La crisis económica y social por la que atraviesa el país afecta mayormente a las mujeres, siendo nosotras las que llevamos la mayor carga en la resolución de los problemas del hogar, desde pensar en qué se va a comer, hasta ver que se puede comprar con el poco presupuesto que disponemos desde nuestra condición de asalariadas.
Otro punto crítico tiene que ver con la salud sexual y reproductiva. Un informe presentado por la coalición “Equivalencias en Acción”, denominado “Mujeres al límite”, expresa que en el país hay un 90% de escasez de anticonceptivos, lo que trae como consecuencia un aumento de embarazo adolescente y de la mortalidad materna, que, según el mismo informe, aumentó en un 66% en el 2018, siendo el estado Zulia el que encabeza la lista.
¿Qué causa la mortalidad materna? el lamentable sistema de salud con el que contamos en Venezuela. En muchos casos hay que recorrer varios hospitales para poder parir, sin olvidar que al llegar a cualquier centro de salud toca recibir “la lista de mercado”, todos los insumos que se necesitan para poder ser atendida, y la otra causa y no menos importante son los abortos practicados en condiciones inseguras. Muchas mujeres al no tener acceso a los métodos anticonceptivos optan por practicarse un aborto en condiciones de poca seguridad, donde las más expuestas somos las de sectores populares, ya que no podemos pagar los privilegios o ventajas de practicarse una interrupción de embarazo en una clínica privada.
Un estudio realizado en 4 centros de salud de Caracas destaca que por cada cuatro partos hubo un aborto durante el período agosto-diciembre de 2018. Se registraron en total de 2.246 abortos, lo que representa 15 abortos diarios aproximadamente en cada centro de salud y la mayoría son por falta de planificación.
La violencia física hacia la mujer es otro factor que refleja la vulnerabilidad a que estamos expuestas, en un país donde no es muy común conocer de cifras oficiales que develen claramente los casos de feminicidio que se ocultan tras el ropaje patriarcal y mafioso de la justicia siempre al servicio de las cúpulas de poder y negando la posibilidad genuina de resolver en función de dar un parado al flagelo machista que nos acorrala y oprime por la desventaja que implica ser mujer.
Todo lo anterior pone al descubierto la situación en que nos encontramos las mujeres en Venezuela donde no se garantiza ni el derecho a la salud, a la alimentación y a una vida segura, llevando a millones de nuestras iguales a engrosar el fenómeno de la migración, a riesgos de los abusos, engaños y peligros existentes como el de organizaciones que practican la trata de personas.
Es por eso, que las mujeres en Venezuela debemos organizarnos para pelear por nuestros derechos, para exigir que se garantice el acceso a la salud sexual y reproductiva, a la alimentación y que se nos garantice una vida libre de violencia con un sistema judicial que sea imparcial e independiente, levantando un feminismo militante, con criterio de clase y con una herramienta política que esté al servicio de todas las luchas inherentes a nuestros problemas.
Con ese espíritu te convocamos a que vengas con nosotras a seguir construyendo en Marea Socialista Juntas y a la Izquierda, para continuar creciendo y desarrollando esa herramienta que nos permita presentarnos con verdaderas posibilidades de dar voltea a esta catástrofe que nos condena, sin falsas expectativas ni atajos que llevan a millones ante la falta de esa alternativa, a depositar confianza en cúpulas que solo son más de lo mismo y que mientras avanzan con sus negociaciones secretas, nosotras, la juventud, los trabajadores y los sectores populares en generales seguimos pagando un desastre que no hemos creado.
Hoy más que nunca cobra vida la consigna de las compañeras que han levantado la marea verde en Argentina “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto seguro para no morir”.