Polonia le vende su contrarrevolución capitalista a los golpistas venezolanos

El golpista J. Guaidó le declara al periódico español El País, que Venezuela bajo su espurio gobierno seguiría la pauta de transformación capitalista de Polonia. Nadie puede imaginar que haya sido una iniciativa luminosa del pensamiento de un hombre que actúa con cabeza ajena.

Es conocida la posición abierta de Polonia contra la Revolución Bolivariana y la Revolución Cubana. Las embajadas de ese país en ambos casos actúan sin disimulo como misiones que dan soporte a cuanta oposición contrarrevolucionaria interna contra los gobiernos venezolano y cubano se monta y financia desde los EEUU. No es casualidad alguna.

El Gobierno de Polonia ejercido actualmente por una corriente política totalmente subordinada en política exterior a los intereses de EEUU vota en la ONU contra el Gobierno legítimo del Pdte N. Maduro. Define públicamente su posición contra la Revolución Bolivariana. Al hacerlo en el Consejo de Seguridad del cual es miembro temporal se pronuncia por la violación del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Consecuentemente, se sumará junto a la UE que ya vota en su Parlamento contra Venezuela, al reconocimiento del auto declarado presidente de la derecha venezolana. Si la oposición derechista neoliberal al actual Gobierno del Partido de derecha neoconservador, que viene desplegando una guerra total de bajos kilates por el poder, se le ocurriera acudir a este lance, y en un mitin cualquiera alguién de sus filas se auto proclamara presidente de la república, estaríamos ante una exquisita demolición de esa intentona golpista por el Gobierno en funciones y por toda la mascarada europea obligada a deslindarse de tal desparpajo institucional. Pero qué le importa a la Polonia oficial el concepto de soberanía y autodeterminación de las naciones cuando se trata de "hacerle el sexo oral" a los norteamericanos, tal como literalmente expusiera en una conversación privada sacada a la luz pública nada menos que el Ministro de Relaciones Exteriores entonces en funciones, R. Sikorski (Gobierno del partido ultraderechista neoliberal Plataforma Ciudadana, PO).

Habiendo tomado partido reaccionario contra Venezuela Bolivariana, el Gobierno derechista del partido neoconservador católico-nacionalista PiS (Legalidad y Justicia) en funciones, pone su medio de propaganda oficial, la televisión pública TVP de la cual ha hecho su propiedad política privada, en linea con los medios occidentales que, encabezados por CNN convierten el golpe de estado político de la ultraderecha venezolana en un golpe mediático. Para ello el noticiario 24 Horas de la televisión, TVPInfo, envía a un corresponsal especial a Venezuela. La opinión pública polaca que en su mayoría sigue esta televisora, comienza a ser víctima de la desinformación más burda que ojos y oidos humanos hayan constatado. En una sociedad que ha sufrido una brutal indoctrinación ideológica con la deposición del sistema del llamado socialismo real y la reinstauración del régimen capitalista a partir de 1989, el bombardeo lleva la fuerza de un arma de destrucción masiva. Se trata de aprovechar la oportunidad para denigrar el socialismo, apuntando a la crisis venezolana en un esfuerzo que ya linda con lo paranoico de ahuyentar el "fantasma del comunismo" contra el cual luchan denonadamente, luego de considerarse sus sepultureros.

¿Qué le vende Polonia a Venezuela?

Pues el recurso del método de la transformación capitalista neoliberal más despiadada que se ha conocido en Europa desde que J. Soros la introdujera en los países del Este europeo. El recetario del Consenso de Washington enriquecido con la experiencia devastadora de los países latinoamericanos en la conocida década perdida. Lo trae a Polonia el economic killer Jeffry Sachs, alumno de la escuela Chicago's Boys, cuando después de dinamitar Bolivia aterriza en Varsovia y le pone en bandeja de plata a los cabecillas de la oposición a la República Popular de Polonia (PRL) con L. Walesa al frente, en su función de doble agente pago del Servicio de Seguridad de la PRL y de la agencia USAID (el conocido camuflage de la CIA), el plan del cambio contrarrevolucionario. La clase obrera y los trabajadores polacos envueltos en el Movimiento Solidaridad pedían transfortmaciones bajo el lema "socialismo sí, deformaciones no".

Sin embargo, la elite intelectual pro capitalista polaca se apodera de Solidaridad y pacta con Washington la transformación capitalista. Oposicionistas de derecha y disidentes izquierdistas de espíritu pequeño burgués se unen e imponen el Plan de la Doctrina del Choque apodado "Plan Balcerowicz", un economista polaco graduado en Polonia y ex miembro del auto asumido como comunista Partido Obrero Unificado Polaco. Toda semejanza de dicho Plan con las declaraciones que ya ha hecho sobre su programa el auto proclamado presidente títere de Venezuela J. Guaidó no es pura coincidencia.

Todo el patrimonio nacional de Polonia, construido por el pueblo en la postguerra durante el proceso de desarrollo socialista, es privatizado a precio de remate para el capital foráneo, esencialmente estadounidense y europeo. Un verdadero zafarrancho extorsivo. En sólo un decenio el patrimonio es vendido por el 10% de su valor real. Industrias completas, todas las empresas agroindustriales cooperativas de gran aporte el Producto Nacional, empresas de servicios comunales. Los trabajadores son sencillamente echados a la calle. En los primeros diez años el desempleo alcanza el 25% de la fuerza laboral y en la juventud el 55%. Polonia experimenta un éxodo masivo de sus ciudadanos en busca de trabajo en Europa y Norteamérica, es la emigración más fuerte que se conoce en la historia moderna después de la mexicana hacia los EEUU. Se apodera de la economía y el estado una corriente de corrupción con total impunidad. Se aprueba una ley en el Parlamento que da luz verde a la reprivatización de las viviendas comunales que habían sido entregadas al pueblo por el Gobierno socialista, provocando los desahucios de decenas de miles de familias que duran hasta hoy. Los índices de pobreza y pobreza extrema se disparan, devastadoramente en las regiones rurales, en un país donde ese fenómeno no era conocido ya en el periodo de reconstrucción socialista después de la IIGM. El sistema de salud, hasta entonces universal público comienza a privatizarse, la atención médica entra en crisis. El capital extranjero se apodera de la economía, del sector productivo y financiero. Todo el sistema bancario, excepto un banco, se privatiza y vende a ese capital a precio de mercadillo. El sector productivo es convertido a la uzansa yanqui en México en una inmensa maquiladora. El país de convierte en mercado de mano de obra barata para el capital foráneo y en un mercado para todo el excedente de producción de las economías occidentales, en especial de Alemania, Holanda. Italia, Inglaterra y Holanda. Es un auténtico despojo. La conversión de Polonia en una neocolonia de los EEUU y la UE. La repercusión estructural de la transformación neoliberal capitalista polaca es de extenso alcance.

Hoy, a 30 años de la imposición al pueblo polaco del "Plan Balcerowicz", el país intenta salir del agujero negro. Serán largos lustros para lograrlo. Pero nada indica que las elites en el poder piensen en salirse de la senda capitalista de "desarrollo". Todo lo que se intenta es ponerle cara algo humana al liberalismo capitalista.

La propaganda oficial y los voceros del capital internacional anuncian hoy a Polonia como el alumno pródigo de la "transformación exitosa del socialismo en capitalismo". Al igual que Venezuela hoy, no se podía hablar de socialismo a plenitud en la época del estado PRL. Era un proceso de transformación pro-socialista que, a pesar de la gran transformación progresista social, estaba aquejado por muchas patologías sociopolíticas y económicas. Polonia con la construcción del socialismo dió un salto civilizatorio epocal, que sus detractores no tienen como devaluarlo en sus ataques. El asedio del imperialismo anglo-americano y europeo a los países del llamado bloque socialista, sin embargo, había llevado a los países del bloque socialista a convertirse en plazas sitiadas, con el corrosivo efecto sobre la democracia. Es Marx quien nos continúa diciendo que el camino hacia el socialismo es la democracia. La democracia es de estirpe socialista, si democracia. La guerra económica sin cuartel contra los países socialistas desencadenada por el capitalismo occidental hizo su mella en el desarrollo económico de Polonia y el resto de los países del bloque. La radicalización de la transformación socialista en Polonia se hizo imposible por la fuerte dependencia del socialismo soviético ya estalinizado. En 1989 reinaba una situación económica crítica en Polonia, pronunciada por el embargo económico y financiero de los EEUU. El desabastecimiento de alimentos y bienes de uso se había hecho crónico. Ello sirvió de caldo de cultivo al golpe contrarrevolucionario.

En los debates en que se sumergía la sociedad, la ignorancia sobre la naturaleza de la transformación de sistema que se avenía era profunda. En las universidades se imponía una ola de pensamiento y discusiones anárquico-liberal. Cuando en la Universidad de Gdańsk -la ciudad cuna de toda la elite neocapitalista polaca que empujó la contrarrevolución y donde me había graduado de economía- participaba en aquellos debates exponiendo que era bien claro el camino de la latinoamericanización capitalista periférica de los cambios que se estaban proponiendo en Polonia, quedaba como un hereje. El golpe demoledor sobre el tejido social y la propia economía que sobrevino con la transformación neoliberal capitalista quebró a varias generaciones de polacos/as.

Hoy, anunciada como una economía desarrollada por los voceros internacionales que impulsaron el cambio capitalista, quienes apuntan al crecimiento del PIB actual del país, situado en tres años de gobierno del liberalismo conservador en un promedio de 4%, llegándoe a equlibrios macreoeconómicos apreciables, el mar de leva del deterioro socioeconómico es ensordecedor. La habilidad ha consistido en pasar de un régimen de acumulación neoliberal de capital, soportado en la depredación extensiva del trabajo a uno de acumulación intensiva con un programa social que intenta poner parches al deterioro social. La diferenciación de la renta en principio no se supera, situándose en GINI de 36%, propio del llamado tercer mundo subdesarrollado. No menos del 50% de los trabajadores y sus familias se las tienen que arreglar con salarios netto alrededor de los 450 euros mensuales, osea alrededor del 20% del salario mínimo promedio de la UE. El trabajo precario somete a gran parte de los trabajadores polacos, como una fuente por excelencia de la sobreexplotación capitalista. Los bancos de alimentación proliferan. Las acciones caritativas suplen la ausencia del Estado en la garantización del nivel mínimo de existencia (ME) para las mayorías. Un 20% de las familias en el nivel superior acapara ca. del 50% de toda la renta, mientras que al 20% del fondo le corresponde apenas un 7% de dicha renta. La sociedad queda poseída por el espíritu del individualismo más feroz. La "carrera de ratas" de la juventud, bastante bien calificada, en la lucha por puestos de trabajo mejor remunerados tipífica la existencia social.

Juan Guaidó promete al pueblo venezolano la receta polaca. Se la han vendido envuelta en papel toalet y no se ha dado cuenta. O sí y no le importa embarrarse las manos. La oligarquía y la burguesía propietaria compradora venezolana ha conocido ese estado de marginación y explotación de las mayorías porque justo ello le ha propiciado el estado de bienestar del que disfrutan. Convirtieron el país bajo la ocupación neocolonial estadounidense en el minotauro petrolero, de cuya renta vivian sin sonrojo, mateniendo el 80% de la población en el subsuelo. A la Revolución Bolivariana hay que castrarla por la barbaridad de reflotar a esa masa de pobres e indigentes venezolanos. Algo tienen claro, no permitir que la revolución socialista se abra paso. Más allá de la codicia yanqui por el petróleo lo que no se puede permitir es la fuerza de un precedente socialista de prosperidad socioeconómica y dignidad humana en el continente. A Cuba la mantienen bajo mortal asedio con un bloqueo económico, comercial y financiero que dura ya 60 años, un país pequeño de apenas 11 millones de habitantes sin petróleo ni vastas riquezas naturales. El miedo que les quita el sueño está en que cuaje el camino de la revolución socialista.

Y Venezuela, no tiene otra opcíón hoy que ir del golpe de estado al Golpe de Timón.



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Roberto Cobas Avivar

Economista, activista político y social

 rcavivar@gmail.com

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