los resultados.

Este próximo domingo está dada esa posibilidad. La votación anti gobierno/PSUV que se reconoce en el proceso bolivariano tiene diversas formas contrarias al PSUV de expresarse. UPP 89, por la que yo opto, es una de ellas pero hay otras.

La votación anti gobierno/PSUV que no se reconoce en el proceso bolivariano, sino que siente que forma parte del universo de lo que anteriormente era la MUD, tiene diversas alternativas contrarias al PSUV para expresarse. Si esos universos políticos comprendieran que el domingo 9 de diciembre no es tanto un día para escoger concejales como para decirle NO al gobierno de Maduro/Cabello/Padrino, una decidida participación electoral permitiría una victoria de la sumatoria de los votos contrarios al PSUV, y eso nos dejaría en condiciones mucho mejores para la continuación de la lucha por salir de esta pesadilla pacífica, constitucional y electoralmente en el 2019.

Y de lo que se trata es de eso. De acumular fuerzas para estar en mejores condiciones para la continuación de la confrontación contra el gobierno de Maduro/Cabello/Padrino que hemos realizado y seguiremos realizando

No se está bendiciendo al CNE, ni legitimando las múltiples inconstitucionalidades que rodean al acto electoral. Hace veinte años, cuando votando por Chávez insurgimos contra cuarenta años de corrupción puntofijista, la ley que mandaba en aquel Consejo Supremo Electoral abiertamente parcializado contra Hugo Chávez Frías era el "Acta mata Voto" y una decidida participación electoral del pueblo derrotó cualquier intención de fraude. Veinte años después seguimos insurgiendo contra la corrupción, esta vez la del gobierno de Maduro/Cabello/Padrino. Ojalá que la participación acompañe a la intención de volver a derrotar a la corrupción.

Caracas 6 de diciembre, 2018



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Santiago Arconada Rodríguez


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