La Historia parece repetirse, más no es así. Los procesos de vida social son dialécticos y según sus leyes, avanzan y retrogradan al ritmo de las contradicciones y circunstancias que protagonizan hombres y mujeres.
Las revoluciones, entonces, son históricas. Eso lo comprendió perfectamente el Comandante Chávez en los términos de su dialéctica, empírica quizá para los "doctores del marxismo ortodoxo" pero dialéctica al fin que enriqueció a lo largo de su vida y de su lucha con persistentes y profundos estudios. Así la concebía en 1995: "Lo revolucionario es un concepto de la vida. Y vamos a referir qué significa el término revolución: cambio radical, total, de un modelo, de una sociedad en lo político, económico, social, etc. Una visión que también debe enfrentar todo sin eludir nada. He ahí otra calidad de lo revolucionario: no eludir ningún problema ni contradicción. No puede haber una revolución económica sin una revolución política, sin una revolución cultural, una revolución moral. Es un concepto integral para que sea de verdad revolucionario. He allí otra de las visiones que estamos manteniendo".
Es por todo ello y más que como colectivo empeñado y dedicado a preservar, debatir, concienciar y divulgar la oralidad –y por ello entendemos y comprendemos la suma de su pensamiento en evolución política al momento de su partida física- original e íntegra del Comandante Chávez, no podemos ni queremos guardar silencio.
El señor Elías Jagua publicó ayer un artículo que tituló: "El Plan de la Patria, en palabras de Chávez"; loable su esfuerzo por divulgar "fragmentos" del aguerrido discurso del Comandante Chávez en Plaza Caracas y que presenciamos y compartimos los millones de militantes pero criticable su intencionalidad cuando refiere que "su versión" es el "programa socialista del chavismo" para el futuro inmediato. Nada más ajeno a la integralidad del pensamiento y obra del Líder y Comandante asesinado en plena batalla socialista.
No nos sorprenden los retruécanos en el seno de quienes militamos en las causas rebeldes; tampoco entre historiadores y políticos oficialistas que asumen lo que más conviene en el momento; bastante conocemos del destino de Bolívar quien al final de sus días comprendió que había arado en el mar.
El pensamiento, la acción, la figura, la vida y toda la extensibilidad humana y política revolucionaria de Hugo Rafael Chávez Frías ha sido marmolizada, distorsionada, falsificada, prostituida – y ésta no es la excepción- para fines inconfesables de quienes aducen ser sus impolutos herederos cuando en verdad su herencia es universal e infinita. Comprendemos también que en plena etapa del más cruento paquetazo neoliberal y de reformismo social-demócrata burgués, prosperen quienes prefieran los maquillajes y las nociones vaporosas sobre el socialismo porque defienden sólo modificaciones supraestructurales y no los cambios profundos, totales y radicales de la sociedad venezolana.
Por lo tanto, exigimos RESPETO A LA AUTORÍA DE LA HERENCIA DEL HOMBRE CHÁVEZ, DEL POLÍTICO Y REVOLUCIONARIO COMANDANTE Y LÍDER CHÁVEZ quien sí tuvo la osadía, cuando las ideologías y la historia dormían en el silencio absoluto, de invocar el NUEVO BOLIVARIANISMO como fundamento ideológico de la REVOLUCIÓN BOLIVARIANA; de convocar a la militancia mundial, convergente en la causa de la redención humana al debate entre CAPITALISMO Y SOCIALISMO, es más, a LA QUINTA INTERNACIONAL; de proponer la IDEA, EL PROYECTO SOCIALISTA, ANTÍTESIS DE LA LÓGICA DEL CAPITAL Y ACTUAR EN CONSECUENCIA DESDE EL 2004, cuando apenas murmuraban, quedos y rezagados, los últimos defensores del socialismo en decadencia.
En fin, EL SOCIALISMO BOLIVARIANO DEL SIGLO XXI es el SOCIALISMO QUE NOS LEGÓ HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS. Y punto. ¿Lo estamos construyendo?