Antes de iniciar su invasión preventiva sobre el pueblo de Irak, EEUU había clasificado sus objetivos militares.
Haciendo uso del lenguaje de la II Guerra Mundial, denomino como eje del mal a Irak, Irán, Siria, Cuba y a Corea del Norte. El mensaje era muy claro, "sino cumplen con nuestras exigencias serán tratados de la manera como se hizo con Afganistán". Por encima de la ONU ocuparon a Irak, con la excusa primero de que buscaban terrorista y luego armas de destrucción masiva. Nada de esto hallaron pero igual mantienen a Irak bajo un régimen de ocupación. Mientras esto hacían, los funcionarios de Estados Unidos lanzaban acusaciones contra Irán, de proteger a miembros del gobierno de Sadam Hussein y a Siria de suministrar armas. Estos países desmintieron las acusaciones, a fin de evitar represalias.
Otro tanto hicieron con Corea de Norte. Insistieron en que este país tenia armas nucleares y que era necesario desarmarlo. Las declaraciones más bien parecían un ultimátum, una amenaza similar a la que hicieron a Irak antes de la invasión. Por otra parte, el gobierno socialista de Corea del Norte manifestó una y otra vez su desacuerdo con la agresión al pueblo iraqui.
Todos esperaban que el gobierno de Corea del Norte negaría su posesión de armas nucleares. Pero sucedió lo contrario, en plenas conversaciones en Pekín, con emisarios estadounidenses, Nor Corea dejo entrever que si poseía un plan de construcción de armas nucleares. Nor Corea ha manifestado su desacuerdo con la política intimidatoria de la potencia norteamericana y ha afirmado que ante esta actitud agresiva no queda otro camino que la disuasión. Es decir, para evitar una invasión de Estados Unidos, Corea del Norte está dispuesta a armarse y a usar su armamento nuclear.
No se trata de las declaraciones nacionalistas de un Sadam Hussein que ofreció acabar con los invasores, pero que en realidad apenas comandaba un ejército hambriento y un país destruido por doce años de bloqueo económico. Si Bush no hizo caso alguno al Consejo de Seguridad de la ONU que podía quedar para un Hussein disminuido y sin armas. Pero ahora se trata de Corea del Norte, un país con un millón de soldados entrenados y armados con instrumentos modernos; un país que les dijo claramente: "No estamos dispuestos a salir de un solo misil si ustedes, la nación con más armamento de destrucción masiva no da el ejemplo".
El mensaje fue tan contundente que las reuniones de abril se suspendieron. Ahora Estados Unidos en lugar de hablar de una guerra preventiva contra Corea del Norte, usa los términos conversaciones, dialogo y acuerdo. Corea del Norte, además de preparar su defensa, también viene cultivando buenas relaciones con su vecino Corea del Sur. En los noventa realizaron unas Olimpiadas conjuntas y para el 2010 se unirán de nuevo para los Juegos Olímpicos de Invierno. Los planes de integración económica han dado resultado. Con la gigante China Comunista también mantienen excelentes y cercanas relaciones.
En cuanto a los aliados de Estados Unidos, España ha manifestado que no se puede tratar a Corea del Norte como a Irak. Es decir, hablando en términos de guerra, que no se encuentran frente a un enemigo débil que solo cuenta con la solidaridad de los pueblos del mundo.
Corea del Norte ha tenido la valentía de exigir al poderoso Estados Unidos que cese su política hostil contra un país comunista. Y por lo visto el mensaje ha llegado. Bush y Collin Powell, cambian el discurso de todopoderoso y piden a China y Rusia que participen en las conversaciones con Corea del Norte a quien empiezan a tratar con respeto.
Lamentablemente pareciera ser que el lenguaje que respeta Norteamérica es el de la disuasión. El de las armas listas para disparar. O sea, "si quieres la paz, prepárate para la guerra". Por algo respetaron tanto a la Unión Soviética.
El caso norcoreano demuestra a las claras que la invasión a Irak no fue para buscar armas de destrucción masiva ni a terroristas, fue sencillamente la búsqueda de petróleo gratuito.