En estos días, a propósito de los conflictos en diversos lugares del planeta, rememoré en un texto publicado en este portal, la metáfora del "cuero seco", (se pisa por aquí y se levanta por allá) atribuido al presidente Guzmán Blanco, cuando se refería a las frecuentes guerras civiles venezolanas, que estallaban en cualquier momento y en cualquier lugar.
Después de la independencia del imperio español, la disolución de la Gran Colombia, y la muerte del Libertador, la nación venezolana, estaba totalmente desajustada, economía devastada, endeudamiento, grave escasez poblacional por la larga guerra, y para mayor tragedia, florecieron los líderes políticos y politiqueros, civiles y militares; sintiéndose cada uno de ellos con el derecho a pisar su pedazo de "cuero seco", incluyendo el mismo. Guzmán.
Todo esto incidía y agravaba la debilidad demográfica y acentuaba la pobreza. Esta metáfora llaneraza retrataba agudamente un tiempo, y permite muchas lecturas. Por ejemplo: podría ser, que aquellas reiteradas insurgencias, donde los hombres del pueblo, voluntarios u obligados, seguían al "hombre a caballo", que cual mesías, les ofrecía reivindicarles de sus ancestrales insatisfacciones y desigualdades. Era la masa tradicional que a lo largo de su vida, con su fuerza de trabajo además de producirles riqueza a otros, también habían de ser los soldados en sus ocurrencias bélicas.
En el occidente europeo, hacia algún tiempo se habían encendido los motores a vapor de la revolución industrial, y las ideas políticas del Liberalismo avanzaban impregnándolo todo; también surgían otras formas de ver la vida y concebir la historia de los hombres, de allí el Socialismo.
Y más allá, seis décadas después, ya no en el "liberalismo Amarillo" venezolano, sino en el Este del planeta, más lejos que más nunca: otro tiempo, otras historias, otros contextos, otras Metáforas; pero similares insatisfacciones y desigualdades. El joven líder comunista Mao Tse Tung, en carta a sus camaradas (05-01-1930) hacía un análisis de la situación política y militar China.
Hacía tres años se había iniciado la Guerra Civil, (1927) donde participaban los "señores de la guerra", las fuerzas nacionalistas del Partido Kuomintang, liderado por Chiang Kai-Shek, y el partido comunista. Mao, aquel joven estudiante universitario en Pekín y empleado de la Biblioteca, seguramente recordaba cuando en vacaciones iba a su aldea en la provincia de Hunan, y veía los arboles sin corteza, pues era el alimento habitual de los pobres de la comarca.
Ahora, en su nueva situación de líder revolucionario, tenía presente su experiencia como veedor del entorno, y testigo de la pobreza campesina, e insistía en la importancia de la caracterización de todos los elementos que concurrían en la realidad: en aquel momento la nación era una estructura semi-feudal, campesina, atrasada, desarticulada, integrada por señores de la guerra que peleaban entre sí.
Para ese entonces, China disponía de una población aproximada de 450 Millones de habitantes, y un territorio de más de 9 millones y medio de K2, lo que podría ser hoy, la mitad de América latina. Era a su vez una época de "hambre imperial", y en esa atmósfera China, era por sus características lo que se podría llamar un: ¡Bocado de Cardenal!
En noviembre de 1921, se habían reunido en Washington, convocados por el gobierno de los EE.UU: China, Inglaterra, Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Portugal y el Japón, aquello no era otra cosa que una disputa de buitres ante una presa mayor ¡China! Por ello en su carta, nueve años después de la reunión imperial; Mao, en territorio insurgente, consciente de la debilidad del proceso político revolucionario y las poderosas acechanzas rememoró un viejo proverbio Chino:
"Una sola chispa puede incendiar la pradera". Escribía Mao: "toda China está llena de leña seca, que arderá pronto en una gran llamarada. El proverbio, "una sola chispa puede incendiar la pradera" es una descripción apropiada de cómo se desarrollará la situación actual. Basta echar una mirada a las huelgas obreras, las insurrecciones campesinas, los motines de soldados y las huelgas estudiantiles, que están desarrollándose en muchos lugares, para darse cuenta de que esa "sola chispa", sin duda alguna, no tardará en "incendiar la pradera".
Mao, en ese texto, lo que se proponía era invitar a ver, apoyándose en la historia, la teoría y la experiencia para poder analizar y caracterizar la sociedad y ofrecer confianza y certeza política en la acción. Es decir saltar por encima de las apariencias y conocer las complejas Contradicciones en la estructura social de la vida histórico-política de China.
Hoy, no estamos en el Siglo XIX de Guzmán, ni en el XX, de Mao, sin embargo las metáforas se mantienen vigentes, pues las insatisfacciones, y las desigualdades persisten campantes en estas dos décadas del siglo XXI. Mientras tanto los pueblos crecen en sus aspiraciones, exigiendo mayor respeto a la dimensión psíquica humana, donde el avance de la calidad y esperanza de vida, sean severos índices acompañantes de la dignidad de las gentes; y que hagan del tiempo matemático de la humanidad más festejo de la vida que dolor. Por ello la exigencia humano-planetaria de atender con urgencia el "cuero seco" y la "leña seca y la chispa".
El Hemisferio Sur desde el muro de Trump, hasta la Patagonia, y desde el Atlántico al Pacífico ha acumulado bastante "leña seca" con la corresponsabilidad de tiranuelos, pseudo-democratas, demagogos vestidos en todos los colores y pésimos comediantes de la política.¿O más bien comerciantes? ¡Ojalá! Que la dinámica política nos depare un nuevo liderazgo, en Nuestra-América, que además entienda también, que desde hace rato al igual que a la China en su tiempo, nos perciben como otro ¡Bocado de Cardenal!
Como hemos visto, a comienzos del Siglo XX, los imperios estuvieron muy activos, algunas rápidas lecturas sobre China nos lo recuerda. A comienzos de este siglo XXI, el imperio hegemón (EE.UU) se mantiene activo y agresivo, y haciendo uso de una colosal arma: Una telaraña político-jurídica, extendida y aplicada Urbi Et Orbi, y para su fiel cumplimiento, navega con sus cañones por todos los mares.
Esta tela de araña político-jurídico-bélica del Hegemón imperial, no solo afecta y arruina países pequeños, sino que también pone en aprietos a naciones poderosas; mientras tanto los antiguos imperios decadentes a la cola, tratando de colaborar y pescar "alguito" para no perder la costumbre.
Sin embargo esta historia humano-planetaria no concluye con el auge y declinación del imperio del Dólar, los porta-aviones, y la tela de araña político-jurídico-económico-bélica con la que se ha intentado maniatar al Mundo. Se nos presentan ahora los imperios emergentes que abren nuevas páginas para el análisis en esta continuidad histórica.
LA REVOLUCION ES CULTURAL