Por las circunstancias que nos ha tocado vivir a los venezolanos y por la actitud asumida por las masas, frente a los actuales escenarios políticos y económicos que en la actualidad soportamos en Venezuela, sería bueno interrogarse o reflexionar, si las masas manipuladas y alienadas al extremo como están, victimas históricas de las llamada derecha e izquierdas introducidas por el eurocentrismo desde la colonia hasta nuestros días, sin percatarse las mismas de tal situación, puedan estar ya aceptando por parte del mal llamado gobierno bolivariano, sus manifestaciones neofascistas y donde las masas parecieran conducirse con cierto placer y excitación hacia su propia aniquilación e incluso luchando por su propia esclavitud, como si se tratara de su libertad, es una especie de parafilia colectiva por alterar la capacidad de la conducta, del funcionamiento de las personas para moverse en su quehacer diario e incluso se desarrolla un sentimiento de culpa donde se comienza a creer, que el país anda mal porque somos responsables del desastre en que vivimos.
Tales señalamientos me atrevo a escribirlos, por aquello de que uno observa como periodista, la existencia de una arenga bien extraña, tanto del gobierno como de la llamada oposición donde se habla de la necesidad del dialogo, la tolerancia y el acuerdo, pero que no se atreve a denunciar la escalada militarista dentro de las instituciones, donde se humilla, se veja, se amenaza, se tortura y se pisotea la dignidad del ser humano para someterlo y cuyo asesoramiento esta bajo el control del G2 cubano y el Servicio General de Contrainteligencia (FSK) de Rusia.
Por otra parte, el discurso del gobierno y de la llamada oposición, pretende invisibilizar lo que ocurre con el traspaso del país al capital trasnacional, dentro del paradigma globalizador, donde nuestros recursos naturales son entregados a corporaciones foráneas, bajo la figura jurídica de empresas mixtas, donde incluso se liquida también la tan cacareada soberanía, en nombre del desarrollo, la recuperación económica, la revolución bolivariana y el socialismo del siglo XXI. Frente a esta situación hay resignación, conformismo, ignorancia inducida y lo peor, muchos creen que es una manera de alcanzar el desarrollo que pregonan desde el propio gobierno, bajo el silencio cómplice de la llamada oposición.
LA PSICOLOGIA DE MASAS
Hoy, hay que revisar, como fue posible llegar a esta situación que en la actualidad vivimos. Entiendo que dentro de la categoría de totalidad hay variables económicas, políticas y sociales que nos condujeron a vivir tal y como estamos, pero desde el punto de vista de la psicología de masas estos escenarios merecen una explicación, pues hay una inmensa mayoría de venezolanos resignados a un proceso de proletarización y empobrecimiento acelerado y donde la mentalidad de esclavización se comienza a desarrollar sin que se percaten de semejante perversión, se trata de saber cómo fue posible el engaño con apariencia de veracidad, cómo fue posible la desorientación para que se asumiera como el camino correcto a la verdad y cómo fue posible sumir a las masas donde hay manifestaciones psicóticas de su conducta, entendida esta como el deterioro o el desgaste de la actividad social normal.
Creo seriamente que toda esta situación que no sólo ha trastornado la conducta del venezolano, sino de toda la humanidad del planeta, comienza aparecer a partir de ese nuevo paradigma de la economía llamado globalización, asumido por nuestros gobiernos de manera incondicional que no solo trajo consigo una doctrina económica centrada en el neoliberalismo, sino que también implemento una doctrina social, política, militar, cultural, ideológica y que utilizo la psicología para establecerla en la mente humana, como única alternativa para el desarrollo de los pueblos y de la propia humanidad y que aparece contraria al viejo capitalismo o capitalismo tradicional y al propio capitalismo de estado, mejor conocido como socialismo.
La globalización, se presenta como pensamiento único, no hay otro que pueda tener cabida en el mismo, de allí que es totalitario y antidemocrático, basado en el corporativismo en el marco de una economía monopólica, donde se militariza el llamado estado de manera simulada y donde se hace presente el autoritarismo y el control social. Un control social donde se induce a las masas a exaltar permanentemente la patria, dentro de un falso nacionalismo para tener persistentemente movilizadas a las masas, lo que ha llevado con frecuencia a la irracionalidad que desemboca en un fanatismo absoluto que caracterizan el neofascismo y que de manera magistral lo ejerce a plenitud el llamado gobierno bolivariano.
Es el control de los medios de comunicación lo que les ha permitido lanzar su propaganda con una violencia psíquica, donde por ejemplo a Chávez se le construye una especie de leyenda para hacerlo aparecer como un héroe nacional y donde Maduro pretende hacer lo mismo con su figura, para mantener a las masas en un estado de esclavitud psíquica, ya lo decía el propio Hitler en su libro "Mi lucha/1925" que "la propaganda política es el arte esencial de guiar políticamente a las grandes masas". Y en el congreso de Núremberg de 1936 exclamó: "la propaganda nos ha llevado hasta el poder, la propaganda nos ha permitido conservar desde entonces el poder; también la propaganda nos concederá la posibilidad de conquistar el mundo".