El viaje astral como solución al problema del transporte público

Parece que algunos no se han enterado de que el Maestro yogui Rama Chka ha venido directamente desde la India ancestral con el objetivo de estudiar la extraordinaria paciencia china de los venezolanos que, como se sabe, inexplicablemente viven sin salario y sin comida y, frecuentemente, hasta sin agua, como unos verdaderos yoguis.

Se dice que Maestro Rama Chka podría ser un mesías, cosa que él siempre niega. Llegó a nuestro país en uno de sus frecuentes viajes astrales, interesado, como otros estudiosos, en el misterio que se oculta en la aparente quietud que hay en nuestro país arrasado por dos presidentes gestionando la misma crisis. Casualmente está residenciado cerca de mi casa y he ido a visitarlo y a conocer sus impresiones acerca de sus meditaciones.

Saludo al llegar a su modesta vivienda.

─Buenos días Maestro Rama Chka, solo vine a saludarlo, ¿cómo va la meditación?

─Buenos días Oscar; los astros me anunciaron tu visita.

─Gracias Maestro; es usted muy amable al decir eso, me hace sentir como un mesías.

Me mira como si estuviera pensando en algo y me dice:

─Mejor que no te sientas así, Oscar, recuerda lo que le pasó a Cristo la primera vez que vino… la unión cívico-militar de aquellos días lo desapareció.

─Es verdad, Maestro, no había pensado en eso; probablemente sea por eso que no ha venido o ya está entre nosotros y no se atreve s revelarse, como algunos aseguran.

─Pudiera ser… Pasa, siéntete en mi casa como si estuvieras en el nirvana.

Ya dentro de la vivienda, me ofrece una banqueta mientras él se sienta en una tabla con clavos, que presumo que para él es de lo mas cómoda, de acuerdo con esas milenarias prácticas de los yoguis. Observo que no hay ningún electrodoméstico; ni aire acondicionado, ni radio, ni televisor; no puedo evitar preguntarle:

─ Disculpe si soy indiscreto ¿los yoguis no oyen las noticias ni ven televisión?

─Por supuesto que sí, Oscar, pero vine a tu país para entender a sus ciudadanos y a ver si descubro por qué aguantan tan tranquilos la crisis del país; por eso tengo que vivir sin artículos eléctricos como vive la mayoría, para saber cómo piensan. Tengo entendido que la crisis eléctrica por falta de de mantenimiento y de inversión destruyó esos patrimonios.

─Es cierto, Maestro, entre apagones y bajones, la poquita distracción que teníamos se la llevó la crisis eléctrica; y no hay quien responda por eso. Pero dígame, ¿a qué conclusiones ha ido llegando en el tiempo que tiene entre nosotros?

─Estoy bastante asombrado. Tenía la idea de enseñar a los venezolanos las ventajas de practicar mi disciplina para sobrellevar y sobrevivir a la crisis de salario 0 y de altos precios practicando yoga, pero me parece que soy yo quien está aprendiendo. Los venezolanos y venezolanas son casi todos unos yoguis muy avanzados.

─Explíqueme por favor, yo también estoy asombrado por lo que usted dice, nunca hubiera imaginado algo así.

─El yoga propone el desapego de las cosas materiales, el control y la superación del deseo para abolir el sufrimiento y acceder a la iluminación. Los venezolanos han hecho eso de modo admirable…

─Disculpe que lo interrumpa Maestro, pero aquí en Venezuela es muy difícil alcanzar la iluminación porque se va mucho la luz.

¡Caramba!, Oscar, tienes un buen sentido del humor. Bueno, como te iba explicando, ya se desapegaron del televisor, del aire acondicionado y la nevera porque la crisis eléctrica los dañó. Es una dura prueba de meditación hasta para un yoga entrenado. Lo que mas me asombra es hasta donde han llevado el desapego. Se han desapegado del los huevos, de la carne, del pollo y también de las verduras; y todo eso sin que se haya desencadenado una violenta reacción en todo el país; sencillamente asombroso.

─O sea, que prácticamente son unos yoguis.

Pero más avanzados; Es mas fácil dormir en una cama de clavos que acostarse a dormir sin cenar durante cinco días. Es mas fácil levitar o llegar a la iluminación del Nirvana que ser practicante del desapego en las condiciones que hemos mencionado.

─Ciertamente, Maestro, pero cómo hacen para mantenerse en calma con tanto sufrimiento?

─Ya lo hemos visto en todo el país: cada quien haciendo yoga a su manera, en forma colectiva. Pero no están calmados… solo aguardan; es grande el sufrimiento en tu país.

─ ¿Y cuándo llegará la iluminación para nuestra gente?

─Es difícil saberlo pero parece que será también colectiva; podría ser otro 27 de febrero…o podría el Pueblo saliendo a votar masivamente en las venideras elecciones contra los causantes de su hambre y su sed. Serían actos de iluminación, un buen comienzo de algo.

─Lo que usted me quiere decir, Maestro, es que la iluminación de los venezolanos será cuando reaccionemos contra nuestros hambreadores.

─Has comprendido, se te ha abierto el tercer ojo.

─ ¿…El tercer ojo?

─Si, Oscar, el de la consciencia, el séptimo chacra.

─Ahhh... Maestro, lo que usted me dice hasta parece una profecía; dígame, ¿no será que usted es un mesías?

─Ya te dije, Oscar, que no es bueno sentirse como un mesías, es muy peligroso. Además, la gente no necesita un mesías sino organizarse; encontrarse para organizarse.

─Una pregunta antes de irme ¿Podría enseñarnos a los venezolanos a viajar en cuerpo astral? Lo digo por la necesidad de movilizarnos; a los dos presidentes que tenemos no les interesa resolver el problema del transporte público, nos quieren encerrados como animalitos amaestrados para que no salgamos a protestar.

─Muy interesante tu idea, lo voy a meditar.

Bueno Maestro; hasta pronto; gracias por su atención.

─Hasta pronto, Oscar; y recuerda, mantén abierto el tercer ojo.



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Oscar Henrrique Fuenmayor Quintero

Licenciado en Educación, mención Matemática y Física, Universidad del Zulia.

 oscar.fmyor@gmail.com

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