Esto "del Cuero seco" lo tomo prestado de una expresión atribuida a Guzmán Blanco, político venezolano del siglo XIX, refiriéndose a nuestras continuas guerras civiles; contiendas crueles como todas ellas, realizadas con Chopos, máuseres, bayonetas, lanzas, machetes y cargas de caballería con caballos de carne y hueso, acordes con los tiempos. Pero hay guerras de guerras; en este siglo XXI, son otros los implementos bélicos y seguramente otros los cálculos, y otras las consecuencias, aunque las motivaciones e intereses a lo largo de la historia humana, sean similares en sus finalidades político-económicas.
Ahora, hay que considerar que el planeta en aquellos tiempos era grandote, O, "Ancho y ajeno", según lo estimaba el escritor peruano Ciro Alegría. Entonces, uno se pregunta: ¿a quién le podría importar, si es que acaso se enteraban, que unos "fulanos" se decapitasen y exterminasen con alguna frecuencia en confines tan lejanos?
Pero como ya lo señalamos, este es el Siglo XXI. El planeta, por obra y gracia de la construcción y desarrollo de lo nuevo O de la "modernidad" en todos los tiempos (teorías, ciencia y técnica) EMPEQUEÑECIO…empequeñeció…empequeñeció, cuestión fácilmente verificable. Usted puede ir a Maiquetía, y en poco tiempo, podría disfrutar de una excelente "bandeja antioqueña" en un buen restaurante de Bogotá (eso sí, no viaje en un Sukhoi, váyase en un avión comercial) O, si prefiere, tome un vuelo a París y en pocas horas podrá apreciar en el Louvre la sonrisa de la "Gioconda". Entonces, la realidad nos da la certeza de que el mundo no es, ni tan "grandote" ni tan "ancho", en cambio nos queda la duda de si es "ajeno". Esta interrogante nos remite a aquel acontecimiento de la cuasi-milagrosa línea imaginaria en Tordesillas, donde con Bula y todo, a finales del Siglo XV, el papa Alejandro VI repartió "El Nuevo Mundo" entre Castellanos y Lusos.
Desde aquel hecho distributivo, mucho Océano se ha navegado y múltiples cosas han cambiado. Sin embargo, lo que al parecer, no se ha logrado entender a pesar de la ciencia, la técnica y la filosofía; es que la tierra, es realmente un pequeño HABITAT, navegando en un inmenso Océano cósmico; es más, es como un condominio, donde estamos obligados a convivir en términos respetuosos con todo lo que nos rodea, y particularmente con el menos racional de los racionales, el cercano vecino, aunque no sea simpático. ¡Ah! Pero es verdad, es demasiado simple el razonamiento, para un asunto tan complejo como el que nos ocupa.
En un planisferio observamos el Golfo Pérsico: Irán, Arabia Saudita, Kuwait, Irak, Barein, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Omán. Yemen. ¿Cuánta gente, cuanto petróleo y gas? ¿Cuántos intereses geo-políticos? Mientras escribimos, leemos que, tanto: EE.UU, Australia y el Reino Unido, a propósito de los acontecimientos incendiarios en áreas petroleras en Arabia Saudita y otros asuntos: patrullan dichas aguas. En caso de que en esa vasta región estalle un conflicto bélico, ¿hasta dónde llegarán las fronteras de esos "cueros secos"? ¿Esta posible confrontación de estos miembros del condominio, hasta donde nos puede llevar? ¿El asunto quedará reducido al uso de armas convencionales? ¿Quién define lo convencional? ¿Alguien garantiza que el uso de determinadas armas no afecten el cada vez más frágil eco-sistema de nuestro hábitat común? ¿Quien quiere abrir en este siglo XXI, en aquellas tierras de antiguas mitologías la "Vasija de Pandora"?. Nosotros habitantes de este pequeño planeta preguntamos, ¿De pasar al uso de instrumentos mayores de destrucción, quién indemnizará a los sobrevivientes por el efecto invernadero? Y, en las peores hipótesis: ¿qué derecho le asiste al "liderazgo" mundial, al pretender implantar en este planeta un paisaje lunar?
Por supuesto, que este tiempo histórico, contextos, realidades, O como lo definamos, no admite ingenuidades y ligerezas; no se trata de ver con un catalejo desde una colina la alineación de los ejércitos, para ordenar los movimientos del caso. O, en la comodidad del hogar ver la "peguita" en un canal de TV. Las guerras la hemos visto hasta el cansancio en el cine, ya la realidad escapó de la pantallas de Hollywood, y son otros los escenarios, ya no son lejanías, no es en la "Cochinchina", pues, los efectos son compartidos, y, podrían ser muy graves.
Huntington, teorizó sobre el "Choque de civilizaciones", ideas que no deben ser descuidadas, y este momento puede ser pertinente para una revisión de ellas. Pensando en todos esos países de la región que nos ocupa, con sus particularidades culturales, pero a su vez con una impronta civilizatoria digna de considerar, pues no ha sido cualquier cosa el imperio Persa y su dominio en un vasto territorio del mundo antiguo, así como las influencias helenísticas y arábigas en el pensamiento, ciencia y técnica. Hay mucha densidad cultural en esos pueblos y una enorme fuerza histórica civilizatoria. En el plano espiritual, su visión del mundo, de la existencia material, su distancia de la visión del occidente son datos importantes para la prudencia, en esta difícil situación.
En nuestro hemisferio, unas cuantas voces, desde el Libertador para acá, se elevaron para hacer de estos territorios sitios de Paz, pero eso había que concretarlos con pueblos unidos, de allí la creación de La Gran Colombia, y la idea de El Congreso Anfictiónico de Panamá, razones había para ello, Bolívar y otros independentistas sabían y habían hecho conciencia, que, nuestras sociedades eran la creatura de una invasión cultural iniciada a finales del siglo XV, que impuso su visión política, económica, espiritual, truncando el desarrollo de la civilización que se gestaba en estos inmensos territorios, habitados por pueblos diversos, con desarrollos y características culturales diferentes, como suele ocurrir en todas partes del planeta: China, Rusia, India, la Unión europea: unidades culturales integrando conjuntos históricos: civilizaciones
En estos ejemplos, EUA, ocupa un lugar destacado por su experiencia de viaje a la inversa, demostrado por su capacidad para deshacerse de los grupos humanos originarios. En ese sentido Hollywood, hizo bastante para convencer al mundo de la actitud bienhechora y civilizatoria de los gringos, exterminando sistemáticamente a las. Poblaciones indígenas. Al parecer, de ese genocidio solo quedan algunas reservaciones, más para la curiosidad turística, que por interés étno-histórico. Sabemos, que en este tiempo de globalidades: los inmigrantes son el gran dolor de cabeza de Trump y sus seguidores, quiere sacarlos, pues, si ya se quitaron hace rato el problema de los pieles rojas, quedan pendientes ahora estas pieles latinas; ¡Claro!, solo hay un asunto a dilucidar y es que, esa mano de obra barata, ha sido siempre un negocio, con bastante oferta disponible en un vecindario de pobres, que a su vez, durante décadas ha sido estimulada con el "sueño americano".
Mientras tanto, en este berenjenal, Venezuela anda en lo suyo, que ya no es tan de nosotros, pues buena parte del mundo está compartiendo y actuando en uno u otro sentido en esta calamitosa situación. Admito la comodidad del teclado de un computador, para escribir algunas ideas, pero también debo admitir la dificultad para hilvanar con serenidad, sin faltar a la intencionalidad objetiva, lo que en mi entorno cotidiano percibo, veo, converso, y leo. A ello se une la angustia por las señales y gritos que la humanidad planetaria emite. Ante tanta complejidad trato de pensar:
A.- Venezuela NO NECESITA como gobernantes mesías milagreros, Belzares (buscadores de oro) y rentistas a capa y espada. No contamos con El rey Midas, pues hace rato este trabaja para el sector financiero internacional. Oportunistas y logreros hay abundantes en el poder y fuera de él, intentando ocupar posiciones (agarrando aunque sea fallo). Pero de esos seres no esperamos mucho, pues nada han aportado ni aportarán al PIB transformador republicano. Son los del discursillo politiquero tradicional, O sea nada para el mingo.
B.-El mesianismo liberador basado en porta-aviones, y en los salvadores de la patria tipo: Castillo Armas, (Guatemala, 1954) no son bien vistos por los pueblos dignos. La solicitud de injerencia abierta O solapada de otras naciones en nuestros asuntos nacionales, es injustificable y no le queda bien a quién la solicita, revelando baja estatura política y pequeñez histórica.
C.-Afortunadamente Venezuela, tiene hombres y mujeres, de pensamiento diverso, talentos y profesiones. Gente de bien. Conscientes de su condición de ciudadanos integrantes de un Estado-Nación, independiente, que ciertamente, cruzada por diversas y complejas variables, atraviesa un mal momento, una deplorable gobernanza. Pero la Nación no debe confundirse con una piñata. Ocurre que los pillos de todo pelaje y color político son muy habilidosos y hacen mucho ruido, buscando ocultarse hacen lo indecible por crear la matriz de que los venezolanos casi todos militamos en la trampa, y que sólo esperamos que nos pongan donde "Haiga". La corrupción en Venezuela, en estos tiempos ha sido el más eficaz enemigo ideológico para destruir cualquier posibilidad de cambio en función de una sociedad con un perfil ético diferente al tradicional. La corrupción, en todas sus expresiones, ha crecido como la verdolaga, pero eso se puede detener, mejor dicho, es una obligación histórico-ciudadana hacerlo, sino queremos, lamentablemente parecernos a otras naciones de nuestra América.
En el proceso bolivariano el PSUV, como en su época lo hicieron COPEI y AD, nadaron embelesados y ahítos en los recursos de la renta pública, para el beneplácito de los buitres de la economía nacional y mundial y alegría del águila imperial. La responsabilidad estructural de las citadas organizaciones políticas en las crisis nacionales dadas en el ejercicio del poder en sus respectivos tiempos históricos, no hay manera de evadirlas.
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL