En estos días como suelo hacerlo, me fui al campo deportivo cercano a mi vivienda, a hacer mi caminata, en el trayecto me acompañaron nubes arreboladas, precioso espectáculo de varios minutos que la naturaleza con alguna frecuencia generosamente me regala.
Son momentos íntimos, de muchos recuerdos, de un inmenso soliloquio; en estos días había fallecido Douglas Bravo, ciudadano venezolano, cuya presencia en la política nacional se inscribe en las históricas luchas de hombres y mujeres por saldar el viejo compromiso de redención social que el propio Libertador había señalado como pendiente; "…Me ruborizo al decirlo; la independencia es el único bien que hemos adquirido a costa de los demás…".
La década del 60, como se le conoce fue un segmento relevante en la historia venezolana conectada a los sucesos mundiales; se respiraba en aquel entonces una atmósfera de cambios: La Unión Soviética se presentaba como potencia socialista fortalecida además por su heroico protagonismo antifascista en la pasada guerra mundial; en buena parte del mundo se desarrollaba un proceso descolonizador poniendo al desnudo las llagas de un ominoso sistema; el liderazgo chino después de larga experiencia político-ideológica y organizativa, enmarcada en una prolongada guerra en una estructura social de muchas aristas y contradicciones, había accedido al poder y avanzaba hacia la modernización de esa milenaria nación.
Por otra parte en América Latina un osado grupo de guerrilleros, desafiando "el sacrosanto principio monroista", después de derrotar al ejército del dictador Batista, instalan en la mayor de las Antillas un gobierno socialista, a pocas millas del nuevo imperio donde como en el de Carlos V, tampoco se pone el sol.!!Ave María Purísima!!
Venezuela venía de unos frescos aires democráticos, de mucho entusiasmo y esperanza, la pluralidad y unidad política había depuesto al gobierno militarista de Marcos Pérez Jiménez. Pero la socialdemocracia y los sectores dominantes, tanto nacionales como foráneos, tenían clara sus finalidades y aplicaron su estrategia.
Douglas Bravo, venía de la lucha anti dictatorial, su sensibilidad, origen social, y búsquedas libertarias lo habían llevado a la militancia comunista, alguna vez oí, que había sido obrero en la empresa de cementos la Vega, seguramente había leído las tesis de Marx, sobre la condición de los obreros y la necesidad de dar un salto de "Clase en sí, en clase para sí", pienso que tal formación le acompañó en la lucha emprendida.
La Guerra Fría, y la asunción del poder por la socialdemocracia y sectores anticomunistas, fue un tóxico coctel que impregnó a la sociedad de contradicciones que terminaron siendo irreversibles. A Douglas Bravo, le correspondió al igual que a otros líderes y a muchos venezolanos atender su tiempo e insertarse en las duras tareas que la situación exigía. Se había establecido la violencia contrarrevolucionaria y revolucionaria en Venezuela tanto en el campo como en la ciudad.
Durante un largo tiempo de lucha guerrillera urbana y rural, de rebeliones militares derrotadas de intensa represión, encarcelamientos, torturas, muertes, desapariciones… y, de algunos cambios en la política mundial, llevaron al Partido Comunista a una revisión de su estrategia política.
A mediados de la década, le correspondió al destacado líder guerrillero rural Douglas, participar en las deliberaciones sobre la línea política planteada por la dirección del PC, que trataba sobre la PAZ DEMOCRATICA, en Caracas en situaciones de alto riesgo llegó a reunirse con los combatientes jefes de brigadas y destacamentos a fin de debatir el futuro político, tales debates concluyeron en que debía proseguir la LUCHA ARMADA. El comandante Douglas Bravo, jefe guerrillero, asumió el liderazgo de un sector que tenía en su haber años de heroísmo, combatiendo en duras condiciones de desigualdad, ahora en un breve tiempo por complejas razones de la realidad política, el grupo en armas había pasado a una situación de debilidades y penuria, que aprovecharon las fuerzas represivas para golpear en todos los frentes y llevar al proceso revolucionario a una devastadora derrota política y militar.
Sin lugar a dudas aquel fue un triunfo de la derecha política venezolana y sus históricos aliados foráneos, pero también hay que decir que fue una derrota de viejas aspiraciones democráticas de los sectores más vulnerables de la Patria. Seguramente visto desde esta cómoda atalaya de escritorio y respetable distancia temporal, podemos ser críticos y autocríticos, pues realmente hubo muchos errores, pero no faltó: voluntad, gallardía, valentía y finalidades humanistas.
Sí, triunfó la "extraña razón" contra aquellos que "lanza en ristre" acometían contra los molinos de viento. Los vencedores de la "lógica y la razón" dejaron, en cuarenta años, como herencia histórica, una nación en bancarrota, que todavía en estos años, no se ha podido rehacerla, por haberse convertido el -Gobierno Bolivariano- en un laberinto económico-político.
Sin embargo las luchas de los pueblos no han cesado ni cesarán, los hombres y las mujeres superaremos los equívocos, los desatinos y tal como ayer, en nuestro tiempo, estamos obligados a atender nuestra Conciencia Social e Histórica.
A DOUGLAS BRAVO, ANTIGUO COMPAÑERO DE UTOPIAS.
LA REVOLUCION ES CULTURAL