La mecha para el inicio de la intervención

23 de febrero, día del juicio final

El 24 de febrero, la Patria de Bolívar despertó en paz y tranquila, a pesar de los ruidosos tambores de la guerra que presagiaban el estallido de una conflagración en el país y el fin de la Revolución Bolivariana, en el poder. Para esta fecha la derecha apátrida, se visualizaba excitada, haciendo entrega de las riquezas nacionales, a sus amos del norte. Hoy, contra todos los pronósticos de los espiritistas y hechiceros que entumecen nuestras mañanas y a pesar de las amenazas bélicas del imperio más poderoso de la historia y su jauría de matones, Nicolas Maduro Moros, continúa siendo el conductor de las riendas del país y Presidente Constitucional de la República Bolivariana.

Todo estaba dispuesto para que fuese aplastada la soberanía de la nación Venezolana el día 23 de febrero de 2019. Prueba de ello es que a Colombia ingresanron sedientos, con la intención de encaminar las acciones desestabilizadoras e intervencionistas, el Congresista norteamericano y gusano mayor, Marcos Rubio, el Presidente de Chile Sebastián Piñera, el Presidente de Paraguay, Abdo Benítez, el Secretario General de la OEA Luis Almugre y por supuesto el más funesto y arrastrado a las órdenes gringas, el Presidente Colombiano Iván Duque. Los cachorros del imperio, pretendieron con su presencia, darle legitimidad, fuerza y justificación a los acontecimientos que sucederían horas más tarde.

Llego el añorado día sábado. Había sido acelerado debido a los deseos mortuorios de los psicópatas que sueñan con la intervención de fuerzas extranjeras en sus vecindarios. El desvelo de los días previos y sus ansias enfermizas precipitaron la llegada de lo que llamaron el "nuevo amanecer". Las expectativas sembradas en sus seguidores generaban júbilo y profunda incertidumbre, como si esperasen la llegada del año nuevo. Pero como Dios siempre está de lado del bien, se observó que sus planes perversos, uno a uno se iban desvaneciendo irremediablemente, a la vista de todos, hasta que finalmente el día del juicio final terminó, sin calamidades, ni muertes. La opinión pública mundial, pudo observar nuevamente el grado de demencia y el accionar codicioso de la oligarquía nacional e internacional. Sus clamores silenciosos por la fecundación de sucesos sangrientos que dieran motivos a la intromisión extranjera, quedaron dispersos y relegados a simples intentos, que rememoraban las contiendas Universitarias. Aunque creo que en la UDO, la intensidad siempre fue superior.

El día que las corporaciones MEDIATICAS imperiales, habían definido como el más importante del año 2019, en el cual configuraban el fin de la Revolución Bolivariana y de Nicolás Maduro al frente del Estado, no pasó de ser un día más, un nuevo ultimátum, frase que ya se hace rutinaria en el imaginario opositor y que ha dado pie a la ocurrencia criolla, que avizora desde ya, que la próxima "jornada final" pudiera ser para el 29, 30 o 31 del mes en curso.

Los días previos a la fecha indicada, los voceros de la Revolución Bolivariana alertaban, sobre lo que ha sido una constante en el gobierno narco-paramilitar de Colombia. Advertían que se debía estar alerta ante un nuevo FALSO POSITIVO que pudiese desencadenaran las acciones intervencionistas en contra del país. Como ya se había anunciado, las acciones golpistas inician según lo previsto por los voceros venezolanos, con un montaje que simulaba que el Gobierno Nacional arremetía en contra de civiles y fuerzas militares de Colombia. La obra psicópata comienza, cuando varios efectivos de la Guardia Nacional, captados por el enemigo, en pleno teatro de operaciones y con la tención de los dos países en su máximo nivel, deciden quebrantar el juramento de lealtad con la Patria Venezolana y proceden a robarse dos tanquetas blindadas y las abalanzan contra el cordón de seguridad establecido por la Policía Nacional y ciudadanos allí presentes, con la intención de simular un ataque por parte de los cuerpos de seguridad del Estado, en contra del gobierno de Colombia. Los vehículos desarticulan el cerco policial, atropellan a una reportera chilena, también a una funcionaria policial, impactan contra los obstáculos que separan ambas fronteras, siendo frenados finalmente por las barandas colocadas sobre el puente. Luego bajan de los vehículos cual sabandijas, huyen hacia el otro lado y son recibidos como héroes por los enemigos de la Patria. Deserciones que pudieron ocurrir en cualquier otro momento, suceden cuando lo indicó el libreto y las cámaras estaban dispuestas. Lamentablemente para ellos, no pudieron asesinar la cantidad de personas requeridas, los vehículos no recorrieron el trayecto esperado y resultó imposible llegar al lado colombiano con la fuerza destructora anhelada. El justificativo no fue suficiente para el estallido en puerta.

En la medida que el día se agotaba y veían que se les complicaba la aparición de nuevos eventos, se imaginaron que estaban solos en Trípoli y proceden a quemar los camiones con alimentos encapsulados y medicinas, con la intención de inculpar a los cuerpos de seguridad del Estado Venezolano. Lastimosamente para ellos, las cámaras que no aparecieron en otras naciones devastadas, si estuvieron allí y captaron; la llegada de la gasolina y quiénes procedieron a prender el fuego en el lado colombiano. Imágenes que recorrieron el mundo y daban cuenta de lo que realmente ocurría en la frontera y cuáles eran las verdaderas intenciones del enemigo de la Patria, con respecto a la ayuda humanitaria. Evento que dista de la propaganda incesante lanzada al mundo, que pretende presentar al gobierno yanqui, como el más generoso, desprendido y preocupado del continente. Se pudo observar que insumos muy requeridos por los cucuteños, se consumían de manera irresponsable, para incriminar al Gobierno Venezolano.

Amaneciendo el día 24 de febrero, Marcos Rubio, producto del desespero generado por la impotencia de no haber logrado la conmoción en el país y con la irresponsabilidad característica en él, denunciaba que un Diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela y su amigo, habían sido envenenados cuando desayunaban en un restaurant en Colombia. Posteriormente la Policía colombiana, desmentía esta hipótesis y manifestaba que habían sido envenenados por prostitutas, luego de una pachanga.

Transcurrido el día que tanta tención y zozobra generó en la Población Venezolana y en el mundo, no queda más que agradecer a los líderes de la Revolución, por el manejo excepcional que han hecho de la provocación a la que el imperio somete al país, privilegiando siempre la paz y la tranquilidad de la República, por encima de todas las cosas. Es de resaltar la lealtad infinita de nuestra fuerzas armadas y demás cuerpos de seguridad y su compromiso hasta la muerte con la defensa de la Patria, destacable la valentía de nuestro Presidente Constitucional Nicolás Maduro, la estatura e inteligencia demostrada en el desarrollo del conflicto, la valentía y el compromiso del camarada Diosdado Cabello y su recorrido moralizador por todo el país, el arrojo del camarada Freddy Bernal al frente de la cabeza de playa establecida en la frontera con Colombia. La disposición y la combatividad de nuestros gobernantes en general, en el Estado Sucre, nuestro Gobernador Edwin Rojas, dando respuestas oportunas y en proporciones superiores, a cada movimiento que los factores adversos a la Patria, desencadenan contra la convivencia y la estabilidad de la región. Pero por sobre todos y todas las cosas, agradecer a Jehová Dios por escuchar las oraciones de los que aman este país y desean que los problemas de los venezolanos, puedan resolverse sin saqueos externos, muertes y destrucción. Es seguro que este David, llamado Venezuela, permanece en pie, porque el creador de todas las cosas, nos lleva en sus manos.

¡¡¡Hoy ganamos una batalla a la rapiña, pero no debemos olvidar que la guerra continua y estamos obligados a vencer!!!.



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Pedro Figueroa


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