Parte IV (I al IV)

¿La negación política proviene del Método Científico del conocimiento objetivo o del Diseño Hermenéutico del saber humano?

Se considera que el saber político es parte, entre otros manifiestos del Diseño Hermenéutico, y conforma el saber humano desde la mirada interdisciplinaria. Es una mirada que junta distintos contenidos de saberes, y la transdisciplinaria, en tanto el centro de encuentro, unión y sentido, es el ser ente humano y no cada disciplina del saber humano en si independientes. Un caso que centra la atención y es preocupante es el saber político, con su hacer política en el siglo XXI, por cuanto es constituyente del ser compartir de todo ser ente humano, desde el enfoque del desarrollo integral, que se niega el estar echado en el olvido.

El saber político, que conforma el saber humano, es de gran importancia en ese retomar el ser humano existencial, complejo e integral, con su pensar, sentir, hacer y compartir para la satisfacción de las necesidades de todos los seres humanos, desde lo singular y el colectivo. Es un compartir, del laborar, producir dar y recibir, dinámico en movimiento, como la economía, la cultura, lo social, la salud, urbanismo o ambiente, con visión interdisciplinaria, pertinente al saber político. Un ser humano comparte tanto con otros seres entes humanos como con la naturaleza, para una existencia en equilibrio y armonía, que justifica la sustentabilidad, que no permite negaciones y subordinaciones.

Es un compartir propio del ser político, que conforma el saber humano, que desplaza los llamados populismo que manipulan a otros seres humanos. Populismos que impiden la armonía, el equilibrio, la sustentabilidad y se prestan para consolidar el nuevo neologismo de Democratura del siglo XXI, del siglo del populismo propiciado en sus clases por el profesor francés de Filosofía Política Pierre Rosanvallon. Es la Democratura, un ejercicio autoritario de poder, donde se combina la dictadura con la llamada tecnocracia, aportada, en parte, por el conocimiento objetivo con su Método Científico y el desvío de la Democracia. Una Democratura sustentada en el supuesto poder del pueblo que apela al proteccionismo, negando la autonomía y libertad de todo ser humano que promueve el saber humano en torno a construir una comunidad política, con el autentico compartir, donde todos dan y reciben. Una comunidad, donde a la par de las experiencia propiciadas en el saber político en Democracia, el ser humano se forma y se transforma en su ser con saber humano, confrontando y superando su ser existencial.

El compartir del ser político, con el confrontar, asumir, producir, dar y recibir, en todos los ámbitos, en una Democracia es para cubrir esos requisitos y necesidades existenciales humanas y así propiciar la satisfacción del todo social- humano. Satisfacciones necesarias de la existencia humana para el vivir en armonía, en equilibrio, en paz, con amor propio y amor con los otros y su entorno natural. Un existir sin atropellar a los otros seres humanos, junto a la naturaleza con sus limitaciones, para superar el deterioro propio y ambiental. Un deterioro manifiesto en el detrimento de nuestro planeta tierra por la contaminación y con los hechos efectuales de la proliferación de enfermedades desconocidas del nuevo siglo, que se presentan y sorprende por la innumerables perdidas de la existencia, como es el caso que se vive actualmente con la pandemia del siglo XXI.

La incógnita está en precisar desde donde se ubica ese obrar político, tan importante en el siglo XXI, entre el conocimiento objetivo o el saber humano o se desconoce dado un vacío de contenido. Se niega el ser político, con su compartir y la Democracia, si solo está vigente un vacío, con intereses inmediatos y superficiales de poder por el poder, disfrazado de falacia ideológica, de populismos con proteccionismos dependientes, controladores que subordinan e imponen relaciones verticales autoritarias. Se desvía la política, se desplaza el saber humano con el histórico contrato social, el estado junto a la separación de poderes, y se impone una lucha de poder sin sentido, manifiesta en el usar como objeto a otros seres entes humanos para consolidar la Democratura.

En nombre de la política, alejada del auténtico saber humano, se van estableciendo, como normales, las relaciones verticales de imposición de poder, de partidos, supuestamente políticos. Relaciones y partidos, con contenidos parciales, que niegan la Democracia Constructiva y Transformadora en el siglo XXI, con las relaciones horizontales de participación entre seres humanos y la visión interdisciplinaria del saber humano, centrado en los seres humanos, tanto singular como colectivo.

El vacío del saber político y la lucha por mantener el poder permanentemente, se ampara y se asimila con los llamados actos electorales de la tecnocracia, proveniente del conocimiento objetivo con su Método Científico que justifican la Democratura. El saber humano en la política se obvia y el interés se centra en el instrumento electoral. Importa, supuestamente y posiblemente, la maquinaria electoral, la encuesta, el contar votos, la manipulación mediática, la estadística y sumar números para decretar los perdedores y ganadores en la lucha por el poder que niega el ser de la política.

Si cada ser humano, que conforma la ciudadanía, imita y asume el vacío político y el participar solo desde el acto electoral y votar, niega su autonomía, su libertad y asume su desplazamiento con la eliminación de su dignidad, su independencia y condición de ser humano con autonomía, un ciudadano que tiene saber humano y que participa en la construcción colectiva de su mundo. Es posible que no solo niegue sus derechos humanos como ser humano singular en el tiempo presente y abarque el negar los derechos del colectivo, de los otros en el tiempo del devenir. Se hace extensiva en el tiempo la negación de la realización de las nuevas generaciones, a tener una existencia digna, al contribuir al establecimiento de un camino autoritario, conservador y convencional que pertenece a otras épocas.

Es un camino, de vacío del saber humano en lo político certero, sustituido por intereses económicos furtivos de los que se adueñan del poder, entregando y apoyando intereses de los que pretende el dominio mundial y la subordinación con el proteccionismo de los otros, reafirmando su condición de incapaces y dependientes. Se adueñan del poder, deciden en nombre de la mayoría, son minoría, una parte, y no son el todo de una Democracia con participación del colectivo de los distintos mundos circundantes. Un camino donde predomina la corrupción y se sustenta la nueva clase burguerrupta o burguesía corrupta que arruina la economía nacional constituida por los diversos mundos circundantes y los pequeños grupos independientes en lucha por producir, compartir, junto al asenso social y la autonomía económica, no dependiente en todos los campos y con su seguridad alimentaria y de servicios públicos.

Es una negación de la Democracia que se refirma con el abuso de autoridad que se atribuyen quienes sustentan el poder, que pretenden conservarlo indisolublemente, apoyados en la instituciones represivas de seguridad, militares o policías que olvidan y contradicen su origen en el Contrato del Estado Social. Así van reafirmando la contradicción, junto el vacio del saber humano en el ser político, al pregonar el poder del pueblo propio del populismo, el progreso y la revolución y reafirmando con su comportamiento la posición conservadora y convencional, que impide los cambios y la transformación como verdad, con la consolidación del ser histórico y el ser de la tradición.

Es un abuso de poder, que en nombre de la política y la democracia, se traduce en Democratura con la imposición de un régimen totalitario, dictatorial, donde se viola la separación de poderes, se usurpan los poderes, se ilegalizan las instituciones que no responden a su favor. Sustentados en la tecnocracia, proveniente del conocimiento objetivo con su Método Científico, se manipulan las elecciones, la constitución con supuestas reformas o nuevas constituciones, se intervienen las leyes e instituciones a favor de quien controla el poder. Se impone, con intencionalidad del poder dominante, una constante violación de la constitución, de las leyes con actos irregulares. Violaciones que procuran pasar como normal en el tiempo, gracias a la imposibilidad de enfrentar al régimen y a la perdida de la memoria de una ciudadanía, conformada por seres humanos con derechos humanos, debilitada, secuestrada, sin libertad y autonomía.

Lamentable es el caso particular de la experiencia de Venezuela con la Democratura. Sutilmente se inicio en el siglo XXI, debido en otras causas a los errores de la llamada Democracia Representativa, y hoy se consolida en el 2020. Imposición de la Democratura donde se manifiesta la crisis del saber humano con el desplazamiento y negación de la existencia del ser ente humano en todas sus potencialidades. Una gran mayoría de seres humanos negados por un régimen que llegó al poder a través de una maquinaria electoral con su tecnocracia y al obtener el poder ignoro la confianza, la fe, la credibilidad en la Democracia y se impuso con un discurso de la llamada Revolución del Socialismo del siglo XXI, y las ideas Bolivarianas que se convirtió en un falso positivo. Así en una permanente confrontación antagónica, mediante el discurso de derecha-izquierda, de dominantes y dominados, de ricos y pobres subordinados, de explotados y explotadores, industriales y obrero, terratenientes y sin tierras en espera de lo mejor que nunca se logró, paso el tiempo, lentamente se entró en una decadencia hasta lo más infame, deficiente y se fue debilitando la ciudadanía, las instituciones y la nación en general.

Una ciudadanía sin garantía fue creciendo, carente de responsabilidad de protección de las instituciones, del Estado, tan debilitada, llena de temor, debido a las restricciones y manipulaciones impuestas por el poder. La ciudadanía se fue secuestrando en todos los espacios del mundo circundante, hasta hacerla dependiente y subordinada al control de la llamada Democratura. Una parte de los habitantes desesperados, frustrados y en una opción por su existencia y sobrevivir opto por la inmigración, acentuando la crisis social. La inmigración fue despedazando las familias y separando los niños de sus padres, dejando a los abuelos y pidiendo asilo político con la esperanza de la unión familiar en otros países e iniciar una nueva vida para superar la crisis social, política, económica, institucional y cultural.

Otra parte de la ciudadanía debilitada son los ciudadanos y ciudadanas, seres humanos, que en el diario cotidiano luchan por sobrevivir en Venezuela, un país destacado por sus riquezas que llegó a ser tan pobre con su baja calidad de vida. Son seres humanos sometidos y obligados a una existencia inhumana en el siglo XXI, a vivir en un ambiente empobrecido, limitado y deprimente, sin servicios públicos, desprovisto de energía, agua, gas, transporte, gasolina, vivienda, salud, medicina y carencia de alimentos, entre otros, dado el costo de la vida, con una educación, salud, urbanismo, cultura y comunicación en decadencia. Se destaca el conflicto económico, con unos limitados salarios y ausencia de empleo por la cantidad de fuentes de trabajo cerradas y empresas arruinadas.

La ausencia del saber humano se hace presente y es manifiesto en la negación de la existencia del ser ente humano, en la experiencia de vida, es una crisis humanitaria y económica. Crisis que destruyó la familia, su cultura, el saber de la tradición, las comunidades junto al naciente aparato productivo autónomo, la producción agrícola con las instituciones. Crisis que maneja a su favor el régimen, el gobierno de turno, con su abuso de poder, consolidando la Democratura, sustentada en la tecnocracia derivada de conocimiento objetivo con su Método Científico.

Es una penosa y permanente usurpación que pretende imponerse sin límite en el tiempo, donde un supuesto presidente, en una República, en una llamada "Democracia", retorna a la monarquía de otros tiempos, negando la igualdad y libertad natural de los seres hasta hacerlos súbditos. Un presidente, del poder ejecutivo, en una República con una Constitución aprobada en una Asamblea Nacional del poder legislativo, que se cree un rey de la época medieval y ahora en el siglo XXI un dictador contemporáneo, hijo del poder infinito y supremo. Un comportamiento que apoya la consolidación de la Democratura y confirma el ir retornando a la teocracia de siglos pasados, desconociendo y desplazando los grandes aportes significativos del saber humano.

La Democratura niega los grandes avances del saber humano de la época del Renacimiento y Moderna con la revolución francesa, la revolución por la independencia de las colonias subordinadas por las monarquías dominantes, la revolución industrial y la época Contemporánea con la revolución tecnológica y la ciencia. Se desconocen las grandes entregas a la humanidad del saber humano con las contribuciones de Maquiavelo (1469-1527), Hobbes(1588 1679), Locke, (1632-1704) Rousseau (1712- 1778), Montesquieu (Charles Louis de Secondat 1689-1755) en torno a la política, la soberanía popular, el Contrato Social, separación de poderes del Estado . Así se niega la continuidad del ser de la historia y la tradición instalando un nuevo horizonte en el tiempo del devenir y retornando a lo convencional y conservador del tiempo pasado, de lo que fue.

La tendencia de la política en el siglo XXI es la Democratura, que en algunos casos olvida y niega el contrato social frente al estado natural, es un acercarse más al autoritarismo. Al acercarse al autoritarismo se aleja de la Democracia, que es promover estados de apertura para la participación activa y dinámica de la ciudadanía en el encuentro con la pregunta y el dialogo, en torno al contenido del pensar, sentir, hacer y compartir en el obrar político. Un encuentro, en todos los mundos circundantes, para elaborar ese contenido del saber humano en lo político favoreciendo a la Democracia, apelando a los avances tecnológicos, con la participación singular y la colectiva, promoviendo la autonomía y toma de decisiones, desde el sensus comunis, donde obra el sentido común en torno al bien y lo justo para todos. Un dialogo en Democracia con autonomía, que implica las experiencias diversas de una formación para la transformación de cada ser ente humano que conforma toda la ciudadanía.

El saber humano tiene una gran labor en la formación y transformación del saber político del siglo XXI, y del ser, singular y colectivo, como seres humanos existenciales complejos e integrales y globales en diversidad. Implica una visión interdisciplinaria del saber humano, para una existencia, una vida humana y un compartir equilibrado y armónico en Democracia. Es un compartir para la satisfacción de necesidades existenciales, tanto particulares nacionales como globales plurales que consoliden la Ciudadanía Universal, junto a la Ciudadanía Nacional.

Es un saber humano que incorpora a todo ser ente humano, activando simultáneamente una formación y transformación desde el compartir la existencia, en el saber de la política en conexión y en red. Se inicia en lo pequeño y particular de cada ser humano y va a lo mayor que incluye a todos los seres entes humanos y general global contentivas de la Globalización Humana, la Globalización Físico Natural, la Globalización Económica, la Globalización de la Ciencia y Tecnología y la Globalización Legislativa, Jurídica, Política e Institucional

Es la referencia a la Globalización Humana, centrada en el ser humano e inclusión con sus necesidades sociales-culturales. La Globalización Física-Natural en torno al respeto y concordia con la naturaleza que propicie el equilibrio y armonía ambiental. La Globalización Económica con la Democratización de Capital y la liberación de la pobreza que garantice la sustentabilidad alimentaria. La Globalización de la Ciencia y Tecnología con la incorporación para la formación y transformación mediante el desarrollo espacial y poblacional con tecnología integrada y planificada a corto, mediano y largo plazo. La Globalización Legislativa, Jurídica, Política e Institucional con la participación de todos los seres humanos, sin discriminación, en sus contenidos, programas, actividades, aplicaciones y apreciaciones de los hechos efectuales, dada la actuación y comportamiento de todos los seres humanos en el tiempo y espacio planetario.

El saber humano confronta el conocimiento objetivo y retoma al ser humano desplazado. Frente al Método Científico del conocimiento objetivo de la ciencia con su extensión y el dominio del saber humano, Gadamer aborda y retoma la Hermenéutica. Es un retomar que abre y orienta por una parte, dada su importancia por los grandes aportes a la sociedad, el pensar el Método Científico para su conveniente conocimiento objetivo de la ciencia. Por otra parte un retomar para abrir la posibilidad de un Diseño Hermenéutico correspondiente al saber humano. El Diseño Hermenéutico responde al saber humano con su propio leguaje referente al proyecto, proceso y producto, que difiere del Método Científico con su conocimiento objetivo de la ciencia.

El saber humano le es pertinente al ser humano, con su aporte a partir de su experiencia vivencial y pluralidad de su existencia, desde la confrontación de los diferentes mundos circundantes. El saber humano depende de la inclusión de todo ser humano dispuesto a transformar y asumir su ser histórico y de la tradición. Es necesario que el ser humano desplace la pasividad, como principio de un estado de caída de su existencia, asuma su protagonismo reafirmando sus derechos humanos y deberes con su existencia. Indispensable es que entre en movimiento, se active y proceda a formar parte e incorporarse a esa construcción singular y colectiva del saber humano, generando cambios hasta lograr la transformación como verdad en el siglo XXI y garantizar su realización humana.

Desde la Hermenéutica, el pensar abstracto, los sentimientos, lo desconocido, lo oculto, lo otro posible del devenir en el horizonte, lo mágico- espiritual o divino no comprobado y considerado prejuicio, desplazado por el conocimiento objetivo con el Método Científico, de nuevo es retomado desde la perspectiva del Diseño Hermenéutico. Es retomado para ser pensado y considerado en torno a la verdad, como permanente y continua transformación, que constituye el saber del ser ente humano. Es el saber que contiene el saber singular perteneciente a un ser humano, como el saber con los otros, donde se junta el todo de los seres humanos, con la participación en la construcción colectiva para la instalación de nuevos horizontes. Es una participación activa, en un aprender haciendo, que implica formación y transformación de los seres humanos, respondiendo al saber de la tradición y la historia, junto a su continuidad en permanente cambio de su ser humano singular en auto- dialéctica y de los otros en sociedad, dialéctica en colectivo.



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Betty Osorio

Profesora de la Universidad de Los Andes, Mérida y titiritera

 bettyoso@hotmail.com

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