Una generación sin destino y sin futuro

Solo un proceso insurreccional, podrá rescatar el país de la delincuencia política, económica y de los grandes conglomerados que saquean la república.

En ciertos sectores de la población Venezolana, y hablo de esa población no vinculada a los partidos políticos, por considerarlos instrumentos para corromper y delinquir, sienten que poco a poco el país lo estamos perdiendo.

En la historia política venezolana, nunca habíamos vivido una crisis tan absurda como la que estamos viviendo -y digo absurda- por la abundancia de recursos que tenemos, sobre todo en el campo de la industria minero-extractiva y donde los grandes conglomerados han tomado posesión de nuestro territorio por la complicidad de un gobierno y una oposición apátrida, que se ha prestado para tales fines, por sus respectivas cuotas de poder, convirtiendo la república en un estado corporativo, al servicio de ese estado profundo que el paradigma globalizador se encuentra desarrollando en Venezuela y el resto de América Latina, a través de las llamadas empresas mixtas.

La corrupción se ha desatado como nunca y donde el propio gobierno se presta para ello, se perdió nuestra moneda y su valor real, permitiendo que el dólar norteamericano tome posesión del territorio en el escenario financiero nacional como unidad monetaria de Venezuela y el peso colombiano junto al dólar en la frontera colombo-venezolana. Nuestro Bolívar no circula y lo peor, perdió su poder adquisitivo y los comerciantes no lo quieren recibir y el gobierno revolucionario sigue hablando de soberanía.

El empobrecimiento acelerado de nuestra población es parte de tal situación, más aunado al desabastecimiento de medicamentos y sus precios inalcanzables, el abandono de hospitales, el grave problema de la gasolina, el gas, la educación, el cerco a la universidad en vías –incluso- a su desaparición y paremos de contar y como justificación injustificable le echan la culpa al llamado bloqueo económico, bloqueo económico que no existe para que las empresas polar siga haciendo de las suyas y recibiendo finanzas del propio gobierno para que compren materia prima en el exterior, para seguir comprando armamento al imperio del capital no para defender la república, sino para masacrar y amedrantar a la población en caso de una revuelta, para que el entorno presidencial siga sacando el oro y los dólares para ser depositados en bancos extranjeros, para el lavado de dólares producto de la nueva "industria cocainera" que ahora también se desarrolla en Venezuela, para ello y otros delitos no hay bloqueo.

LA NECESIDAD DE UNA SALIDA

En medio de toda esta situación, estamos dejando una generación sin destino y sin futuro, que sigue saliendo del país DE MANERA INVISIBILIZADA donde están perdiendo su pertenencia de patria, de familia y sus propios proyectos de vida para los cuales se formaron en sus respectivas universidades.

Estamos perdiendo el país y no estamos notando que las llamadas Fuerzas Armadas Bolivarianas, continúan como nunca al servicio de los grandes conglomerados y sobre todo la mayoría de sus generales actúan a favor incondicional de los responsables del desastre que en la actualidad vivimos los venezolanos. Somos una nación –y hay que decirlo- invadida por su propio ejército- convertida en un estado forajido donde los grandes conglomerados, los partidos políticos de la llamada derecha e izquierda con sus respectivas ideologías alienantes y colonizadoras y sus respectivos grupos económicos están desapareciendo la república, dejando un gran dolor en la familia venezolana: UNOS HIJOS SIN DESTINO Y SIN FUTURO.

Creo que solamente frente a esto, puede haber una sola respuesta, la insurgencia de un pueblo que decida rescatar la república, acompañado de los militares patriotas, que los hay, de las Iglesias que están al lado de los humildes y de la sociedad civil que sentimos y amamos con el corazón la patria de Bolívar.

En otros términos la insurrección cívica, militar, religiosa es el sendero para poder abrirle camino a la Constituyente Originaria y poder construir desde abajo un proyecto de país propio, alejado de la influencia colonialista del capitalismo y el socialismo eurocéntrico que quieren y desean imponer el pensamiento único del imperio del capital como paradigma de un mundo globalizado.

"INVENTAMOS O ERRAMOS"



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Enrique Contreras Ramirez

Militante de Ruptura

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