Consciencia y Utopía IX

Hace mucho, mucho tiempo, bueno no tanto… en un bello campo de la Cordillera Andina Venezolana, vivía un niño al que todos llamaban Firifiríto. Él vivía junto a sus padres y hermanos en una casita de barro y madera, entre árboles frondosos de bucares, guamos, majaguas, ceniceros y punta de lanza y lindas flores de capacho, cayenas, novios, árnica, orquídeas y primavera.

FirifirÍto tenía por costumbre, escaparse por las noches de plenilunio, mientras sus padres y hermanos dormían. Junto a sus buenos amigos: Blaqui y Cubi, dos perritos que lo acompañaban a todas partes, salía silencioso de su casita al despuntar la media noche, y después de recorrer un caminito bordeado de árnicas, flor de montaña y siempreverdes, se sentaba en una piedra muy redonda y se ponía a hablar con la luna.

La hermosa luna, adornada de pretendientes luceros, cada vez le conversaba de muchas cosas y temas relacionados con la vida y sus simbolismos, sentidos y significados.

En cierta ocasión, la luna, después de darles la bienvenida a Firifiríto y sus amigos, les dijo: Esto que te voy a contar mantenlo siempre en tu memoria. En algún momento, aunque algunas consciencias despiertas lo sabrán, la mayoría de la humanidad ignorará de dónde y porqué vino, pero vendrá un bichito al que llamarán corona virus. Vendrá como un cuento de camino, a meter miedo para que los humanos, del Amor se olviden y pierdan sus destinos. Les impondrán una prisión disfrazada. Muchos continuarán con la obediencia habitual y se creerán el cuento de la "versión oficial", otros llorarán y buscarán un escondite en las religiones y sistemas de creencias dogmáticas, que les someterá al pecado original y justificarán el hecho como un castigo de un dios lejano y tirano. La mayoría se mantendrá oculta en sus casas, anhelando el retorno a la "normalidad" y muy de moda se pondrán los tapabocas o mascarillas, guantes, gorros y que para no contaminarse del referido bichito.

Cuando ese momento llegue, apártate de la rancia y heredada ignorancia, bañarte de consciencia es mi consejo, acércate a la naturaleza y ama lo más que puedas.

Dale un significado a los hechos que se manifiestan, percibe más allá de lo que te muestran los sentidos físicos y la personalidad alienada. Por ejemplo, quedarse en su casa y ponerse un tapaboca o mascarilla, si lo llevas al plano de la consciencia lo que significa y trata de decirte la vida es que te calles por un momento, que cierres las ventanas de los sentidos físicos y procura minimizar o erradicar esa manía de siempre querer tener la razón. Busca el silencio y CONÓCETE a ti mismo.

Luego de esta conversación, la amiga luna obsequió a Firifiríto y a sus amigos unos sabrosos chocolates con sabor a luceros de madrugada. Ya de regreso, por el bonito camino, le dijo a sus perritos: cuando llegue ese corona virus ustedes no usarán tapabocas o mascarillas y mucho menos guantes, porque en ustedes la vida se manifiesta de forma natural, y a veces reflejan más sabiduría que los humanos, al comprender que solo el Amor es importante.
 



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Héctor Honorio Rodríguez Orellana

Ingeniero Agrónomo (Universidad Central de Venezuela), M.Sc. Desarrollo Sustentable de Territorios Rurales(ESAT), Dr. en Ciencias para el Desarrollo Estratégico(Universidad Bolivariana de Venezuela),Profesor en Agroecología(UBV), Fundador de Fundagraria (Fundación Ecológica).

 forimakius@gmail.com

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