Alcaldes y gobernadores de oposición, se suman a la opción que representa Maduro.

Aunque para algunos sea poco, es toda una hazaña lograr lo que hemos podido lograr hasta ahora. Los pueblos del mundo admiran a Nicolás y a la Venezuela que resiste, porque realmente entienden que es un país pequeño, queriendo ser digno, soberano, independiente y autentico, frente a las potencias más poderosas del planeta. Entienden que es una batalla de un David, contra varios Goliad. Estar donde nos encontramos, es haber salido de las profundidades del abismo. Con las consecuencias que eso implica, para la vida de cada uno de nosotros. Algunos, en vez de agradecerle a Dios y al gobierno, por dirigir de manera exitosa la resistencia que hoy nos coloca como uno de los países con mejores expectativas de crecimiento y de vida, eligen ser cipayos, serviles a Norteamérica. Hemos sido sometidos a la agresión más despiadada e inhumana, que se pueda imaginar. La indiferencia ante el sufrimiento y muerte de miles de personas, fue la tónica reinante en el mundo, en los últimos años. Más de 50 países dieron vida a uno de los espectáculos más dantescos y dolorosos, que haya padecido pueblo alguno. Otros simplemente voltearon la cara. Salvo pocas excepciones, el mundo entero decidió solo mirar la función mortuoria que se escenificaba en Venezuela. Más de 930 "edictos", emitió Estados Unidos y Europa, para congelar el funcionamiento normal, de todo un país. Prestando especial atención en la economía. Concentrando su mayor nivel de destrucción, en el negocio de hidrocarburos, en la desarticulación de la industria petrolera nacional. Cada una de esas sanciones, iba dirigida a paralizar áreas específicas del estado nación. Y otras a imposibilitar el acceso a las riquezas producidas y acumuladas en el exterior. Se nos arrancó del sistema financiero mundial. Y se confiscó el dinero de los venezolanos que había en los bancos del mundo y el producto de las transacciones que se habían hecho para la adquisión de bienes, repuestos e insumos para la industria nacional y para el consumo. Dineros que fueron entregados luego a Guaidó y sus secuaces, acólitos de Norteamérica. Recursos que han sido empleados en la conspiración permanente, que mantenía en agonía al país.

Cuando observamos los medios de comunicación de la derecha nacional e internacional y revisamos su línea editorial, nos encontramos, sin hacer mucho esfuerzo, que la intención que persiguen, no es otra que crear en sus seguidores, la sensación de que es imposible la derrota, tratan de construir en las personas que han logrado programar desde la política del odio, Kamikazes, aquellos individuos que, sin razón alguna, destrozaban agredían y asesinaban a su paso. Hacen esto a pesar de que hasta Datanálisis, su encuestadora favorita, y muchas otras, les confirman que serán inevitablemente derrotados otra vez. Los medios norteamericanos, europeos y de la oligarquía latinoamericana, y todos esos portales que surgieron luego del golpe de estado de 2002, con dineros robados de Venezuela, insisten en dar ventajas a la Machado, superior al 80%. Como hicieron previo al golpe de estado en contra de Hugo Chávez, buscan preparar a sus seguidores para una confrontación, engañándolos nuevamente, disociándolos de la realidad, como lo hacía RCTV y otros medios, penetrando el subconsciente de sus usuarios y transformando personas amables y dóciles en odiadores irreconocibles. Han estado alebrestando a sus partidarios, como ya lo han hecho en otros momentos. Hace días el Presidente nos alertaba de planes con paramilitares colombianos, los cuales son recurrentes en su repertorio. Preparan desde hace rato el escenario de la muerte. No hicieron campaña para el 28J, porque desde ya saben que están derrotados, se preparan para el día después. Para los días siguientes, como ya han hecho en otras oportunidades. Otra vez buscarán devolvernos al atraso, a la anarquía, a la inestabilidad y al desconcierto. Ellos ganan destruyendo nuestros avances en la economía. Ganan destruyendo el encuentro familiar y entre venezolanos. Ganan infiltrando la zozobra y la angustia en la sociedad. Ganan robándonos la paz. Ganan destruyendo la convivencia y la confianza en este País.

Ya no son los chavistas los que entienden qué pasaría en nuestro amado país, si la ultraderecha llegara al poder. Es la sociedad multicolor consiente, la que se moviliza para cerrarle el paso al odio y al fascismo. Son menos los espacios que se le brinda a los destructores de vida y de sueños. A los apátridas, que subordinan el interés propio, al ajeno. No hay disposición en muchos sectores distintos a la revolución, a dejar perder los avances que ha experimentado la economía. Y se han dado cuenta, que es deliciosa la hermandad entre los venezolanos. La convivencia sana apartada del gen del odio y de la violencia. Se percataron que el crecimiento económico, y la generación de riqueza individual, no se contradice con la política económica de Nicolás. Miran que, a pesar de los efectos criminales de las sanciones económicas, el país se levanta y se enrumba a escenarios de prosperidad. Y no son solo los actores nacionales quienes observan lo favorable que se presenta la economía. El Fondo Monetario Internacional pronostica un crecimiento del 4% del PIB, de igual manera el PNUD espera un crecimiento del PIB del 4,2 %. Actores de la economía norteamericana; acreedores de deudas venezolanas e inversionistas petroleros, prefieren dirigiendo al gobierno nacional, a Nicolás Maduro, según se recoge de medios internacionales.

Lo que ocurrió recientemente en las elecciones en Europa, se potencia en Venezuela. En Inglaterra y Francia, la derecha se unió a la izquierda para evitar la llegada al poder de la ultraderecha, por los antecedentes genocidas que ésta ha dejado en la historia. En Venezuela ha sucedido lo impensable, alcaldes y gobernadores electos por las tarjetas de oposición, que en algún momento enfrentaron al presidente Nicolás Maduro, han decidido apoyar la opción que éste representa, al contrastarla con la expectación que ha estado sembrando la Machado. Chavistas y la derecha con arraigo nacional, se resisten a volver a los tiempos de confrontación e híperinflación. No se atreven a poner en riesgo los avances palpables que presenta la economía nacional y la sociedad toda. La centro derecha venezolana, ha decidido jugársela con Nicolás Maduro. Los que tienen a sus hijos y su patrimonio en el país, y han sido parte de la recuperación económica y sienten cuanto nos ha costado, se restean con Nicolás. Si la derecha nacional comprende lo destructivo que sería un gobierno pro gringo para la sociedad venezolana, cuánto más el patriota que lleva en su espalda el legado de Hugo Chávez. Este domingo 28J con tu voto, ciérrale el paso a los que desprecian la vida y la convivencia en sociedad, dile nooo al fascismo.