Nos consultan, en nuestra condición de moderador de la Red de Observadores Universitarios, sobre la propuesta que hace el compatriota William Izarra de recoger firmas para un contra revocatorio. Al respecto, con todo respeto por William, nuestros comentarios:
En primer lugar, el revocatorio constitucional es nuestro
No se puede perder de vista que la salida por parte de la oposición de intentar convocar un referendo, tal como lo establece el artículo 72 de la Constitución Nacional, es la aceptación a regañadientes de estos grupos de la primera condición que siempre puso el Presidente de la República para cualquier negociación: Toda salida está en la Constitución. Sólo a partir del 19 de agosto puede convocarse a un referendo revocatorio.
Esto lo sabe hasta el más humilde venezolano. Ejemplo de ello la compatriota que en la cuña de VTV reclamaba en diciembre "por qué la gente de Altamira no puede esperar 8 meses.". Pero la oposición intentó de todo para saltarse la Constitución: Convertir un consultivo en revocatorio, allanar el CNE con Pizzani, publicidad engañosa con el eslogan "elecciones ya", la presión del criminal saboteo a la industria petrolera; propuesta de enmienda, de reforma y de cualquier insensatez inconstitucional. Mas al final fueron derrotados por su propia ignorancia, prepotencia y maldad. Triunfo el pueblo constitucionalista.
Quisieron ocultar su derrota con el llamado "firmazo" y aún nadie ha podido ver esos garabatos, de seguro fraudulentos como los que forjaron para convocar el consultivo.
Aceptaron el revocatorio. Buscaron disfrazarlo como una propuesta de Carter, pero todos sabemos quien lo propuso y que artículo de la Bolivariana lo regula. Si esa oposición obsesionada y servil hubiese acatado las reglas constitucionales cuánto daño se hubiera evitado a Venezuela. Esa pregunta se la hace el oposicionista de a pie, el que perdió su empleo, al que le quebraron su negocio; ese que no se explica tanta marcha, cacerola, pito, corneta, consigna y gastos en ropa tricolor para al final aceptar algo que fue aprobado el 15 de diciembre de 1999 por el 80 % de los votantes: La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Por tanto no son ellos los que están tomando la ofensiva simulando convocar un revocatorio presidencial. Con eso sólo están proclamando su fracaso. Ellos ahora, descaradamente, quieren hacer ver a sus simpatizantes que siempre quisieron el referendo para agosto pero que el Presidente se niega. Que manera de menospreciar la inteligencia de su propia gente. Así que no debemos temer a que intente convocar un revocatorio por la vía constitucional. El que lo hagan es una victoria revolucionaria. Lo que hay que cuidar es precisamente que ese intentó no se aparte en lo más mínimo de los caminos legales.
En segundo lugar: ¿Nosotros debemos convocar un contra revocatorio?
En nuestra modesta opinión no. Constitucionalmente lo establecido es el referendo revocatorio. Este puede ser convocado por el 20% del electorado. Es decir, por los inscritos en el Registro Electoral Permanente. También lo puede hacer el Presidente de la República, que claro está no está interesado en hacerlo (El Presidente obedece al mandato del pueblo que lo eligió) Ósea, que los opositores deben recoger un aproximado de dos millones y medio de firmas (2.500.000) bajo los requisitos que deberá establecer el Poder Electoral que en breve se inaugura con un CNE designado con un proceso público y constitucional. De acuerdo a la experiencia es poco probable que los seguidores de "Súmate" logren ese fin de manera transparente, por lo que de seguro no pasarán el filtro de la verificación (no de un conteo contra data). Y sino logran recoger unas firmas, menos aún podrían superar los 3.800.000 votos que obtuvo Chávez en el 2000.
Creemos que tratar reinterpretar la Constitución para crear una nueva figura que vaya contra un revocatorio es como hacerle el juego a los mismos que trataron convertir un consultivo en referendo. Hasta el TSJ les leyó la cartilla.
Por otra parte no se trata de una competencia de ver quien recoger más firmas. La Constitución no establece que unas firmas anulen las anteriores. Se trata de activar un mecanismo constitucional y este se acciona con el 20 % de las firmas del electorado sin importar que otro grupo lleve 40 % o más. En el mejor de los casos, en un escenario surrealista, habría que realizar dos referendos.
Si de verdad poseemos 4 millones de electores a favor del Presidente (lo cual según las encuestas de la oposición es cierto y de acuerdo con las nuestra es superior), en el supuesto negado de que los tramposos lograrán recoger 20 % firmas validas de acuerdo con las reglas, simplemente habría que encauzar ese caudal de votos bolivarianos por el NO. Darles una nueva y aplastante derrota en las urnas electorales con las normas que ha conquistado el Proceso Revolucionario. Pero eso no será necesario con la aplicación de un Plan Contra-revocatorio presidencial (parafraseando a Izarra)
Tercero: Un Plan Contra-revocatorio presidencial En línea con William, si puede haber un Plan Contra Revocatorio. Y este está en la Constitución -no me estoy contradiciendo- de seguida me explico. Pensamos que la nueva arremetida mediática de la oposición, en el plano electoral (también azuzan el internacional), consiste en distraer la atención de los revolucionarios hacia un revocatorio presidencial para que se olviden de los revocatorios locales de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y juntas parroquiales. Que olvidemos, como expresa William, que hay que tomar el poder en esos espacios.
Precisamente ese es para nosotros el Plan Contra-revocatorio presidencial. Sí, hay que recoger cientos de miles de firmas que juntas sumarán más de esos cuatro millones. Firmas para revocar a los mandatarios de la Alcaldía Mayor, Zulia, Carabobo, Yaracuy, Miranda, Anzoátegui, Monagas, Apure. A los casi 300 alcaldes obstruccionistas regados por todo el país y entre los que destacan los de la Gran Caracas, como el de Chacao, Baruta, El Hatillo y San Antonio de Los Altos. A los diputados de la Asamblea Nacional, principalmente a los traidores del voto popular, como los del MAS-menos de Tablante, Puchi y Mújica; los asquerosos del miquelenismo y por supuesto los golpistas de la oposición.
Aquí reside el verdadero miedo de la oposición: que se desate una explosión pública de solicitudes de revocatorios locales. Eso los hace temblar. Ya los mandatos de estos funcionarios llegaron a mitad de período. Iniciar una jornada unitaria de recolección de firmas y de comités pro SI (para sacar a estos malos gobernantes) garantizará sendos triunfos de la Revolución Bonita Ante tal embestida la oposición, ocupada de salvar sus pocos espacios no tendrá tiempo siquiera para pensar en Chávez.
Concentremos nuestros esfuerzos en los revocatorios locales. Tomemos el poder local y el poder colegiado.
Concluyó con las propias palabras del compatriota y luchador William Izarra cuyo artículo ha inspirado estas reflexiones: "Llamo, con verdadero sentimiento revolucionario, a dejar a un lado las diferencias políticas circunstanciales, los rencores inicuos, las posturas burocráticas, pragmáticas y clientelares, para proceder a ejecutar el Plan Contra-revocatorio."
La mesa está servida.
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