(La guerra en nuestras circunstancias sería ganancia de pescadores)

Entre utopías, distopías y topias

"Dichosos los siglos dorados en que el hombre solo precisaba levantar el brazo para tomar el fruto de la encina", exclamaba el Ingenioso Hidalgo, en sus andanzas y añoranzas en los campos de Montiel; aquel personaje de "la triste figura", pero de voluntad y alma recia, soñador y enamorado, a quién, cerrando los ojos, imaginamos desnudo en la "Peña Pobre" invocando a su amada, la "Dulcinea del Toboso". En el Rocinante en los primeros años del Siglo XVII, galopaban deseos de justicia y los propósitos de recomponer el mundo.

Es que los sueños de sociedades ideales, aún en la ficción, han acompañado desde los más remotos tiempos a los hombres y mujeres que, alguna vez, los acuciosos exploradores y observadores de los tiempos y sociedades, convinieron en llamar Humanidad. Un siglo antes de la añoranza del caballero andante, un singular personaje inglés: Tomás Moro, había abordado y dejado a la posteridad un filosófico testimonio de tan vital asunto y, casi dos milenios atrás, dicen los estudiosos de Platón que éste había hecho lo propio. Así es, que hay en la historia de la Cultura buenas razones para los sueños y la insistencia en la búsqueda de nuevos rumbos, que nos hagan más humanos, aunque en ese andar perdamos la razón y la vida.

La crisis que actualmente vivimos los venezolanos es verdaderamente complicada, estimamos que no lleguemos al apocalipsis. También pensamos, que podría ser una gran oportunidad de aprendizajes, para el que quiera ver, oír, sentir, reflexionar y empinarse; puesto que, en nuestra visión se presenta como, un examen crucial de una clase política, que supuestamente ubicados en posiciones diferentes, terminan siendo una unidad, repitiendo historias con verbos distintos, que, para los efectos de la realidad, en nuestro tiempo, ha desembocado en una situación fronteriza con la debacle, si es que la evaluación se mide por los resultados.

La Casta política: Liberal, conservadora, Socialcristiana y Socialdemócrata, coloreadas de manera antojadiza; desde la muerte de El Libertador hasta nuestros días, (vienen haciendo de las suyas), con una Nación que necesita ir más allá de su independencia política. La pesada carga de la tradición y costumbres de la dominación, han influido sensiblemente en la formación cultural venezolana.

Las explicaciones y opiniones son abundantes y controversiales. Bolívar junto a unos cuantos líderes surgidos en toda la estructura social venezolana, les correspondió actuar en una época muy exigente, dos décadas intensas de marchas y contramarchas, errores muchos, al igual que aciertos, aprendizajes en el dolor de las derrotas y victorias inigualables; en un marco de profundos cambios mundiales.

En nuestro ámbito se había organizado y asumido la Guerra frontal contra el imperio colonial español, en función del establecimiento del Estado Nacional, (República de Venezuela).

Las ideas del liberalismo filosófico, político y económico avanzaban con fuerza en Europa marcando la ruta del Capitalismo, que tres lustros después de la muerte de El Libertador; Carlos Marx y Federico Engels, empezaron a darle cuerpo teórico a esta Doctrina político-económica, desvelando los mecanismos de relacionamiento, de contradicciones, de luchas y de cambios de las sociedades, en sus diversas fases, modos de producción y contextos históricos.

Nunca estará demás repetir este breve fragmento: ¡Conciudadanos ¡ Me ruborizo al decirlo: la independencia es el único bien que hemos adquirido a costa de los demás. Pero ella nos abre la puerta para reconquistarlos bajo vuestros soberanos auspicios, con todo el esplendor de la gloria y de la libertad" (1)

Efectivamente habíamos echado de aquí a los españoles, pero eran trescientos años de Colonialismo, de Instituciones y de Cultura arraigadas en nuestra patria, que, ciertamente, con mucha claridad El Libertador había señalado en 1815, en la Carta de Jamaica. Pero además el Maestro Simón Rodríguez, había considerado, advertido y sugerido, la clave para corregir la tendencia cultural dominante y, que ella, estaría fundamentada en la Educación al forjar la República con republicanos.

¿Pero que tienen que ver las Topias en este texto, cuyo título: Utopías y Distopías, se enmarca más bien en asuntos de filosofía?,!Aah¡ lo que ocurre es que el Sócrates de Caracas, dijo una vez:

" Que saben y que tienen los jóvenes americanos? Sabrán muchas cosas; pero no vivir en República. Gozarán algunos de un caudal transmitido; pero no serán todos capaces de adquirirlo (…) bueno es que el hombre tenga; pero primero Pan que otra cosa (…) Nada importa tanto como el tener pueblo: formarlo debe ser la única ocupación de los que se apersonan por la causa social:

¡Pueblo soberano…está muy bien

¡Yo lo represento…cómo?

¡Yo lo defiendo …con qué?

¿Dónde está el Soberano?

¿! En las calles retozando mientras niño? ¡

¿! Disipando todo el tiempo de su juventud en placeres ¡?

¿! Calculando incertidumbres en su virilidad ¡?

¿! Viviendo de una escasa renta, o llorando su miseria cuando viejo ¡?

Este Soberano, ni aprendió a mandar, ni manda…y el que manda a su nombre lo gobierna…lo domina…lo esclaviza…y lo inmola a sus caprichos cuando es menester". (2)

En nuestra actual realidad venezolana, el lenguaje económico inunda nuestras coloquiales conversaciones, somos duchos en Macroeconomía: que va desde el patrón oro, las divisas oficiales y paralelas el Petro y Yuanes de nuestro exportable barril petrolero, los asuntos de la OPEP, la inorganicidad de nuestro cono monetario y su efecto inflacionario y pare de contar. Mientras tanto, las Topias de numerosos fogones están frías, nada de leña encendida, sólo viejas cenizas y, por supuesto ningún Canarín u otra olla con algún condumio en proceso.

Lo grave es, que las posibilidades de activar el fogón cada vez más se achican, debido a la creciente escasez, especulación y usura de los bienes esenciales para continuar la vida; ante el cual el Estado se muestra débil e impotente, sin dar respuesta que satisfaga. Esta no exagerada variable estratégica es muy relevante en las actuales circunstancias.

Este momento de finales de la segunda década del siglo XXI, de severas dificultades, nos solicita a los ciudadanos, un comportamiento reflexivo, anti dogmático, sin fanatismos u oportunismos partidarios, sin cálculos politiqueros, ni heroísmos verborreicos y patrioterismos mediáticos, que se confunda con el "hacer política". La atmósfera que nos envuelve nos hace pensar que se prepara una gruesa e indeseable decisión sobre Venezuela. Hay precedentes de acciones del capitalismo-imperialismo en el planeta en estas veinte años, que han sido absolutamente criminales, (Irak, Afganistán, Libia, Siria) realizadas con la benevolencia y el apoyo de las derechas nacionales tradicionales y las recién coloreadas, agregando, el oportunismo de algunos gobernantes y organismos internacionales.

Por otra parte, el liderazgo en el poder tiene la responsabilidad de hilar muy fino para evitar saltos en el vacío, debe aceptar, que en veinte años hemos tenido bastantes oportunidades para el HEROISMO CIVIL, no ejercido en las Instituciones y organismos del Estado en manos bolivarianas : Asamblea Nacional, Consejos Legislativos, Alcaldías y Municipalidades y en todos los otros poderes con su amplia estructura burocrática. Cuidado hay que tener, con aquellas individualidades en función de líderes, que pretendan obtener ahora méritos políticos y bélicos en una posible guerra, cuando sus largas ejecutorias gubernamentales se han caracterizado por gestiones irrelevantes.

La guerra es una trampa, que solo puede interesar y beneficiar a pequeños grupos e individualidades , de aquí y de allá, útil en lo interno para justificar ineficiencias, ocultar llagas, y en general aprovechamiento del "rio revuelto", pero también desde la perspectiva foránea para destruir países y satisfacer estrategias geo-políticas, y como sabemos "Es ganancia de pescadores". Lo cierto es, que ante la historia no podremos evadir nuestra condición de ciudadanos integrantes de una comunidad nacional, pues hay mucho que analizar, dudas que aclarar e interrogantes que responder, y esto implica una jerarquización para la precisión de obligaciones y responsabilidades, que van desde el más alto funcionario civil y militar, hasta el común de la gente, cualquiera sea su ubicación, oficio o, desempeño que tengamos en la vida republicana.

Para la tranquilidad de nuestro imaginario, de nuestros sueños, la experiencia histórica ha demostrado, que los pueblos en sus particulares contextos por muy difíciles que sean sus circunstancias, más tarde o más temprano se empinan. El pueblo venezolano, lo viene haciendo hace rato y sea cual sea la situación, seguirá en sus luchas y, nadie le arrebatará su derecho a insistir en su Utopía.

LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL

(*) Entiéndase no de manera literal el Decir.

(1) Bolívar Simón/Renuncia al Poder Supremo en Bogotá/Doctrina del Libertador, pág. 384/Biblioteca Ayacucho 1985/Caracas-Venezuela,

  1. Rodríguez Simón/Sociedades Americanas/Pág., 33/Biblioteca Ayacucho/Caracas, Venezuela/1990.



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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