Maduro como Guaidó son dos piezas del tablero económico y político mundial bajo el tutelaje que ejercen, principalmente, los "cualificados" representantes de los gobiernos miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), cuya competencia principal no cumplida es evitar confrontaciones que se inician en una nación, que se pueden propagar hacia una región y conducir a un exterminio sin retorno: confrontaciones que después de la II Guerra Mundial no se han desactivado sino que se han proliferado con la anuencia e irresponsabilidad de sus miembros. De hecho, los 195 países con representantes en la ONU, son víctimas del carácter antidemocrático del principal organismo mundial a la hora de decidir sobre aspectos globales, incluido escenarios de guerra y exterminio ambiental, porque quedan bajo el tutelaje de los 5 miembros con poder de veto: un Consejo de Seguridad que ha perdido credibilidad ante la población mundial y que coloca ya a la orden del día la necesidad de una urgente transformación de la Gobernanza Mundial que permita develar rigurosamente la personificación internacional de poderes económicos que profundizan un modelo capitalista demostradamente inviable y que no deja de ejercer un control total y parcializado sobre las competencias de la ONU, que no solo violentan las normas que rigen su razón de ser fundacional sino que utilizan distintas formas de guerra, incluidas las ambientales, como negocio rentable en medio de crisis económicas promovidas a nivel nacional e internacional cada vez más recurrentes. Gobernanza Mundial en manos de genocidas y ecocidas que desestiman las advertencias contra este modelo impuesto bajo control de quienes se han constituido en el 1% de quienesacumulan la riqueza mundial a costa del pobreza del 99% global y que de manera demencial promueven e intensifican deliberadamente su papel criminal contra los Pueblos y el Medio Ambiente por la vía de intensificar su posicionamiento en inmensos territorios vírgenes y semivirgenes, codiciados por sus inmensos recursos naturales y ubicados en su mayoría en países del Sur, sin importarles el peligro real ni las alertas tempranas que conducen recurrentemente a desparecer la existencia de toda forma de vida en vastos territorios que ya acumulan consecuencias irreversibles no solo en la amplia geografía local y nacional sino global.
Cómo soslayar la incompetencia de casi la totalidad de los gobiernos del mundo que conforman la ONU, ante la decisión de 5 gobiernos de su Consejo de Seguridad. Por supuesto, no son los pueblos de China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos que también son víctimas de ese 1% que acumula las mayores riquezas del mundo, personificadas en dueños de consorcios financieros y empresariales globales, quienes mueven los hilos de ese parcializado funcionamiento de una economía y "ordenamiento" político global a la que se supeditan casi la totalidad de los gobiernos del mundo.
En el caso de la codiciada Venezuela: Maduro (Putin-Xi Jinping) que no puede criticar Bolsonaro (Amazonía) por ser responsable en el ecocidio que avanza en el Arco Minero del Orinoco y Guaidó (Trump) con el respaldo de un presidente que ¡no cree en el cambo climático!, constituyen dos piezas que no esconden su dura inserción en el tablero económico y político mundial al servicio de intereses económicos internacionales que perforan lo que debería ser la "ecuanimidad" de unas "Naciones Unidas", que bajo el mando improcedente y dictatorial del "Consejo de Seguridad", abjuran de su función de preservar la Paz y el Planeta para colocarse al servicio de los más grandes Capos del Capital en el marco de un mismo Plan Económico Global que hoy avanza en su lógica económica extractivista - primario exportadora y que intensifica otra lógica de guerra diseñada para instalar enclaves territoriales en las zonas, ya identificados satelitalmente en la parte Sur del planeta, hoy disputadas y codiciadas por sus cuantiosas reservas de recursos naturales: necesarias para la acumulación de capital real ante la debacle financiera que hace insostenible ese Casino Mundial infectado de Capital Ficticio (papeles basura y dinero electrónico o virtual).
Un plan contra la existencia de la humanidad y de la naturaleza al que no escapan, con todas sus diferencias, ninguno de los gobiernos de estos 5 países del Consejo de Seguridad con todos sus aliados gobernantes de las naciones que conforman la "gobernabilidad" de la ONU y que coloca en cuestión y apremiante revisión esos dos comodines o pretextos que la izquierda internacional oportunistamente a desfigurado: me refiero a esa categoría, esencialmente económica, denominada "Imperialismo" y esa otra del "enemigo principal y secundario" que conducen a "alianzas estratégicas" con gobiernos de países tanto o más capitalistas que EEUU. Un plan conocido y develado que lo saben y divulgan los cientos de miles de profesionales, investigadores, científicos, premios nobel, hombres y mujeres vinculados a la ONU, organizaciones multilaterales y organizaciones sociales de todo tipo que son parte, tienen acceso a estudios cualificados y se han preocupado por informar de las innumerables alertas tempranas, surgidas de los investigaciones realizadas que han promovido y que dan cuenta de este Plan de Muerte del Planeta y la Humanidad, a la que estamos expuestos de continuar bajo un Modelo de Acumulación Privada de Capital que conduce, sin obstáculos firmes, hacia la Barbarie y debido a la inexistencia de límites prohibitivos que la actual Gobernanza Mundial está en incapacidad de implantar para hacer desaparecer un modelo contranatura que utiliza y monopoliza las revoluciones tecnológicas en detrimento de la Vida Global.
Valga traer a colación la declaración de principios y de carácter programático titulada: "Cambiemos el sistema, no el clima", elaborada colectivamente y firmada inicialmente por más de 500 organizaciones, redes y plataformas participantes en la Cumbre Alternativa (Klimaforum09), que se realizó en Copenhague, Dinamarca, de manera paralela a la 15ª Conferencia de las Partes (COP15) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) del 7 al 20 de diciembre 2009 y que constituye una orientación inaplazable "que necesitan los pueblos y el planeta hacia una transición justa y sostenible de nuestras sociedades a un modelo que garantice el derecho a la vida y la dignidad de todas las personas, y entregue un planeta más fértil y vidas más plenas a las generaciones presentes y futuras".
Cambiar el Sistema pasa por cambiar y transformar la Gobernanza Mundial: un Poder Constituido Global que empieza a ser jaqueado por un Poder Constituyente Global de los Pueblos y que este mes de Septiembre, marcará con mucha fuerza la pertinencia de las luchas globales entre esa disputa a favor de la Vida contra la Muerte.