¿Revolucionarios o Pendejos soñadores?
Sin duda alguna lo sucedido en Irak le ha dado una lección al mundo; no
se puede ser pacífico y pendejo a la vez. La idiotización en que los
medios y gran parte del liderazgo tradicional; tanto político como
religioso, sumergieron al pueblo venezolano lograron el saqueo, el
crimen y engaño en nuestro hermoso país. Con una supuesta democracia nos
metieron la mentira de un comunismo sanguinario, de unos EE.UU. modelo
de democracia y defensor del mundo, de una guerrilla que no come cuento
para comerse nuestros hijos, así nos engañaron. Nos metieron entre ceja
y ceja la cultura yanqui. Moldearon nuestros gustos, tergiversaron
nuestros valores, suplantaron nuestra bandera.
A través de la publicidad impusieron necesidades ajenas, nos presentaron
un mundo económico que nunca alcanzaríamos. Nos hicieron tragar el
cuento de la moderación, la imparcialidad y la prudencia, mientras
saqueaban nuestras riquezas, levantaban y fortalecían cada quinquenio
la estructura para la explotación silenciosa. Con fanfarrias políticas
nos vendieron partidos, colores y candidatos, hasta yo “estupido” para
mi primera experiencia al votar, alegraba mi corazón por el triunfo
lusinchista. Así nos tuvieron o tratan de extenderlo a través de los
medios.
Me da pena y vergüenza por Argentina; al demostrar que no se han podido
librar de la estupidez impuesta por el sistema. Una vez más el gran
pillo de Menem está a las puertas de volver a gobernar esa nación; así
lo tratarían de hacer aquí en Venezuela si Carlos Andrés Pérez tuviese
la oportunidad de medirse con Chávez. O los argentinos fueron tan
estupidos en permitirles el paso de triunfo a estos partidos cómplices
o en su ingenuidad política no tuvieron la suficiente fuerza de
organización y lucha para que no volvieran. ¡Que se la calen ahora si
Menem llegase a triunfar en una segunda vuelta!.
Volviendo a mi país; me molesta de mis compatriotas revolucionarios que
tatareen las canciones de Alí Primera sin pensar en la profundidad de
sus letras, que se extasíen con Chávez y no se preocupen en analizar aún
más sus discursos, en conocer a fondo nuestro enemigo. No podemos dejar
en boca del presidente el trabajo que nos corresponde; él no puede desde
su envestidura decir todas las verdades que está detrás del Presidente
Uribe, de los planes de conquista bélica que hay casi reveladas en los
planes norteamericanos.
Esta revolución tiene que ahondarse más, conocer a fondo los planes del
imperialismo, sin dejar de ser pacífica prepararnos para una posible
invasión norteamericana; así como 8 millones de venezolanos y
extranjeros derrotaron la dictadura que trataba de imponerse y de una
vez por todas acabar de raíz hasta la muerte con la revolución sin
contemplación alguna.
El pueblo venezolano que apoya el proceso revolucionario debe debatir en
sus comunidades, liceos, trabajo, hogares y lugares el problema
internacional, analizar libres de fobias lo que se está tramando. El
imperialismo optará finalmente por una intervención militar no solo
porque le caiga mal Chávez sino porque sus intereses de supervivencia
mundial lo ameritan, y por lograr lo que quieren no les interesa
masacrar pueblos enteros. Ese escenario en Irak del cual nos adolecemos
se ha repetido en nuestra América, no podemos permitir que ellos
impongan su agenda de guerra, tenemos que organizarnos más, depurar
nuestros movimientos de oportunistas políticos que ya triunfantes ponen
sus ojos en los cargos públicos; eso no es revolución, es pura pendejada
de ingenuos que aún no han entendido el destino de nuestra nación.
Tenemos que cercar el proceso, abrirlos a caminos de lucha
internacional, unirnos, integrar a más gente de todos los sectores, a
sacudirnos de una vez al clero católico, denunciar la corrupción dentro
de las sotanas.
Hacerle frente a los diputados disidentes, exigirle a los partidos que
apoyan la revolución a que acompañen al pueblo en los debates y no
quedarse en discursos televisivos; asumir un trabajo frontal, sin odios
sino con la verdad.
Si no lo hacemos entonces solo seremos unos estupidos soñadores de
revolución. Tenemos que despertar, hay una preguerra internacional
contra todos los pueblos que han asumido el reino de Dios y la justicia
social.